El compadre y el plátano amarillo

Me dispuse visitar al compadre pues tenía varios días que no pasaba por su negocio, en lo que voy llegando me segó un relumbrón que parecía el relámpago del Catatumbo. Apreté el paso preocupado para saber que pasaba dentro de la bodega del compadre. Allí lo encontré sacándole brillo a las vitrinas.

Aquellas vitrinas parecían nuevas de lo limpias y pulidas que estaban. Le pregunté que había pasado con la mercancía, porque la bodega más parecía una venta de muebles nuevos que bodega. El compadre me contó que la innombrable había desaparecido desde hacia unos dos meses, y que el último pedacito de requesón lo había vendido la semana pasada antes que se le dañará el punto de venta.

Me comentó que el gusto culinario había cambiado mucho en estos días, porque el antes vendía queso roquefort, gruyere, pecorino, y luego la gente empezó a comprar el queso duro para rayar, posteriormente el semiduro y de pronto le agarró el gusto al requesón. Lo mismo pasó con el jamón y la mortadela, la gente empezó a hacer eso que llaman fitness y dejó de comprar los fiambres. Porque y que no eran saludables para el cuerpo.

Yo asentí a todas estas verdades que me iba enumerando el compadre. En verdad que la bodega del compadre más parecía galpón abandonado que venta de víveres y carne, me dije para mí. No se lo comenté porque no supe como podía responder. El punto de venta, siguió disertando, se tiró tres y para repararlo es más fácil llegar a Martes en burro antes que te lo arreglen. Y sin ton ni son empezó el compadre ha hablar mal del plátano amarillo, y con esto se fue convirtiendo en Chuky.

Mirá, me dijo. La última vez que compré plátano amarillo cada tajada salía no menos de 800 bolívares, porque por alguna razón que nadie puede explicar siempre tres plátanos dan un kilo, ni la serie Fibonacci explica eso. Además, el plátano amarillo me está cayendo mal desde hace rato, desde que se puso difícil de tragar.

Yo lo miro, continúo el compadre, y me da rabia ver al mismo, porque el mismísimo plátano amarrillo no tiene sabor, es desabrido, no sirve hermano. El otro día intenté probarlo y me dio diarrea. Ahí mismo le dije, el plátano verde es bueno para trancar la diarrea. No que va, me respondió. También tienes la opción del plátano pintón, porque el amarrillo no dura mucho. Sí vale, se pudre rapidito.

Y por allí siguió despotricando del plátano amarillo, estaba como poseso con esas cuestiones. No sé de donde le salía tan calentura al compadre, nunca lo había visto así. Por la misma calentera se iba transformado en Freddy Krueger, yo previendo que al compadre le fuese a dar algo, preferí despedirme mandándole saludos a la comadre. Allí me despedí y le desee felices pascuas. Sin embargo, al irme oí que el compadre se lamentaba y se lamentó.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1356 veces.



Obed Delfin


Visite el perfil de Obed Delfín para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Obed Delfín

Obed Delfín

Más artículos de este autor