Crítica ácida

Hiperchismes e hiperinflación vieja maña insulsa criolla

Advertencia, ruego a usted y usted y usted, que tanto insultan por las redes, y a quienes inundan mi correo con denuestos a consecuencia de estos análisis, que le bajen dos al odio, lean con paciencia, he vivido y sufrido realidades, sin perder el amor por mi país y su gente hábil, inteligente, infantiloide políticamente. Formaron ciudadanos de toda edad, sexo o condición social, prestos a obedecer al ritmo informativo permanente, ensalzando una democracia representativa corrupta, y alertándonos de no elegir el socialismo, fórmula de impedirle al colectivo conocer diferencias notorias entre uno y otro modelo.

Con la deformación noticiosa calculada, nos embarcaron en la advertencia del rechazo total a una “peligrosa doctrina comunista”, era la manera de satanizar el pensamiento socialista. Desde temprana edad presenciamos al ciudadano común y corriente alejarse de pareceres políticos internacionales, y admitir lo que se movía detrás de interesados en vivir del erario nacional, y disimular sus errores y entrega de la patria, con el mal entendido orgullo de afirmar “yo no me meto en política”. Así nos domeñaron las dictaduras militares y los gobiernos civiles postrados a los pies del amo gringo superior.

No extraña que estemos igual que el momento cuando nuestro inigualable Padre de la Patria, (el auténtico, no los que trataron de imponernos en hipócritas bautizos de presuntos padres de la democracia…), aquel héroe y preclaro militar civilista Simón José Antonio de La Santísima Trinidad Bolívar Palacios, afirmó en una de sus tantas advertencias premonitorias. “nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”. Indigna que sigamos bajo modernos métodos insuflados por medios de comunicación social, engañándonos, timándonos y vidiotizándonos al estilo siglo XXI

El insulso pensamiento político del común que no ha cambiado desde 1999, nos desluce ante provenientes de cualquier parte del mundo, considerándonos en privado desinformados y antiparas..., a nuestras espaldas se ríen del hiperchismorreo. Nos escuchan prestos a descalificar a la política y los políticos, pero concurriendo a elecciones por la bonchocracia del día de los comicios, sin que estos sirvieran para algo serio a su favor. Continuaré en otras 2 opiniones ácidas, esta temática que en 1959 hizo chistes inciertos acerca de una presunta debilidad sexual del electo Presidente Rómulo Betancourt, eco vacío en un hombre casado dos veces, a quien tacharon de “comunista”, y en la dictadura a su gente la llamaron adecos, es decir adecomunistas y no decírseles adeistas. El Presidente Betancourt fue a la postre un converso favorito de la jalamecatocracia pitiyanqui.

La ligereza mental chismocrática acerca de los Jefes de Estado electos y los quinquenios de su designación, la seguiré describiendo por razones que en este siglo XXI estimo para la historia política menuda, que ese comportamiento chismocrático hiperdesarrollado, pasa a ser infecundo y penoso. No en balde se descalifica con chistes, la posibilidad de intervención militar que nos atosiga la vida diaria, víctimas de bloqueo, ahogo, asedio y boicot internacional para derrocar al Presidente electo, atosigándonos con un rosario diario de falacias internacionales, hechas “solo para despistados…”, como ha quedado demostrado y archi comprobado en la verdad que Venezuela a la ONU ha enviado.


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Luis Sánchez Ibarra


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