Divinos, fueron, son y serán, los destinos de Venezuela

Nuestra república se deleita de buenas y envidiables heredades. Al norte, representamos la mayor planicie, que bordea el exótico y cálido mar Caribe, al sur se encuentra el apasionante e inmensa amazona, al este y oeste se atinan nuestros dos hermanos de tierra, historia e inclusive de sangres. Mientras, dentro de nuestro territorio, se halla las inmensas y disparejas riquezas naturales, escoltadas con extraordinarios y diversos ríos.

Todas estas riquezas antes mencionadas son intrascendentes, ante el mayor patrimonio que el destino nos obsequio. Somos cunas de libertadores, fuimos el bravo pueblo, que libero a seis países de América latina.

Esta honorable y adormecida población tuvo que sobrellevar, dos siglos de traiciones y pavuras, transformándonos en la única nación que disipó un millón de km2 sin disparar una bala. Nuestras políticas se regía en el exterior de la república, mientras los accionistas nacían y morían (pueblo) de PDVSA, jamás percibió dividendos algunos.

Con la necesaria llegada de la revolución bolivariana, la república presidida por Chávez, que instituyo un escudo que desbordo nuestra patria, acobijando a las mayorías de los pequeños y en ocasiones grandes naciones mundiales, utilizaban y se resguardaban de nuestro escudo. El destino volvió a sonreírle a la República, los brotes y genes de bienhechores, se timbro en Hugo Chávez, y en muchos conocidos, incógnitas y venideros chavistas.

Es verdad que nuestro pueblo a simple vista, nos distinguen como bochincheros, e incapaces de defender nuestra soberanía, porque somos un pueblo alegre, coexistimos sin enfermedades raciales o perjuicios culturales, vivimos y dejamos vivir. Esta generación y las venideras están cargadas de valor bolivariano y con la fuerza y voluntad de la fresca ideología del libertador de siglo XXI, Hugo Rafael Chávez Frías.

Pareciera que ahora la república, escoltada por el pueblo venezolano, otra vez tendríamos que volver a defendernos de los insaciables imperios. Nuestras luchas, que nos las están implementando, el sanguinario imperio green-go, que ha asesinado a más de 36 millones de seres humanos en 60 años de historia, en nombre de la libertad y democracia.

Injustamente y cobardemente, nos confrontan por la reconquista de nuestra libertades, nos repudian por las liberarías corrientes establecidas, que traspaso nuestras fronteras, ahora luchamos no solo por nuestra estabilidad, soberanías, independencias y el bien estar, sino de todo Centro y Sudamérica, conjuntamente con las islas del Caribe.

Simbolizamos la columna vertebral de los indivisibles vecinos, somos la primordial y última trinchera, del honor y dignidad del hombre, representamos el bien versos el mal. Viva, y fuerza a la República Bolivariana de Venezuela, viva la paz justa e igualitaria, viva DIOS, Quien Es El Mas Grande.



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Jaled Ali Ayoub Bazzi


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