Estupideces peligrosas

La libertad de expresión y de pensamiento nos permite expresar y pensar estupideces sin que nadie nos sancione. Por esta razón cada persona es libre, pero responsable, de exponer tonterías a diestra y siniestra o en el mejor de los casos, cavilar sandeces, con la suerte que el prójimo no las conocerá, dado que estas permanecerán encriptada en su pensadora.

Al hacer un análisis de la estupidez descubrí que las hay de todo tipo: las risibles, las mortales y las peligrosas, entre las que me interesa catalogar. Evidente, no existen únicamente las tres referidas, cada quien podrá tener su propia tipificación. Por ejemplo dentro las risibles puedo destacar las cometidas en sus numerosas películas por "el gordo y el flaco" ("Laurel and Hardy en inglés). Estas evidentes tonterías fueron motivo de risa de millones de espectadores al principio del siglo XX. Las estupideces mortales son numerosas, estas son consumadas por algunos estólidos quienes, a sabiendas de que son nocivas, insisten en perpetrarlas. Es el caso de los fumadores, los bebedores, los drogadictos y los obesos. Los primeros tienen la información del peligro de la nicotina y sin embargo insisten en fumar; los segundos no paran del consumo del alcohol, con la certeza que les espera una cirrosis hepática; los drogadictos reiteran en el uso de sustancias prohibidas ante la perspectiva de una mortífera dolencia y los obesos, anhelan la comida chatarra, una gaseosa de cola, las tortas con crema, los helados…entre tantos productos que lo conducirán al sufrimiento de diversos males. En el caso de continuar con la práctica reiterada de tales estupideces de seguro que en poco tiempo disfrutarán de la paz de los sepulcros. Estupideces mortales.

Voy a detenerme en las estupideces peligrosas cometidas por ciertos personajes, quienes por la posición que ocupan dentro de la sociedad ponen en riesgo el orden mundial. Algunos de sus inefables decretos eran y son verdaderos paradigmas de estupidez política. Por ejemplo, la sentencia dictada por G. W. Bush cuando acusó al gobierno de Irak y al de Afganistán, sin prueba alguna, por el ataque de las torres gemelas (2001). Los argumentos utilizados para la justificación de los bombardeos a dichos países eran verdaderos ingenios de la estupidez política cuyas graves consecuencias todavía la están viviendo esos pueblos. Pasado 16 años de aquel acto terroristas, después de arduas investigaciones se tiene la certeza que las pruebas de lo afirmado por la CIA, por el FBI y por los especializados centros de investigación antiterroristas están cimentadas sobre inexplicables dudas. Una muestra de lo peligrosa que puede acarrear una estupidez de esta dimensión.

Por fortuna en oportunidades la estupidez es compartida. Es el caso de la cometida por Bush (EEUU), Blair (UK) y Asnar (España) al afirmar que Irak poseía armas de destrucción masiva (2002). Esta mentira (una soberana estupidez) fue uno de los factores determinantes para justificar el uso de fuerza militar contra Irak, la destrucción de un pueblo, millones de muertos y el vil asesinato del presidente Saddam Hussein. Otra muestra de una estupidez peligrosa que condujo a la destrucción de un país.

Cada presidente de EEUU ha dado muestra de su capacidad de cometer y decretar estupideces. Otro ejemplo que me viene a mi memoria es el caso del futuro desempleado Obama, el presidente que abandonará pronto la Casa Blanca con más pena que gloria. Como olvidar el ukase del premio nobel de la paz mediante el cual sanciona a Venezuela por considerarla "una amenaza extraordinaria e inusual" (2015). Un decreto similar a este fue que el hazmerreír Barack lanzó contra Libia, cuyas resultados conocemos, convirtiendo una estupidez risible en una de la más peligrosa y mortal. Como corolario de aquel veredicto Venezuela permanece amenazada por el país con el mayor poderío bélico mundial, sencillamente porque el gobierno bolivariano no sigue los dictados del Departamento de Estado de EEUU. Por lo tanto, dicha tontería se convierte en una estupidez peligrosa.

