El desplazamiento de casi 400 colombianos a Venezuela a través del estado Zulia refleja la difícil situación que atraviesa el país neograndino. Huyeron a nuestra Nación para construir un futuro mejor cuando los paramilitares los obligaron a abandonar sus tierras. Sin embargo, no es poco lo que se puede decir del esfuerzo hecho por la Revolución, primero con Chávez y Fidel, y posteriormente, con Maduro y Raúl para que definitivamente el pueblo colombiano alcance la paz que tanto anhela.
La guerra como elemento de dominación continúa siendo uno de los factores por lo que algunos reductos de la política imperial y colonialista no dan tregua a los planes de paz adelantados por la Casa de Nariño. Intereses - principalmente económicos- se niegan a toda costa a darles a los colombianos lo que por derecho les corresponde, el cese al fuego que pueda curar las heridas dejadas por más de medio siglo de violencia desmedida.
Mientras en el imperio hacen todo lo posible por construir barreras físicas e imponer sanciones económicas en detrimento de las naciones del mundo, Venezuela como ejemplo, humildemente abre sus fronteras no solo para el pueblo colombianos, también a todos aquellos que necesitan una mano en tiempo de aflicción y angustia. Así somos los venezolanos.
Según la Organización de las Naciones Unidas nuestro país recibe más refugiados colombianos que cualquier otra nación en el mundo, no solo por la cercanía geográfica. Venezolanos y colombianos compartimos una historia. ¡Más que vecinos, somos hermanos! Evidentemente nuestro Gobierno ha dado una verdadera lección de solidaridad e integración a los pueblos. Un ejemplo del "sueño americano".
El presidente Nicolás Maduro ha dispuesto todo un equipo en la frontera para atenderlos como ciudadanos venezolanos. Demás está decir que los residenciados en nuestro país gozan de todos los beneficios sociales como la educación, la salud, pensiones y, como no mencionar, a la Gran Misión Vivienda Venezuela, programa habitacional creado por el comandante Chávez, que hasta la fecha ha beneficiado a casi 5 mil familias colombianas.
Es preciso destacar, sobre este último aspecto, que el vicepresidente de Colombia realizó unas declaraciones atrevidas y xenofóbicas, donde discriminó a los venezolanos radicados en Colombia durante la entrega de viviendas gratuitas en el municipio de Tibú. Esta acción refleja el decadente estado de la política en esa nación. Porque antes de realizar cualquier acto de exclusión es propicio recordar que por encima de cualquier situación y desavenencia todos somos ciudadanos del mundo.
Lo que seguramente ignoran muchos "líderes" colombianos es que históricamente el pueblo venezolano ha sido un pilar de apoyo en los momentos más difíciles. En 1957, tras una explosión en Cali que causó miles de víctimas y gran cantidad de damnificados, el Gobierno venezolano obsequió un edificio completo.
Se trata del llamado bloque 8 del complejo residencial conocido como 23 de Enero, en el área central de la capital venezolana. Efectivamente quien intente ubicar el edificio con el número 8 no lo va a encontrar en Caracas, pues el mismo fue construido en la capital del departamento del Valle del Cauca, en la costa colombiana del Pacífico. Actos tan sublimes y desinteresados como ese, sin distingo de ideología política, son dignos de admirar. ¡Viviremos y venceremos!
