La Familia es un concepto que los oposicionistas y los enemigos de la patria no conocen, ni entienden. Es algo natural porque este concepto no forma parte de su estructura familiar y de la forma de convivencia de este alienado grupo de la sociedad, que se cría bajo las apariencias y de las conveniencias mezquinas.
Estos anti-patrias que no vivencian el concepto de Familia, son personas que son formadas bajo patrones de intereses, y para esto, sus logros y sus objetivos son establecidos bajo enfoques del qué dirán, de antivalores egoístas, de la competencia desleal, etc., y etc., pero esto es algo natural porque son conductas aprendidas de sobrevivencia debido a la baja condición humana en la que viven, y que está asociada a la poca consciencia de personas con un bajo nivel cultural y a condiciones bien arraigadas de mediocridad.
La mayoría de las personas que pertenecen a este grupo, las privilegiadas dentro de ellas, consiguen títulos y empleos sin esfuerzos propios, por lo que, sus títulos y opiniones no tienen ningún respaldo cultural. Su cultura está basada en discursos y opiniones vacías sin ningún tipo de conocimiento asimilado y mucho menos con sentido crítico, y por supuesto, nunca llevan buena intención, su hablar no tiene contenido y es una representación grotesca de la incultura.
Estas personas que han sobrevivido y que se han formado en este ambiente antihumano, forman y "educan" a sus hijos de una manera sibilina con la intención de que sus hijos consanguíneos estén "mejor preparados" que lo que estuvieron sus padres para enfrentar y sobrevivir en este mundo de antivalores y mediocridad. De esta manera, sus hijos aprenden todas las mañas y actitudes tramposas, con lo que estos hijos "educados" se hacen mejores en el arte de la traición, de la deslealtad, de la ingratitud, de la felonía, de la perfidia, de la competencia malsana, pudriendo aún más, a este submundo de la corrupción moral.
Es un círculo vicioso que degrada en el tiempo, a la condición humana hacia los peores niveles que un ser vivo puede presenciar y tolerar, y que para el promedio de los seres humanos se hace inconcebible, fuera de toda lógica racional y chocante a los escrúpulos naturales. De allí el choque de que algunas personas con verdadero sentimientos de humanidad, pierdan su capacidad de asombro ante el comportamiento de estos seres deformados y desviados que han degradado la condición humana.
Del otro lado de la acera, estamos los que llevamos el concepto de Familia como la razón más bonita del existir. La cristalización de la espiritualidad del ser humano como sentido y razón de la felicidad verdadera, la misma que permite el desarrollo de Principios y Valores para el crecimiento del ser humano y que los trasciende por encima de las propias miserias atávicas y reminiscencias como animal instintivo hacia la trascendencia de la verdadera esencia humana.
Es una especie de energía cósmica que se auto-construye en un tipo de círculo virtuoso que eleva los valores del ser humano en sus trascendencias espirituales
Toda esta energía cósmica la refirió el deportista César Baena cuando le dedicó su histórico Record Guinnes del Recorrido Más Largo del Planeta en Esquís Sobre Asfalto al Comandante Supremo. Esta energía especial que quedó impregnada en el aire, en las piedras y en todo lo que está en nuestro derredor, fue revelada y descubierta para el pueblo por nuestro padre Chavecito.
Nuestro padre Chavecito, representa, en esencia, ese concepto de Familia, y en este caso, no nos referimos a esa bella Familia biológica de padre, hijos y hermanos de Hugo, que también es nuestra, sino, a la interrelación de todos aquellos seres espirituales que comparten una misma vivencia, los mismos sentimientos, los mismos dolores, las mismas preocupaciones de amor entre seres humanos, que está más allá de los límites físicos.
Por ejemplo, no se trata de la Familia Venezolana que nos legó nuestro padre Chávez, sino de todas las personas del mundo que conocieron y conocen cada día que pasa, el cómo nuestro padre Chavecito logró encarnar el sentimiento de amor familiar de todo un pueblo y que al mismo tiempo ese mismo pueblo logró interpretarlo, para fundirse en un solo cuerpo, fundirse para formar parte de un todo, de una idea, de un sentimiento, de una Familia.
Es así como la ausencia física de Chavecito, realmente, causa un gran pesar en cada hogar del mundo que lo conoció y que lo conoce, y es por eso, a pesar del tiempo transcurrido, que seguimos llorando su partida como si fuese el primer día de su siembra. Es la razón de mis lágrimas y mi llanto en este momento que escribo. A veces pienso, que el dolor en vez de disminuir con el tiempo, realmente aumenta. De verdad que me cuesta mucho dejar de llorar por mi Chavecito, y me causa mucho más dolor, cuando veo a mi esposa y a mis hijos llorar por la misma razón. Esto es muy difícil explicarlo con palabras, porque sólo se siente, se sufre, se experimenta, se vivencia como familia. Para tener una idea cercana a este sentimiento lo voy a tratar de explicar con pasajes visuales y vivencias que todos los que vivenciamos el concepto de familia lo hemos tenido, lo llevamos en la sangre, en la piel, en la propia esencia de la existencia.
