¿Por qué nos cuesta tanto reflexionar?

¿Dónde estamos y hacia adonde vamos?

Lunes, 14 de octubre de 2019.- Cuando andamos de viaje, ya sea en avión, en barco o por tierra, tenemos la tendencia, muchos de nosotros, de ubicarnos en el espacio para saber por donde vamos y cuanto nos falta para llegar, sea donde sea adonde vayamos.

Principio básico de navegación.

Lo mismo sucede cuando manejamos un proyecto, el saber donde estamos nos permite ubicarnos, calcular lo que falta, evaluar los recursos, estimar costos, tiempos y esfuerzos.

Racionalizar el plan de batalla y maximizar nuestras operaciones.

Como grupo humano, como sociedad, como país, esta pregunta debe estar presente en cada uno de nosotros, de forma tal que nos ubiquemos y podamos dirigir nuestros esfuerzos hacia ese objetivo común, de ahí surge implícitamente, otra pregunta.

¿Es que acaso ese objetivo común existe, o es que los que vivimos en estas tierras tropicales no hemos logrado ponernos de acuerdo de hacia donde nos conducen nuestros esfuerzos colectivos y si realmente existen?

Es que acaso, tenemos los venezolanos y los hermanos que acá conviven con nosotros una idea exacta de cual es nuestro proyecto nacional.

O es que el mal que nos aqueja desde hace mucho sigue incrustado en nuestro subconsciente colectivo y aún estamos indefinidos y seguimos dubitando.

Tenemos que enfrentar la emergencia nacional que estamos viviendo.

Además de la natural tendencia a sobrevivir, a resolver aún en las peores circunstancias, necesitamos ponernos de acuerdo con relación al tipo de país que queremos, de como organizarlo, como lograrlo, hacerlo viable, funcional y operativo para todos, de identificar y combatir los males que nos aquejan.

De dejar a un lado la evasión de nuestras responsabilidades y confrontar la delicada situación por la que estamos pasando todos.

Debemos examinar con mucho detenimiento nuestros mecanismos de negación, tanto personales como colectivos y ver con realismo a donde estamos para determinar claramente hacia adonde vamos.

No podemos seguir negando la realidad que nos circunda.

Mientras nos neguemos a observarnos claramente a nosotros mismos, con una sana dosis de objetividad, de precisar donde es que fallamos, de ubicar nuestras debilidades, el avance, si hay alguno, será muy lento.

Tenemos la necesidad, poseemos los recursos y urgen las soluciones.

Pensemos, reflexionemos y hablemos del asunto.

Debemos diseñar una agenda común, metas nacionales compartidas, que nos unan, que nos permitan avanzar, algo que se parezca lo mas posible a un proyecto nacional.

Aún estamos a tiempo, hagámoslo.



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Luis Enrique Sánchez P.


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