Democracia, dictadura democrática, militarismo en Venezuela

En caso que usted se decida a preguntarle a un camarita en acalorado diálogo no solo sobre sí es posible que en la reciente Historia venezolana desde aquellos años pretéritos del siglo próximo pasado se hayan expresado las tres propuestas en título, quizás, inmediatamente, le responderá afirmativamente sin dudar, con énfasis y apostólicamente, es decir, vehementemente dogmático, porque de democracia y sus idas y venidas sabemos todos y, por si acaso, no propongan que nos lleven al paredón, todas también conocen muy bien de sus derechos.

Claro sí usted le pregunta a una dama como define "democracia" seguramente le responderá en diferencia a sí se lo interroga a un caballero, ambos, no políticos porque sí es político o política, entonces, el pasticho en respuesta lo llevará a usted, el interrogador, a correr a la Biblioteca Nacional a tratar de encontrar un voluminoso ladrillo que le explique, en pocas palabras de mil páginas, que significa "democracia".

Pero el tema se complica cuando se introduce en esa tertulia las posibles propuestas de escenarios en dictadura democrática y militarismo. Inmediatamente, el tertuliano le mirará fijamente asombrado para inquirirle qué entiende usted sobre eso que ha calificado como dictadura democrática. Al contrario, "tirios y troyanos" le asegurarán que suscriben esa realidad que marcará como actual referida al militarismo en escena. Uno de esos merideños, por cierto, fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR, le reiteraría, claro en programa a ser mostrado por Telesur el próximo sábado (15 mayo), que el Gobierno de don Rómulo Betancourt fue una dictadura democrática porque, nos expresamos, fue elegido por los venezolanos y venezolanas. Así son las cosas de la Política más complicadas que tratar de comprender a la Santísima Trinidad según San Francisco, claro, de Asís, por sí acaso no se vayan a confundir.

En esa línea de argumentación, en las actuales circunstancias políticas, la MUD, es decir, las derechas venezolanas, golpistas y no-golpistas, además de ciertos sectores de la izquierda radical anti-militarista, consideran que el actual gobierno en revolución, es decir, desde el mismo momento del triunfo de Hugo Rafael Chávez Frías, es un gobierno militarista no así militar por aquello de la representación jurídica de las elecciones presidenciales y legislativas. Es decir, en Venezuela hay de todo como en botica pero ello no nos permite aclarar donde estamos parados en cuanto a la realidad política en la cual estamos inmersos los venezolanos más allá de los contenidos en la estructura jurídico-legal que impera actualmente en nuestra Patria por aquello de los consejos comunales y sus reales representatividades objetivas de gobierno.

En estos días, revisando la biblioteca, nos tropezamos con aquel discurso expuesto por Luis Castro Leiva en el marco del Cuadragésimo Aniversario de la Democracia Venezolana, 23 de enero de 1958, en el seno del Congreso Nacional de la 4ta. República, en aquella celebración del 23 de enero de 1998, curiosamente, es decir, sí bien nos recordamos, en aquel año electoral del triunfo electoral del candidato a la Presidencia de la República de Venezuela, nos referimos a Hugo Rafael Chávez Frías.

Cuando recordamos aquellos tránsitos electorales, en nuestra opinión, se expresaban varias realidades desde las divisiones internas en Acción Democrática, las inconsistencias del partido social-cristiano COPEI cuando se confrontaban dos tesis ideológico-políticas profundamente adversas y enfrentadas, hasta en lo personal, en aquellos momentos cuando las izquierdas estaba en contradicciones y cuando la sociedad pedía a gritos en su inconsciente histórico aquella tesis de Laureano Vallenilla Lanz sobre el "cesarismo democrático" en el marco de su expresión en figura del aspirado "gendarme necesario" en el marco tradicional-histórico venezolano.

Sí leemos y reflexionamos sobre la tesis propuesta por Vallenilla Lanz referida al "cesarismo democrático" ya por título de dicha propuesta entramos de cabeza a la contradicción en si misma sí consideramos que la interpretación del concepto "cesarismo" evidentemente debería referirse a "lo militar" como, históricamente, se ha venido expresando en la Venezuela post-Independencia nos guste, nos agrade y lo rechacemos, total, a gusto del consumidor.

Es decir, en Venezuela, en nuestro personal criterio, pareciera que aún no tenemos muy claro como se comporta la sociología de la sociedad originaria en considerando los impactos objetivos que las migraciones han permeado en los pensares de lo real-tradicional de nuestra sociedad. Algunos ejemplos muy curiosos cuales, frecuentemente, nos olvidamos.

En Venezuela se expresaron los denominados como los "negros alzados" quienes fueron aquellos esclavos procedentes de la África occidental que fueron objeto de venta en algunos puertos coloniales venezolanos por aquello de sus calidades físicas disminuidas por efectos del cruce del océano Atlántico a hacendados coloniales quienes, en la primera oportunidad, aquellos esclavos africanos, decidieron huir y refugiarse, por ejemplo, en la "Pica del Chino", "Farriar", etc., entre otros pueblos formados por dichos alzados en la región del actual estado del Yaracuy.

