El tiempo se acaba

Se acaba el tiempo de tomar decisiones para que el calentamiento global sea reversible. El último Informe de la ONU, referido al cambio climático, da una década de plazo. De igual manera el tiempo para que el agónico gobierno chavista se marche, también se acaba. Según las encuestas, el 89% de la población ha dicho ¡Basta!

Ante el dilema de la Humanidad, Planeta o petróleo. ¿Qué va a hacer Venezuela? ¿Transformar el petróleo de la Faja en monóxido, para ofrendar el mayor aporte al calentamiento global? ¿O renunciar al petróleo y emprender un camino de desarrollo diferente, sin las muletas de las divisas del petróleo, como, han tenido que hacerlo otros países? ¿Cien años de explotación petrolera no son suficientes para demostrar que, en Venezuela, "el petróleo no se puede sembrar y, lo que se riega con petróleo se seca"? (Juan Pablo Pérez Alfonso).

Ya no hay tiempo para volver al uso del petróleo como palanca de desarrollo. La Humanidad ha dicho ¡Basta! No más carbón ni petróleo. Sólo energías limpias. ¿Qué camino van a tomar nuestros "sabios" gobernantes actuales y los que se anuncian como administradores de la tragedia nacional? ¿Qué piensan nuestros "sabios" economistas y planificadores ante la coyuntura en que se encuentra la Humanidad por el calentamiento global o cambio climático? ¡He ahí el dilema! Con toda seguridad nuestros gobernantes, de un bando o del otro, cuando asisten a las "Cumbres de la Tierra", se rasgan las vestiduras, firman protocolos (Kioto, París, Copenhague), y luego hacen todo lo contrario de lo acordado en esas cumbres. La lucha contra el cambio climático a escala mundial es como el socialismo chavista ¡Puro discurso! ¡Puro cuento! Hay que decidir: Planeta o petróleo Calentamiento global con cambio climático o energías limpias ¿Qué tesis van a defender? ¿La tesis científica del cambio climático o la tesis capitalista que niega el calentamiento global para continuar la destrucción del planeta?

Mientras la población venezolana empobrecida, solicita alimentos, medicinas, agua, gas, gasolina, aseo, salud, trabajo, el gobierno está empeñado en la carrera armamentista para perpetuarse en el poder, sin importarle para nada el rechazo del 89% de la población que, en todas las encuestas, dice estar en contra del gobierno ¡Y no! porque sea víctima de la campaña mediática imperialista -versión oficial - sino, porque está padeciendo los efectos de las políticas equivocadas que se implementaron durante los catorce años del gobierno de Chávez, continuadas durante los seis años del gobierno de Maduro. En veinte años el gobierno chavista anduvo, de fracaso en fracaso. Los resultados están a la vista. La gestión de los gobernantes no se evalúa por el discurso, sino por los resultados.

¿Qué propone el chavismo como salida a la crisis de poder? ¡Armamentismo y guerra! ¿Con armamentismo va a salir el país de la ruina económica, social e institucional en que se encuentra? ¡Si el bombardero ruso, "cisne blanco", en lugar de venir a mostrar su poderío atómico, hubiera traído alimentos y medicinas ¡Bienvenido! Un país empobrecido, desbastecido de todo, con su producción petrolera, industrial, agrícola, en mengua o en ruina total. Un país donde la población, en su inmensa mayoría (89%,) adversa al gobierno ¿Puede ser convocado a participar en guerras?

La primera condición de una guerra es la unidad nacional; la segunda, la filosofía que la promueve; y, en tercer lugar, algo fundamental que decía Napoleón, "el argent c´est la guerre".