Los que tenemos alguna relación con el mar, se nos queda grabada con el tiempo, esa bonita imagen donde el padre pescador, en su faena diaria, al salir de la casa bien temprano, cruza la puerta con su hijo mayor, salen al trabajo diario, salen a buscar el sustento de la familia, nosotros; la esposa y sus hijos menores, los vemos marchar con la acostumbrada seguridad al estar consciente del papel que jugamos todos en la familia, esa imagen de papá, grande y fuerte que se repite todas las mañanas, nos trasmite sabiduría, seguridad y un amor infinito de verdadera entrega al levantamiento del hogar.
Al lado de papá, vemos a nuestro hermano mayor que ha crecido y se ha hecho más alto que papá, y que sigue con expectativa amorosa sus experiencias y enseñanzas, y el compromiso de haber sido elegido por la providencia, como hermano mayor, como la guía que continuará el legado de nuestro padre. Por supuesto, siempre con la expectativa negada de que ese día de reemplazo nunca llegará, pero con la felicidad que da el querer hacerlo bien, el de ser un digno heredero de nuestro amado padre y el mejor soporte para la familia. Ésta es la convicción que tenemos todos los hijos e hijas de papá de tener la claridad que en sucesión de relevo, sabemos e internalizamos, que cada uno de nosotros tenemos programado en nuestro instinto, el papel de nuestro hermano mayor, porque al final lo que importa es la idea de papá, el amor de familia que nos inculca, ese desprendimiento desinteresado de sacrificarse por los demás, es un ejemplo de amor sublime.
Es difícil es duro, cuando en algunas de nuestras familias, la imagen cambia, para ver cruzar la puerta, sólo a nuestro hermano mayor. Es un choque fuerte para todos porque esperábamos crecer con nuestro padre al lado, hasta que estuviera muy viejito. Lo más difícil es que esto, no sólo lo han vivido algunas familias en diferentes tiempos, sino, que lo ha vivido todo un pueblo, en un mismo tiempo. Esto nos pasó con nuestro padre Chavecito con lo que nuestro hermano mayor Nicolás, ha tenido que llevar sobre sus hombros, no solo el dolor de nuestra pérdida, sino, que ha tenido que convertir sobre la marcha, el dolor y el llanto, en decisiones que muestren e infundan sosiegos y fortalezas a sus hermanos menores, pero con el adicionado de hacer respetar el legado familiar, antes seres rastreros y serviles que no tienen paz con la miseria y sólo "viven" para odiar. Son seres pestilentes que no respetan el dolor ajeno y se burlan de los familiares fallecidos como cual gracia. A esta misma miasma, a esta misma hediondez putrefacta de seres desviados y deformados, es a lo que ha tenido que enfrentar, no sólo nuestro hermano mayor Nicolás, sino que lo peor es que esta misma actuación se ha hecho de manera inmisericorde, sobre nuestras hermanas María Gabriela, Rosa Virginia, Rosinés y mamá Elena. Son seres asquerosos que nunca conocerán el amor de familia. Lo importante es que estas actuaciones nos unen más como familia, nos refuerzan y renuevan nuestros lazos de hermandad.
A pesar de todo este estiércol "humano" que ha tratado de mancillar el calor humano de nuestra familia Chávez, éste ha crecido y ha superado las más inimaginables dificultades. Por eso cuando decimos Todos Somos Chávez. No es una frase trillada, ni un desahogo pasajero, sino que representa el verdadero sentimiento de una familia que se quiere y se fortalece en la dificultades, y que cada uno de los miembros de la familia interpreta la esencia del pensamiento de nuestro padre Chávez.
Es un pensamiento vivencial, donde cada uno de nosotros, en nuestro trabajo, en la calle, con los amigos y en cualquier momento de nuestra existencia, pensamos como nuestro padre Chávez. Ante un problema, cómo habría sido su actuación, cómo se podrían mejorar las cosas, qué podríamos hacer para ayudar, cómo adelantarnos a los posibles eventos y circunstancias, y después de mil veces pensadas éstas, pensar sobre sus posibles resultados y consecuencias, para pensar luego sobre ellas. Es decir, nuestra familia hace un desarrollo, como nunca se ha hecho en el mundo, de la capacidad empática, para crecer como seres humanos, realmente amorosos de la condición humana y éste es uno de los más bonitos legados que nos ha dejado nuestro padre Chávez. En esencia, ésta es la Familia de Chávez.
No me pidan que no llore, cuando veo en la escuela a los niños cargando su Canaimita, y ahora que veo a los abuelitos y abuelitas felices por sus pensiones, me hace llorar nuevamente, por lo que, dejo de escribir, ¡por ahora!. La bendición papá Chávez, te extrañamos mucho, muchísimo, mi corazón sigue con ese vacío que duele.
hectorfernandez@autistici.org