El caldo de cultivo para el golpe de estado: la corrupción, la delincuencia y la tiranía

Vamos por partes. El punto de partida en la teoría del golpe suave o progresivo es que el mismo gobierno cree el "caldo de cultivo" para la guerra de cuarta generación.

Un caldo de cultivo es la corrupción. Desde el efecto de los alimentos podridos bajo responsabilidad de PDVAL en el 2010, año de elecciones parlamentarias, en la cual la oposición regresa en parte gracias al efecto de la corrupción emergida en aquella institución y PDVSA; es hoy cuando que el gobierno empieza a accionar contra la gigantesca Hidra.

Son muchas las denuncias y señalamientos públicos realizados por el pueblo bajo todas sus representaciones. Pero las instituciones públicas responsables de salvaguardar los bienes nacionales hacen caso omiso, o simplemente reciben órdenes de no actuar.

Ese es el statu quo hasta hoy. Es posible que haya un golpe de timón en marcha contra la corrupción desbordada. El pueblo necesita ejemplos contundentes, especialmente contra los reyezuelos traidores. Recuerden sin penas morales y sanciones punitivas no hay paraíso.

Otro caldo de cultivo es la delincuencia en todas sus formas. Vengo haciéndole un seguimiento al Editorial semanal que se publica en el diario El Nacional. Lo que se escribe hoy es digno de atención: El fenómeno de la migración venezolana. Las preguntas que se plantean allí son simplemente aterrorizantes. De ser así, el gobierno nacional debe actuar con todas sus fuerzas morales y físicas.

En lo personal debo admitir que el fenómeno migratorio del venezolano es un hecho triste y muy lamentable. Hoy más que nunca hay compatriotas esparcidos en los cuatros puntos cardinales del orbe. Hoy sentimos con dolor el agravio que ellos sufren en las naciones extrajeras, inclusive en las que se hacen llamar "naciones hermanas".

Independientemente de la lectura que usted pueda darle a esta situación, piense por un momento si Bolívar, y como él otros próceres, no hubiese conseguido refugio en otras naciones, que hubiese sido de la independencia. Bolívar luchaba por un propósito: ver a su patria libre de la tiranía española.

Hoy la tiranía se les manifiesta a la totalidad popular bajo distintas formas. La inacción gubernamental contra la corrupción y la delincuencia son unas de tantas. La corrupción nos roban el dinero para las necesidades públicas: salud, educación, alimentación y vivienda. La delincuencia cobra las vidas. Ambos fenómenos son familia del mismo padre inocuo: desesperanza y destrucción. La tiranía es la aniquilación sistemática de la moral nacional y la esperanza en la existencia misma.

Volviendo al plano personal y público que este espacio brinda, expreso mis más sinceros deseos de fraternidad al Estado y pueblo peruano por la generosa acogida que le dan a los migrantes venezolanos, entre ellos, a mi hija, hijo y mi nieto, 31, 24 y 14 años. Desde aquí bendiciones al pueblo venezolano esparcido en el orbe. Pronto regresará con gran experiencia y amando más a la patria bolivariana.

Nuevamente, el gesto magnánimo del presidente Pedro Pablo Kuczynski y de su pueblo nos alienta a tener esperanzas en la fraternidad internacional. Esa nación hermana hace una distención honorable en un mundo convulsionado por el resurgimiento de los nefastos nacionalismos. ¡Que el Dios de la humanidad, cómo lo llama Simón Bolívar en Angostura, traiga grandes bendiciones a las naciones andando en el amor fraternal de Cristo! Es nuestro Código Político, de nuevo Bolívar (1819).

"Sólo el pueblo virtuoso se salva"



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Edwin Medina


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