Primera condición. Unidad Nacional. ¿Se puede ir a una guerra con el 89% de la población que adversa al gobierno? ¿Qué es la guerra? ¿Bienestar y bonanza? ¿Qué locura es esa de pretender con una guerra sacar el país del desastre y ruina nacional en que se encuentra? ¿Al desastre actual económico, social y político, agregarle la tragedia de la guerra? ¿El gobierno chavista pretende que el 89% de la población que lo adversa, de la noche a la mañana se va a plegar a sus descabellados designios? ¡Es como dormir con el enemigo! Tan nefasto plan sólo cabe en la mentalidad guerrerista del gobierno de los militares, por los militares y para los militares. Es una situación similar a lo hecho por la dictadura argentina en la Guerra de las Malvinas. La diferencia radica en que allá, sentimentalmente la población acompañaba a los muchachos en la reconquista de las islas, a donde los jefes militares los llevaron para inmolarlos. La guerra que proponen los militares chavistas, no es la guerra del pueblo. Es la guerra de la camarilla (11%), que pretende perpetuarse en el poder a costa de la destrucción del país, no sólo en el campo económico, peor aún, destrucción de ciudades, infraestructura de vías, puentes, hospitales, escuelas, universidades, acueductos, redes eléctricas, de comunicaciones, represas, oleoductos… ruina total. ¿Para qué? Para que la fracasada camarilla gobernante chavista se perpetúe en el gobierno; para que Cuba mantenga el suministro de petróleo; para que Rusia extienda su hegemonía militar; y China cobre las deudas contraídas. ¿Dónde quedan las necesidades de las mayorías nacionales condenadas a la pobreza y la migración? Si el chavismo durante 18 años ha fracasado en sus planes y proyectos ¿Para qué la permanencia en el gobierno? Lo que ha intentado en el campo económico le ha fracasado: los trece motores; devaluación del Bs; aumentos de salario; cono monetario; control de cambios; el Petro, el Bicoin y Dicoin y demás inventos. Los resultados están a la vista: ruina y desastre nacional.

Segunda condición. La filosofía de dicha guerra. Inventar una guerra por el sólo interés de, la camarilla gobernante, mantenerse en el poder. Inventar una guerra para defender los fracasos del gobierno militar/chavista. Inventar una guerra para agregar mayor pobreza, destrucción y muerte a la ya creada por el gobierno durante los últimos veinte años. Al cáncer de la pobreza y ruina nacional, agregarle el cáncer de la guerra. Es la gran tragedia en la que está empeñado el gobierno chavista de los militares. Hablan de paz y democracia ¡No! como perspectiva, sino, como chantaje. Hablan de paz y democracia con una espada en la mano. ¿Por qué no hacen uso de "la mejor Constitución del mundo" y ponen en práctica - por una vez siquiera - la manida norma de la "democracia participativa y protagónica"? ¿Por qué no hacen uso del recurso constitucional del Referéndum para preguntarle al 89% del país si quiere guerra y si acompaña al 11% en la guerra, para continuar con el proyecto político chavista fracasado? Proyecto que nada tiene que ver con el socialismo.

Intervencionismo de la Comunidad Internacional. ¿Por qué para el gobierno es intervencionismo la sugerencia de la Comunidad Internacional de convocar a elecciones, ante la agudización de la crisis de poder, y ponerle fin a la migración de venezolanos a los países vecinos, por las secuelas que ello ocasiona? ¿De cuándo acá se dan "golpes de Estado" por convocatoria a elecciones? ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar el chantaje chavista de la amenaza de invasión? Si en la Casa Blanca estuviera Clinton, Bush, Obama o Hilary, esa amenaza persistiría, pero, resulta que con el señor Trump esa política cayó en desuso, por cuanto desde siempre ha condenado la geopolítica de "policía del mundo" del gobierno estadounidense. En su trayectoria de empresario, como, promotor inmobiliario, Trump se declaraba adversario de la política guerrerista de la Casa Blanca. Se opuso a la invasión de Afganistán, de Irak, de Libia, de Siria, de Corea, de Vietnam, de las políticas intervencionistas en América Latina, lo ratificó en la campaña electoral y como presidente, se ha enfrentado al gobierno de la Industria Armamentista que gobierna a Estados Unidos y denunciara el presidente Eisenhower.

