Hablando claro

No llores más por mí, Juan Manuel

Cuando se ha descubierto que un santo o una santa, asoma una lágrima, de verdad o de mentira, normalmente esa lágrima es de sangre; es por eso que te pido, Juan Manuel, no llores más por mí, porque no eres el santo de mí devoción. Esas lágrimas son de sangre; ese llanto que desparramas por mí, no es más que una prueba de un "santo" hipócrita, que no llora, no suelta una lágrima por los miles y miles de muertos en tu país que pareciera que no tienen dolientes ni quien los llore. Llora por ellos "san Juan" que yo tengo bastante quien me llore.

Te pido que no sueltes una lágrima más por mí, Juan Manuel. Nunca me equivoqué cuando pensé que los presidentes colombianos son cínicos, que no tienen sentimientos, que no lloran por nadie, no sienten nada por nadie. Si no lloras tus muertos, Juan Manuel, entonces no me vengas a decir, como si nosotros fuéramos bolsas, que estás llorando por mí. Bastante lágrima hemos desparramado, esas lágrimas salobres que saben a pueblo, a sentimiento puro, a puro dolor, lágrimas que salen de lo más profundo del alma y de los corazones.

Si llegara a ser cierto que has llorado, que en verdad no te lo creo, ya no te quedarían lágrimas para que llores por mí. Mira, Juan Manuel, te lo pido por todos los santos, llora bastante para que te desahogues si es que estás ahogado; llora por los muertos del terrorismo, los muertos del narcotráfico, por los muertos hechos pedazos por paramilitares, llora por los periodistas asesinados; llora bastante, "san santos", que tus lágrimas de sangre no tocarán mis sentimientos.

Llora por los pobres de tu país, los masacrados, los desaparecidos, los humildes. Los que no tienen la culpa de nada pero que son seres humanos igual que tú y tu entorno, Juan Manuel. Llora por los desplazados; esos que han tenido que abandonarte como país, porque no ha habido un "santo" que meta su mano por ellos. Llora por los muertos más recientes; los asesinados en Antioquia, mineros que reclaman sus derechos y son masacrados con una represión brutal y cobarde hasta quitarles la vida. Llora por ellos, no llores más por mí, Juan Manuel.

"La minería nos da la comida, Santos nos mata de hambre", dice una pancarta. Diez mil obreros en huelga que luchan por sus derechos; por una minería que les pertenece por más de 200 años. Llora por ellos, "santos". Pero no, en lugar de llorar por ellos como y que "lloras" por mí, lo que haces es reprimirlos, asesinarlos, masacrarlos, sin una lágrima en los ojos.

No llores más por mí que yo tengo bastante quien me llore. Llora por tantos periodistas muertos en tu país, locutores, columnistas. Llora por los miles de dirigentes comunales asesinados en los últimos meses; llora por el exterminio de líderes de izquierda como ocurrió con el exterminio de la UP y sus miembros. Lora por el exterminio de dos candidatos presidenciales, ocho congresistas, 70 concejales, 11 alcaldes y una cantidad desconocida de personas de la UP que fueron lloradas por los patriotas, no por ti ni por tu oligarquía podrida. Llora por las 18 personas diarias que mueren en tu país por desnutrición.

No llores por mí porque eres nuestro enemigo jurado. Llora por tus cuates en México, tu admirado país donde han aparecido más de mil fosas comunes con miles y miles de desaparecidos, descuartizados sin gobierno quien los llore; llora por tu Argentina, donde hay una dictadura disfrazada; llora por tu Perú donde los maestros se están muriendo de hambre.

Llora por tu Brasil, donde hay una dictadura quitándole todos los derechos a la población; llora por tu EE.UU. que está al borde de una guerra interna combatida a fuerza de represión; llora por Paraguay, por Honduras, Uruguay, pero no llores más por mí, que no quiero ver una lágrima más de cocodrilo ni de sangre.

Sé que no hay San Manuel, San Santos, pero estoy esperando el 1ro. de noviembre, día de todos los santos, para desearte que se te aparezca un Chávez en Colombia, una Constituyente, no para que lloren los colombianos, sino para que definitivamente llegue la paz verdadera, no esa paz embustera a la que el terrorismo le ganó unas elecciones.

No sigas llorando ni por mí ni por los preescolares incendiados con niños adentro, hospitales quemados con ancianos adentro; ni por los más de 100 muertos entre ellos muchos quemados vivos, degollados, ahorcados, linchados, con morteros, con fusiles, pistolas; crímenes de odio sólo por su parecido a un chavista. No sigas llorando por mí, Juan Manuel, que yo tengo bastante quien me llore, pero las lágrimas que brotan por mí, salen del alma y del corazón.



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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