Pareciera que el presidente Obama antes de desalojar la casa blanca lo afectó una especie de síndrome del abandono del hogar y se transformó en un porfiado antiruso. El presidente moreno presume que Putín es el causante de todos los males por los que está atravesando USA. A tal grado, que culpa a los hackers pagados por el Kremlin de haber saboteado las elecciones de EEUU para que triunfara el rubicundo Donald. Igual que la anterior, esta estupidez sería divertida si no estuvieran actualmente plantados en Polonia (en la frontera Rusa) miles de soldados de la OTAN. Una estupidez peligrosa que pone en peligro la paz mundial.

En Venezuela conviven dentro de la oposición (en la MUD y en la AN) una ralea de personajes que muestran una gran capacidad para despilfarrar estupideces. Esto se patentizó durante la Revolución Bolivariana, hoy acentuadas en el gobierno de MM. Uno de los gonfaloniero de un grupo de estólidos sentados en los escaños de la AN que representan los intereses de los poderosos, es el gamonal Ramos Allup. El edil, una vez afianzado como presidente del parlamento amenazó y aseguró (enero del 2016) con derrocar en seis meses al presidente MM. De esto ha transcurrido un año y el único que salió de la presidencia de la AN fue el curaca adeco y aún el incansable obrero chavista se mantiene en la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.

No conforme con la estupidez anterior y como prueba de la existencia de unos opositores más estólidos que RA, otros ediles introdujeron una serie de leyes de atetaban contra los derechos de millones de venezolanos. El gamonal adeco, en pleno ejercicio de su estupidez, aprobó y sentenció tales leyes, a sabiendas que el TSJ las había decretado inconstitucionales.

Las estupideces no fuesen tan dañinas ni objeto de burlas sino fuera que se hacen públicas. Es el caso de otros legisladores de la mud que ostentando de su estúpido escualidismo introdujeron en la AN un recurso para derrocar al presidente MM, bajo el necio argumento de su nacionalidad colombiana. El gobierno de Nueva Granada emitió un documento que desmentía tal estolidez, pero todavía alguno de los abanderados de la tontería política opositora continúan insistiendo sobre el mismo tema. Pura payasada política.

Detrás del anterior legislador estólido venía otro peor con otra solución no menos estúpida: para salir del presidente MM hay que hacerle un juicio político que no está contemplado en la Constitución nacional. Largas horas de discusión para derrocar al mandatario y todo quedó en una tontería y en una aberración política.

De nuevo, en los albores del año 2017, el señor Julio Borges pretendió demostrar que en su ejercicio ilegitimo de la presidencia de una AN en desacato, que el sancionaría una ley convertida en el acabose de la estolidez política. Decretó que el presidente MM había abandonado el cargo y por lo tanto ya no era (así de simple) presidente de la República Bolivariana de Venezuela, además, contando 30 días, a partir de esta fecha se debían realizar elecciones. Paralelamente a esta estupidez parlamentaria, yo escuchaba a Nicolás en una cadena de radio y televisión, en el ejercicio pleno que le da la constitución, presentado a su pueblo los pasos a seguir para derrocar la guerra económica. Por fortuna para todos los venezolanos, al día siguiente MM continuaba en el ejercicio de su cargo. Son unos verdaderos mentecatos. Cualquier día Julio Borges decretará que a partir de cierta fecha el Sol solo saldrá de noche. Por suerte, al día siguiente nos despertará un esplendente Sol.

Todos los ejemplos anteriores parecieran unas majaderías expresadas por unos hazmerreíres sin experiencia política. Lo único malo es que detrás de estos majaderos está el imperio norteamericano que busca derrocar al presidente MM y estas estupideces risibles se podrían convertir en estupideces peligrosas y mortales. Lee que algo queda.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2119 veces.



Enoc Sánchez


Visite el perfil de Enoc Sánchez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Enoc Sánchez

Enoc Sánchez

Más artículos de este autor