Un grupo de amigos se reúne para realizar una reparación en un carro de uno de sus integrantes, casi todos con conocimientos para defenderse en el arte de la mecánica automotriz, a excepción de uno solo que no sabía ni papa de la cosa y por consiguiente recayó en él la función de ser el utilero de la jornada. Entre el grupo, en medio de las risas y la joda sólo se escuchaba pásame la 9 (9/16"), dame la 7 (7/16"), trae la ¾", lleva la 5/8", etc., etc. Al estar culminando la faena, le dan al utilero la oportunidad de apretar el último tornillo con la advertencia de hacerlo con cuidado; en plena actividad y bajo la atenta mirada del grupo, éste increpa a todo pulmón: "Pásame la 15/25", el asombro y las carcajadas del grupo se apoderan del lugar, dejando una interrogante en el aire...
Hago referencia al cuento, porque a nuestra dirigencia revolucionaria se le pide y exige todos los días y desde todos los frentes, han surgido dueños de todas las llaves y manuales teóricos y prácticos para aplicaciones revolucionarias, expertos y no tan expertos de los principios revolucionarios sobre el hacer para solidificar nuestra revolución camino al socialismo. Algunos levitando, exclaman: anda Nicolás, Diosdado si no haces esto o aquello, estas entregando el proceso bolivariano al enemigo, están pactando y tirando el legado de Chávez al cesto de la historia. Otros con el manejo adecuado de términos, de vainas no muestran papeles hereditarios sobre el legado de nuestro Comandante Hugo Chávez, apropiándose de ser los verdaderos y únicos "sabedores" de la comarca. Bueno, eso nos pertenece a todos, a los de a pié, a los estudiados, a los no estudiados pero alfabetizados gracias a las misiones, a los más "sabidos"; nos pertenece a todos los que sentimos la patria, nos duele y pujamos por ella. Legalmente nos fue otorgado en propiedad cuando aquel Febrero del 92, nos demostraron que el militar venezolano no era el que nos habían vendido; ese que sólo servía para caerse a palos, caerle a coñazos a la mujer y ser servil con los adecos y copeyanos para tener futuro. Éste acontecimiento nos demostró que esos principios nos pertenecen a todos, porque esa "casta militar", no era casta ni ajena, era parte de nuestro ser, es sangre nuestra, sangre de pueblo.
Nuestra actual dirigencia ha dado muestras de lealtad, honestidad y principios, que se cometen errores, cierto; pero para los más "sabidos" ni ningún grupo o sector revolucionario son el enemigo, por exigir lo que se cree desde la óptica personal se abre la rendija a intereses nada favorables a nuestra causa. ¿Por qué no dirigir esos esfuerzos al trabajo político con densos sectores populares que por amistad, influencias de entorno social veneran como futuros salvadores de la patria a los nuevos herederos de JM Escrivá de Balaguer en su camino a implantar una verdadera segregación de género, de raza, de color, política, económica y social de facto, apoyada por todo el capital económico y comunicacional disponible e inimaginable? Podemos referenciar la campaña de la mal llamada SOS-Venezuela con el tratamiento dado a la masacre de los estudiantes normalistas por las huestes mexicanas en el poder o la desgraciada operación en Ucrania, orquestada por los López-Capriles ucranianos.
Es muy cierto que las cosas no marchan como a todos nos gustaría, pero son nuestra gente, nuestra sangre, nuestro pueblo en situación de dirección sentando las bases para un mejor país, vendrán en su momento pasada la coyuntura, nuevas generaciones a entablar nuevas batallas, porque ésta guerra no se acaba con la salida del Sr. Presidente Nicolás Maduro o de Diosdado Cabello de la AN, o creando grupúsculos de pensamiento casto y virginal, ellos han demostrado su valía y eso se debe valorar, respetar y apoyar. Es una lucha de sobrevivencia; vence el pueblo o somos aplastados, en nuestras manos está la decisión.
…Al rato, en medio de la celebración por el éxito en la reparación del carro, sólo Magiver recoge y lanza la pregunta al utilero: ¿Porque pediste esa llave?, éste, sin tapujos ni señales de nerviosismo responde: todo el día me pidieron dame la 7, ahora la 9, tráeme la ½, lleva la ¾, esa no, la de al lado y pare de contar, coño, todo el mundo pidió, ¡pues yo también pedí la mía!. Ni modo, el utilero no estaba en capacidad de saber que esa llave, la 15/25 no existe, pero hizo lo que todo el mundo hizo, pidió.
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