Otro ejemplo es consecuencia no solo de los "negros alzados" sino de huidos por persecución, que se refugiaron en Los Llanos produciendo en espacio no controlado por la Corona que fueran desarrollando sus propias normas de convivencia, comercio y defensa (Boves y Páez son ejemplo de ello). Entre las curiosidades que se presentaran en esta región de la geografía histórica de Venezuela sería la imposición del "bautismo de agua" a consecuencia de que la Corona borbónica no enviara sacerdote alguno por espacio de cien años según mentan las historias.

Otra realidad sería el desarrollo de un comercio exterior vía San Fernando de Apure hacia Trinidad y Tobago y los tres circuitos comerciales del Mar Caribe según ha estudiado el doctor Ramón Aizpurúa Aguirre en publicación del Banco del Caribe. Un ejemplo histórico más es la exportación de mulas y burros a los ingenios azucareros del Caribe vía Los Llanos-Barquisimeto-Coro cuales quizás lograran alcanzar tierras sureñas del norte del continente americano.

Es decir, la sociedad venezolana, históricamente, se ha expresado en particulares realidades que obligan a tratar de comprender esa "independencia sicológica" que está presente en cada venezolano que, en pocas ocasiones históricas, ha sido bien interpretada por los sectores políticos venezolanos o sino que es aquella frase despectiva de "Juan Bimba" que produjo, en contrario, decisiones electorales aparentemente incomprendidas por la intelectualidad criolla. A título de ejemplo, que fue sino la expresión sociológica de la sociedad urbana venezolana el "13 de Abril" de aquel fatídico año del 2002.

En el discurso de Castro Leiva en referencia nos llamaría la atención una de sus ideas que procedemos a transcribir para que ustedes asuman su contenido. Expuso Castro Leiva que "…Estos pensamientos desdeñosos de la democracia representativa, hechos por la alquimia levantisca y demagógica de caudillejos, nos dicen que es necesario reinventar una democracia directa de las masas…este sueño "anarquista" consiste en que cada quien lleve su silla de congresista, su curul, como quien lleva una loncherita para manducarse la república y formar, en un acto de participación política instantánea, una especie de guarapita cívica, la voluntad general de todos…" (Idem, pág. 7).

Pero el intelectual no se quedaría ahí ni dejaría nada en el tintero cuando expuso que "…es que ustedes [los legisladores] tienen la obligación de pensar no la de hincarse ante la opinión [pública]…tienen que deliberar bien y derechamente para que podamos sentir todos que la delegación de nuestro poder, nuestra representación, no será usurpada por la sinrazón…quisiera soñar que…la voz de quienes construimos la feliz y a veces la infeliz ficción moral de la Soberanía popular que ustedes y nosotros pretendemos encarnar sin trancazos ni realazos…" (cursivas nuestras. Ibidem, pág.11)

Lo ante expuesto para la reflexión, en nuestros entenderes, son algunos de los sustentos ideológicos que son las bases fundamentales de la comprensión que las derechas tienen de lo que debe ser el ejercicio de la Democracia cual como se abstrae del texto es evidentemente la concepción de la Democracia Representativa ya que, como lo expuso Castro Leiva, cuando confrontamos aquel discurso con lo expresado en el Preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, comprendemos lo propuesto: "…El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana…".

Cuando al comparar, concluimos que "…este sueño "anarquista" consiste en que cada quien lleve su silla de congresista, su curul…" lo cual expresa esa visión no solo asimétrica y contradictoria de la razón de ser del "ser social" como "ser creado" sino que niega la propia responsabilidad teologal del ejercicio de la "libertad en perfecta responsabilidad personal" otorgada por el propio Creador cuando por razones del transcurso de la Historia de la Humanidad ese "ser social" no solo tiene la responsabilidad de actuar como tal ante el Estado y el Gobierno sino es de obligación eterna por la significación de su propia creación como transcendencia hacia lo Eterno y hacia la visión beatífica del Ser. Ahí queda eso!!!

Es decir, en última instancia, sin desconocer los importantes significados históricos que aportó la Democracia Representativa, en el marco de la realidad del "cambio de época" por aquella razón sustentada en la perfectibilidad tanto del "ser social" como de toda la sociedad como nación, son tiempos significativos cuando es filosóficamente imperativo reconocer la superioridad obligante que representa la Democracia Participativa sobre la Democracia Representativa.

En considerando la tesis de Linné sobre la antropológica diferencia entre el homo sylvestris y el homo sapiens obligatoriamente nos confrontamos con la pregunta sobre "…el ser del hombre…" (Salvador Castellote Cubells. Compendio de Antropología. Edicep. Valencia, España, 1999, pág. 16) en función de que aquella respuesta nos lleve a "…buscar el para qué…" (Idem) cuando el "ser social" está en la obligación de alcanzar como "…la tarea fundamental hacerse a si mismo…" (Ibidem) cuando se acepta que "…su ser no lo tiene como algo dado, sino como tarea, pero una tarea que no se identifica con un puro objetivo práctico, sino como idea, que lanza un reto a la humanidad diciéndole como algo debe ser Antropología filosófica…" (Idem, pp. 16-17). Es decir, para no aburrirlos, tanto la Curia criolla como las derechas, golpistas y no-golpistas, no cumplen con su propia conciencia expresada en gritos legislativos y panfletos hipócritas.



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Miguel Ángel Del Pozo


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