La Estrategia de Seguridad Nacional de Donald Trump rompe casi por completo con la política guerrerista que alcanzó el clímax a partir del 11 de septiembre del 2001. Su Estrategia de Seguridad nacional se sustenta en cuatro pilares que denomina American First: (1). Protección del pueblo estadounidense. (2). Prosperidad de Estados Unidos. (3). Reconoce que Estados Unidos ha dejado de ser superpotencia, pero, debe mantener la presencia militar. (4). Reconquistar el mercado perdido frente a China y la Unión Europea.

Los escépticos dirán que es una propuesta falsa. ¡Es posible! Pero en los dos años de su gestión como presidente, ha demostrado ser sincero, lo que prometió en la campaña lo cumple o trata de cumplirlo enfrentando los mayores obstáculos. Rompe con los militares que critican su política de retirada de las tropas acantonadas en Siria, Afganistán, Irak (renuncia del general Mattis); amenaza con el retiro de la OTAN si los otros socios no asumen los compromisos; retira a Estados Unidos del Protocolo de París; rompe con el Congreso que le niega los fondos para construir el muro, como presión, paraliza la administración federal durante 35 días; mantiene, su discurso discriminatorio contra el islam, contra los migrantes mejicanos y centroamericanos. Son elementos suficientes para creer en la sinceridad de su política de "Estrategia de Seguridad Nacional" sin agresiones militares, sin invasiones. Como empresario, ha llevado la guerra a los mercados en cumplimiento de su American First. Por todo lo anterior, lo más posible, le hagan un juicio para sacarlo de la presidencia.

Hablar de invasión a Venezuela es desconocer el cambio habido en la Casa Blanca con la llegada de Trump, lo cual le ha creado una ola de rechazo, tanto en el establishment, como, en la Comunidad Internacional. Le queda la devoción de sus disminuidos electores y la del presidente Putin, éste, en resguardo de la paz mundial, en el papel de Rusia de primera potencia militar junto a China como primera potencia económica. Con el mismo coraje conque nos oponemos al gobierno chavista, nos oponemos a cualquier intervención extranjera, tan anunciada y deseada por el chavismo, para justificar sus fracasos.

Para eso es útil el imperialismo, como, explicación suprema, dogma revolucionario, verdad incontrastable en la cual la izquierda adocenada ha encontrado la excusa, explicación, justificación para ocultar sus fracasos, tanto en la lucha por la liberación de la explotación capitalista, como, en la gestión pública, ahí donde ha asumido el poder: los llamados gobiernos progresistas, que se derrumban por sus políticas fracasadas, por la corrupción que les corroe las entrañas, por su discurso demagógico y populista; pero, encuentran la excusa de sus fracasos en el imperialismo. El imperialismo es como Dios, causa de todos los males que aquejan a la humanidad. No hay obstáculo, barrera, muralla al bienestar de las mayorías nacionales, que no tenga explicación o justificación en el imperialismo. Dixi: Es imposible salir de la pobreza porque el imperialismo lo impide. Es imposible salir del subdesarrollado porque el imperialismo no lo permite. Es imposible elevar el nivel de vida de las mayorías nacionales, porque el imperialismo lo obstaculiza. Se puede elaborar una letanía interminable de explicaciones o justificaciones referidas al porque los países del denominado Tercer Mundo, mantienen su condición de subdesarrollo. Toda una vida oyendo la letanía. En sus años de sarampión revolucionario, el presidente Betancourt pregonaba el antiimperialismo y figuraba en el programa político de Acción Democrática. "¡Que fue de tanta invención!"

El gobierno chavista culpa al imperialismo de sus veinte años de fracasos y los denomina "guerra económica". Pero ¿Es que acaso el imperialismo decretó la devaluación de la moneda, hasta volverla polvo? Seis devaluaciones de Chávez. Veamos:

En 2003 de 573 Bs/US$ a 1.600 Bs/US$

En 2004 de 1.600 Bs/US$ a 1.920 Bs/US$

En 2005 de 1920 Bs/US$ a 2.150 Bs/US$ y 2.600 Bs/US$ (preferencial).

