Lo que nunca podrás ver en Venezuela, es a un pueblo estúpido

75 + 25 = Ciento y Pico



No he podido entender y perdonen mi obtusa, premeditada y contumaz
percepción, como este sector talibánico de la oposición que se taladra el
cerebro día a día con la malsana inyección fascista de los medios, no hace
un simple ejercicio mental de lógica para saber que están haciendo el papel
de pendejos.

Hoy, Carlos Fernández en su exposición ante los amigos de Gustavo Cisneros
(léase: Capitalismo de Las Américas), sin ningún rubor ni asomo de dignidad,
sacó unas cuentas porcentuales totalmente desfasadas que no soportan ni
siquiera el análisis de un carajito de primaria. Con todo el desparpajo
triste y común demostrado en sus intervenciones públicas, afirmó alegremente
que en Venezuela hay "un 75 % de la población a favor de la oposición y un
pequeño grupo de un 25 % que defiende el régimen de Hugo Chávez". Hagamos
ahora el papel de aquellos que han gastado sus ahorros en franelas negras,
en banderas gigantes, en pitos, en sombreros y en baterías nuevas de Rena
Ware, para tratar de aceptar este mayúsculo error matemático (amén de la
mentira que esgrime del apoyo a los sectores fascistas): Setenta y cinco más
veinticinco es igual a cien. En consecuencia ¿Dónde están aquellos que no
comulgan con ambas partes? O ¿Es que vamos a reinventar a Pitágoras y le van
a meter con un espéculo una sumatoria mayor a cien?. No puede ser, y me
quitó de encima el disfraz de estúpido, que existan personas que se suponen
de clase media; que se suponen profesionales; que se suponen la crema y nata
de la burguesía cultural de este país y que no hayan sacado una cuenta tan
elemental como los dibujos de un Jardín de Infancia. Definitivamente, los
colegios privados deben ser revisados en profundidad. Incluso, habría que
revisar los títulos otorgados por las diferentes universidades del país, a
todos aquellos "intelectuales" que hoy se babean por las intervenciones de
este nuevo espécimen de las cuentas menores. Una cosa es ser simpatizante
del fascismo asumiendo el rol de neoliberal confeso y otra, aceptar que te
vean la cara de cretino sin ser crítico a ese insulto.

Si vamos a un barrio de cualquier ciudad de Venezuela, podrás observar un
léxico limitado y una educación precaria producto de ese abandono a que se
vieron sometidos en los años de la IV República, cuestión aún no subsanada
pero con rasgos de superación. Pero lo que no podrás ver, es a un pueblo
estúpido. Sácale cuentas a un albañil sobre la construcción de una casa o a
un obrero cuando le vas a pagar sus horas extras, el salario o las
vacaciones, para que veas a un ilustre matemático en acción. Su apoyo hacia
Hugo Chávez, ese que es mayoritario y el matemático Carlos Fernández
pretende esconder, no se basa simplemente en la entrega desmedida e
incondicional con el líder del proceso revolucionario. Ellos sacan muy bien
sus cuentas y las defienden con encono. Más de un alcalde o gobernador ha
probado estas conclusiones numéricas. No es solamente sumar, restar, dividir
y multiplicar. También tienen un olfato digno de un catador profesional para
rechazar los vinos malos. No basta que hables bien del proceso; también
tienes que demostrar con hechos la defensa del mismo. Ahí es donde no
entienden de retórica, ni de negociaciones raras y asumen posturas críticas
que envidiarían los de la Plaza Altamira que, repito, se suponen dignos
exponentes del gentilicio venezolano. Un Carlos Fernández, un Carlos Ortega
o un Juan Fernández, no resistirían una asamblea de estos humildes y
valientes participantes, si le sacaran esas cuentas chucutas que llevaron a
Nueva York.

No me molesta que Carlitos saque mal sus cuentas deliberadamente. Ese es un
Kino seguro a ganar; más aún, cuando es esto lo esperado por cada uno de los
insignes asistentes al foro. Lo que me molesta es este empecinamiento mío
por ubicarle a esta clase media, un gramo de inteligencia en medio del
cráneo. A no ser que la educación audiovisual "pitiyanki", reduzca la
capacidad de entendimiento.

msilvaga@yahoo.com




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Mario Silva García

Comunicador social. Ex-miembro y caricaturista de Aporrea.org. Revolucionó el periodismo de opinión y denuncia contra la derecha con la publicación de su columna "La Hojilla" en Aporrea a partir de 2004, para luego llevarla a mayores audiencias y con nuevo empuje, a través de VTV con "La Hojilla en TV".

 mariosilvagarcia1959@gmail.com      @LaHojillaenTV

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