Desde la otra acera

Cumaná, más allá de las 201 millas mar adentro; ¡historia oculta la empresa atunera!

Dejada al olvido, a su suerte, al "sálvese quien pueda", durante la década de los 90, la "empresa atunera venezolana", durante los primeros tiempos revolucionario, bolivarianos, chavistas, pareció unirse al proceso se cambios, sueños, de patria libre, soberana, independiente. Sus dueños, herederos o apoderados, migrantes europeos, descendientes de italianos, portugueses o españoles, así lo expresaban públicamente. A escondidas la intencionalidad manifiesta otra cosa.

Poco duraría este matrimonio ideológico, ellos los empresarios atuneros también se sumarian al golpe de estado de abril de 2002 y posteriormente al paro petrolero. La decaída empresa atunera y sus trabajadores sería dejada definitivamente a la buena de Dios y desde luego que su escasa o ninguna producción, su desaparición y obsolescencia, sería culpa e Chávez.

En principio; los grandes y medianos barcos fueron dedicados al contrabando de combustible más allá de nuestras fronteras. Poco a poco las pocas faenas de pesca van siendo sustituidas por esta actividad delictiva. Más tarde, era evidente la falta de producción y lo extraño en la actividad pesquera, entonces para tapar tales sospechas algunos barcos de pequeño o mediano calado se destinaron a la pesca en aguas territoriales venezolanas, dentro de las 200 millas náuticas. Todo parecía bien, pero; siempre había quien preparaba el terreno para ir contra la estabilidad y los sueños de patria buena, noble y productiva.

La poca producción atunera en aguas venezolanas fue entonces "acaparada" en alta mar; realizada las faenas de pesca, su mermada producción es llevada más allá de las 200 millas mar adentro, en aguas internacionales, para ser transferidos a barcos nodriza, de mayor calado, de banderas extranjeras o nacionales. La poca o escasa producción atunera en aguas territoriales venezolanas, es llevada al extranjero o ingresada a Venezuela como atún importado, que bajo el control cambiario debía ser pagada en dólares. Concretada las siniestras operaciones, la "menguada flota atunera nacional" regresaba "soronda" a puertos venezolanos con cero o muy escasa producción. Especies que no pasan control de calidad internacional son traídas a puertos nacionales para justificar el reavituallamiento y las actividades pesqueras. ¡Sólo el ripio era traído a Venezuela!

Hoy, aún se mantienen muchos de estas investigaciones en fiscalía, probablemente funcionarios corruptos que conociendo la historia y el volumen monetario que mueve la industria atunera busque una buena y suculenta "tajada"…

¡NO A LA LEY DE AMNISTIA, de auto perdón e impunidad de crímenes contra la Nación Venezolana!



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Felipe Marcano


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