La victoria de la bondad en Venezuela: la ruptura con la desesperanza

Es muy fácil inducir a una población a la desesperanza colectiva mediante diagnósticos malintencionados, y con el apoyo de los medios de comunicación afines al mismo propósito: crear la desesperanza como mecanismo de dominación. Ya Heidegger habla de la angustia (Angst) y la preocupación (Sorge) en la filosofía de la mente. Quiero compartir varios encuentros personales con la realidad almática venezolana, que nos ayudará a no caer en las artimañas de los predicadores de la desesperanza.

Ayer lunes, estando debajo en un árbol esperando el primer transporte público gubernamental, estos circulan gratis hasta hoy, se para una buseta de una línea privada de mi ciudad. El colector me pregunta que si voy a subir, a lo cual le respondí que no tenía efectivo; el joven y el conductor me invitaron a subir con "un amable no importa". El sábado 17 había pagado con el último efectivo el pasaje a medias; este conductor me dijo: "tranquilo, mi pana". No por tratar de compensar mi deficiencia en efectivo para completar el pasaje, sino para agradar el buen gesto, compartimos una mandarina que había comparado antes de abordar.

Estos, así como muchos otros gestos que se dan entre nosotros: el pueblo; y no en las oficinas de los intereses ocultos, o en clínicas psiquiátricas, son los que ponen en tela de juicio a la salud mental de "los expertos mentales", que se prestan para el intento de desviar del camino del bien a la población. La bondad como sentimiento nacional y la actitud de desprendimiento es lo que predomina en el ser venezolano autentico.

¿Cómo derrotar a la maldad? Mediante la sobre-multiplicación de la bondad hasta que sobre abunde en el alma popular. ¿Cómo se hace esto? Muy sencillo:

  • Salude a los extraños con un alegre buen día, tarde, o noche; acompañado con una sonrisa. No importa que no le regrese el saludo, si nos multiplicamos, esta medicina gratuita llegará más temprano que tarde al corazón del semejante desprovisto de la bondad.
  • Sea generoso con la necesidad: no aparte su mirada, no sea contemplativo, no sea juez de los demás al pretender analizar la causa de la persona en necesidad. Tenga un corazón activo para hacer el bien, y hágalo. Sea un héroe anónimo, y al dar entregue una palabra de esperanza moral al necesitado. Así multiplicamos el efecto liberación: las personas necesitadas escucharan los mensajes de esperanza tantas veces, que poco a poco se desprenderá de sus cadenas para ser ejemplo y portador de esperanza viviente.
  • Vea esta esperanza hecha realidad en el alma venezolana desde ahora y practíquela, y a la vuelta de un poquito de tiempo, verá la realidad concretada en nuestra patria.
  • Sea un héroe de la siembra y cosecha de la esperanza en la tierra de gracia, y será un compatriota en la victoria de la bondad en la Venezuela prosperada; ya que así como prospere el alma nacional, prosperaremos todos y todas.

emedina62@gmail.com



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Edwin Medina


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