En 2010 de 2.150 Bs/US$ a 4.300 Bs/US$ (Quitaron 3 ceros). (2,15 y 4,30)

En 2013 de 4.300 Bs/US$ a 6.300 Bs/US$ (4,30 y 6,30)

Con Maduro, la devaluación pasó de, cada dos años, a uno, a seis meses, a un mes, a 15 días y se llegó a la devaluación diaria, lo cual condujo a quitar cinco ceros más a la moneda. A cada devaluación, mayor inflación. De igual manera, el imperialismo no fijó el control de cambio ni decretó los subsidios de la gasolina y bienes de consumo, lo cual, junto con la devaluación, condujo a que las mercancías exhibidas en los estantes de almacenes, supermercados, ferreterías, farmacias, más la producción agropecuaria e industrial, pasaran al contrabando de extracción hacia los países limítrofes, ahora con monedas más fuertes. El imperialismo no decretó la quiebra de la siderúrgica y la petroquímica ni la caída de la producción petrolera. El imperialismo no administró el billón quinientos mil millones de dólares de ingresos que percibió el país en 14 años y fueron despilfarrados. El imperialismo no inventó a Petrocaribe para regalar petróleo ni le hizo dádivas a Argentina, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Haití, El Salvador. El imperialismo no recibió los 86 mil millones de dólares en préstamos de China, más 10 mil millones de Rusia, más la compra de armamento sofisticado en aviones, fusiles, sistemas de cohetería militar. El imperialismo no es el encargado de dar servicios de salud, educación, agua, gas doméstico, gasolina, aseo urbano a la población. El imperialismo no es el culpable de la migración de cuatro millones de compatriotas en 20 años, de los cuales, tres en los dos últimos. El imperialismo no decretó el cierre de las universidades por falta de alumnos, la renuncia de profesores y huida de cerebros por bajos salarios. Igual en las escuelas, liceos, hospitales y toda la administración pública. El imperialismo no decreta, cada quince días, aumento de salario. A cada aumento de salario, mayor inflación. El imperialismo no impide el libre ejercicio del periodismo ni coarta la libertad de expresión. El imperialismo no violentó la Constitución y desconoció la voluntad del electorado que, por abrumadora mayoría, eligió a 112 diputados de la Asamblea Nacional (2/3). El imperialismo no eligió el superpoder de la Asamblea Nacional Constituyente para desconocer los otros poderes. Todo lo señalado y mucho más, es obra del gobierno militar chavista, por sus políticas antipopulares.

Tercero. El dinero es la guerra (Napoleón). ¿Un país sin reservas en el Banco Central, sin producción industrial, sin agricultura, sin garantía alimentaria, con su principal industria paralizada, única fuente de divisas, puede sufragar los inmensos gastos de la guerra moderna?

El tiempo para hacer reversible el cambio climático se acaba. No hay más plazos. Hace 200 años Malthus hizo el primer anuncio. Hace 70 años el Club de Roma y el MIT presentaron el segundo anuncio. En nuestro país, hace 40 años, el doctor Juan Pablo Pérez Alfonso adjuró de su pasado como jurista petrolero y padre de la OPEP, para asumir la defensa del ambiente. Su aforismo señala el camino, "lo que se riega con petróleo se seca": Planeta o petróleo.

De igual manera el tiempo del chavismo se agotó. El mejor aporte que el chavismo puede hacerle al país, entregar el gobierno, retirarse en paz y si quieren unirse a nuestra lucha contra el gobierno que los suceda ¡Sólo aceptamos revolucionarios auténticos! Nací en la oposición, durante 80 años viví en la oposición y pienso morir en la oposición. Estoy convencido que la única propuesta de redención popular es el socialismo de Marx y Engels. A escala mundial ¿Existe una propuesta diferente y mejor? ¡Me encantaría conocerla!



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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