El pueblo es sabio y paciente como decía Alí Primera. Y recuerdo ahora al cantautor de la canción necesaria, porque desde El Gigante Hugo Chávez, la gente decía que en diferentes instancias del Gobierno revolucionario se encontraban corruptos enquistados esperando que lo derrocaran, para poder disfrutar a sus anchas de todo lo que se habían robado. El Comandante Eterno no cayó y muchos de esos delincuentes comenzaron las traiciones y los saltos de talanquera.
Y viendo la cifra de ladrones presos que suministró el Fiscal General de la República, Tarek William Saab, en una de sus últimas declaraciones, no pongo en tela de juicio que la gente tenía razón, como tampoco dudo que todavía haya infiltrados equivocados creyendo que van a tumbar al presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros.
El Fiscal General dijo que durante su gestión desde agosto de 2017, han sido aprehendidos 1232 personas por hechos de corrupción. ¡Léanlo bien!: 1232. No sé ustedes, amigo lector, amiga lectora, pero yo nunca había escuchado de semejante limpieza en un gobierno de Venezuela. En la IV República los ladrones de cuello blanco eran intocables. Y más bien premiados en otros cargos cada vez más altos y relevantes.
El Fiscal en esa declaración habló de la liberación de las órdenes de captura contra cinco personas, por trama de corrupción en la empresa mixta Fertinitro, 65% propiedad de Pequivén. La medida recayó sobre Hermes Chacín, Herles Arellano Escalante, Rosa Almeida, Eliecer Medina y Alejandra Moya Mogna.
La operación se denominó "La fiesta del millón de dólares". Utilizaron toda esa plata de manera fraudulenta, para hacer un agasajo de fin de año a los trabajadores. ¡Qué patrones tan chéveres! Quizás ni les pagan bien, pero les encanta "marear" a los empleados con el billete del Estado. El de ellos bien guardado. En Venezuela abundan esos empresarios carroñeros, parasitarios.
Por eso, Tareck El Aissami, ahora vicepresidente del área económica, tiene que partir de que el problema de la corrupción es ético, pero también ideológico; cuando uno entra a trabajar con el Gobierno, debe tener concesión socialista, porque el empresario nuestro tiene la perversa particularidad de pasar de socialista a empresario capitalista, y eso es inaudito.
No puede ser que haya personas que entran a trabajar con el Gobierno, el Gobierno los acoge, y termina después con grandes sumas de dinero en el exterior, con vehículos último modelo; no construyen las obras o quedan a medio andar, pero si concretan sus proyectos personales.
Tal situación nos ha llevado a que en Venezuela haya tres tipos de empresarios, el que viene de la IV República como Lorenzo Mendoza, acaparador, que se ha robado los dólares que le entregó el Gobierno, para lo alimentos del pueblo; aquellos que se les dio la oportunidad de participar en un proyecto para engrandecer la patria, fortalecerla, y se cogieron la plata, y los que han salido de los consejos comunales –quizás no todos- pero en muchas de estas organizaciones tomaron el dinero que les suministró la revolución y en vez de beneficiar al pueblo, montaron sus proyectos particulares y terminaron con hoteles, carros últimos modelos, casas de tres pisos, o edificios, en fin… se convirtieron en perfectos empresarios capitalistas.
Por fortuna, el Gobierno revolucionario es un Gobierno profundamente democrático, respetuoso de los derechos humanos. Aquí no existe la pena de muerte como en algunas partes de EEUU, el país modelo de la oposición terrorista venezolana, donde la política exterior depende de la actitud visceral de un demente como el psicópata criminal Donald Trump.
Pero bueno, disculpen la extensa digresión; imposible ser insensible ante tanta injusticia, sobre todo ahora cuando la gente vive en una sola angustia diaria buscando que comer, entre otras cosas, por esos empresarios ladrones y esos corruptos enquistados que se apropian indebidamente del dinero de todos los venezolanos desde sus altos cargos gubernamentales; deberían estar presos desde hace mucho tiempo.
Retomo el hilo entonces; hay que apoyar el trabajo del Fiscal Tarek William haciendo justicia, porque como dije al principio, el pueblo es sabio y sigue denunciando gente de gorra y camisa roja, que solo persigue llenarse de dinero y que derroquen a Maduro, pensando quizás en que haya borrón y cuenta nueva en el país, y de esa manera gozar a manos llenas del dinero mal habido, cuestión que no creo, porque en un supuesto negado que logren sus objetivos, en Venezuela no se salvaría nadie que alguna vez usó una prenda de vestir púrpura. Los queman vivos, como en las guarimbas. De eso tampoco puede haber dudas. Lo vio el país entero, no sé qué tanto el mundo, porque los periodistas internacionales al servicio del imperio gringo se taparon los ojos para no ver las víctimas envueltas en llamas, pero en la Patria de Bolívar no pudieron ocultar esa barbarie.
Los terroristas de la oposición, como tal, son unos asesinos consumados y esos hampones "encapillados" en las diferentes instancias del Gobierno, jamás se salvarán; Venezuela no puede caer en manos de violentos, de esos seres con el alma carcomida por el odio, capaces de quemarnos, pedir que nos sanciones, nos invadan y nos bombardeen.
En consecuencia, estoy convencido que debemos seguir apoyando el proceso revolucionario, cerrar filas con el presidente Maduro, hombre que actualmente enfrenta el monstruo de mil cabezas de la conspiración criminal dentro y fuera de Venezuela…Que trabaja las 24 horas del día en función del bienestar de nuestro pueblo, en tanto otros atacan desde los distintos flancos y se infiltran para enriquecerse y conspirar al servicio del psicópata Donald Trump.
Tengamos conciencia de lo que en realidad ocurre en Venezuela con la oposición empatada en el golpe de estado permanente. Decía Chávez: "La conciencia del pueblo es el combustible fundamental para alcanzar una revolución victoriosa".