Ahora sí se montó la gata en la batea, con el último artículo de Nicmer Evans: "Maduro Erdogan, el chavista que no es". Ya llegó al límite con su infantil izquierdismo; lo único que le falta es acompañar a los fascistas en la toma de Caracas, el próximo 1-S. Evans ya no nos sorprende, con una carencia abismal de información; cuando olvida o se hace el loco sobre el golpe militar perpetrado recientemente contra el presidente turco Recep Erdogan, el cual fue fraguado por el Departamento de Estado gringo.
Además menciona al pitiyanqui turco Fetullah Gullen como si fuera un angelito, actualmente asilado en EEUU y principal títere de los gringos; confabulado con otros vendepatrias turcos que actuaron en el fallido intento en Ankara, con el único propósito de montar un "gobierno de transición", siguiendo la trillada maniobra del Pentágono y la CIA.
Y acerca de su crítica hacia el presidente Maduro, quien advirtió a los fascistas de la derecha que accionará con mano de hierro si pasa la frontera del golpismo. Evans esboza en su crítica destructiva, la reacción del comandante Chávez, el 14 de abril de 2002, quien mostrando un crucifijo después de ser derrocado dos días antes, invitaba a la reflexión y el diálogo. También se le olvidó a Evans, que transcurrieron sólo siete meses, cuando la derecha volvió a intentar su derrocamiento con los militares traidores de Altamira convocando a la desobediencia civil y luego el paro petrolero-patronal, causando muerte y millonarias pérdidas.
Evans remata el artículo señalando la "compleja asociación con deseos autoritarios" del presidente Maduro, frase goebbeliana que reiteradas veces utiliza la derecha. El mismo comandante Chávez advirtió en numerosas ocasiones que si de nuevo intentaban derrocarlo, no reaccionaría como el 14-A. ¿Será otro olvido?; cuando Evans estaba con la revolución bolivariana, nunca tildó a Chávez de autoritario al reaccionar de esa manera. Evans, quítese la máscara de una vez por todas y muestre su verdadera cara escuálida.