El rabipelao que atravesó la cancha

—Qué le parece eso del diálogo con los minipartidos.

Dígame usted, camará.

—Para empezar, estos chavistas están convencidos de que uno es pendejo.

Debe ser que la caja clap está hecha para mantenerlo a uno atontado.

¿Desde cuándo Timoteo Zambrano, Claudio Fermín, Leopoldo Pucchi y Eduardo Fernández tienen partido?

Esos andan realengos desde hace tiempo. Esos convocan a una reunión y ni la familia va a oírlos.

¿A quién van a representar? Si esos son pólvora mojada desde hace rato, no levantan ni tierra por donde pasan.

Otra patraña de estos chavistas. Para que uno crea que están dialogando. Pero, quién se traga esa mala muela.

Solo mentiras como las saben inventar estos desalmados. Pero nadie les cree.

La gente lo que se anda preguntando es ¿Cuánto hubo pa’ eso?

Cara de tabla es lo que son. Por eso es que nadie los quiere.

Esas son engañifas para tenerlo a uno distraído y pensando en pajaritos preñados.

—¿Cómo el experimento del rabipelao?

—Cómo es eso, vale.

—Ese fue un experimento que hicieron unos profesores en no sé qué universidad.

—Pero, en qué consistía el bendito experimento ese que usted mienta.

—Déjeme continuar.

Ellos grabaron un video de un juego de básquet donde unos muchachos tenían franela blanca y otros negra, y en medio del juego pasaba por la cancha un rabipelao, miraba a la cámara y saludaba.

Luego le dijeron a un poco de gente que vieran el vídeo y que contaran las jugadas de los muchachos con franela blanca. Era un video corto y fácil.

Visto el vídeo que duraba menos de un minuto, le preguntaban a la gente ¿si habían visto el rabipelao?

La mayoría decía que cuál rabipelao, que no habían visto nada.

Como estaban concentrados contando las jugadas de los muchachos no vieron pasar el rabipelao.

—A bueno, así mismo hacen estos vagabundos.

No vio cómo devaluaron el bolívar en la cara de todo el mundo mientras se inventaban una guerra con Colombia.

Cada vez que tienen una vagabundería en juego se inventan algo para distraer a la población.

Con eso del diálogo con los minipartidos quién sabe qué tienen montado en la olla de la corrupción.

Eso no es gratis.

Hacen lo mismo que hicieron esos profesores con el rabipelao.

Distraen a la gente para hacer sus marramuncias.

Son expertos en la trampa. Esta es la revolución de las trampas.

—A lo mejor creyeron qué le iban a quitar las sanciones con ese parapeto de acuerdo.

—Pero, ¿cómo?

Usted le ve la cara a Zambrano y le da un aire en un intestino.

Semejante panfleto de acuerdo nadie se lo puede creer nadie. La gente ni les para porque no les cree.

El diálogo es necesario, pero que no se vengan a hacer en la cara de uno.

¿Acaso uno es una poceta?

Eso es una falta de respeto a la población. Cosa nada extraña en estos individuos, que nos han estado faltando cada día el respeto a todos nosotros.

Mire, poner a esa cuerda de carcamales a decir que han llegado a un acuerdo. ¡Por Dios bendito!

Quién le cree al braguetazo o a los hermanitos. Busque usted a alguno que les crea, no consigue a nadie.

Ni pagándole le dicen que les creen.

A este gobierno lo llaman mentira fresca.

—O rabipelao atravesando la cancha.

—Cualquier sobrenombre es bueno para los revolucionarios de mentirijilla.

Bueno, las caraotas donde están más baratas están a 40 mil sober-anos, el kilo.

Una pensión o salario mínimo.

Voy bajando.

Y le dijo: Por ahora, apriete.



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Obed Delfín


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