M13-PNA: dignidad, alternativa, diálogo y humanidad

Según informaciones sobre la Asamblea Nacional Constituyente del Movimiento 13 de Abril- Proyecto Nuestramerica (M13A-PNA) realizada hace pocas semanas en el centro del país la fluidez, transparencia y sincera hermandad fue el tono dominante en los debates y decisiones de la misma. Lo cual siempre ha sido parte de nuestra cotidiana forma de hacer política, en el seno de un movimiento donde para nada nos es extraño la definición de la POLÍTICA COMO PRACTICA PEDAGÓGICA; la importancia de LA DEMOCRACIA DEL SABER y el respeto de LA UNIDAD EN LA DIVERSIDAD. El M13-PNA se revitaliza en este contexto de acumulación y cualificación de fuerzas del movimiento popular, queriendo así ser parte de una referencia en la lucha no solo contra el imperio y sus lacayos, sino también contra las corrientes oportunistas, demagogas, pequeña-burguesa propias de la decadencia capitalista que medran a la sombra del PROCESO. Es en esa dirección que hoy queremos compartir, desde las paginas de APORREA y con el permiso de LA JORNADA, el contenido de este articulo de Marcos Roitman Rosenmann que no solo estimulan la marcha que como M13-PNA hemos emprendido desde hace bastante tiempo, sino que dan luces y confronta a movimientos y militantes “revolucionarios” que ocasionalmente confunden el hegemonismo y la trampa con compromiso revolucionario o la imposición de sus intereses con certeza política. Sectores que mas de las veces hacen del neo-fascismo condición básica de sus debates y consensos. Vayan pues las palabras de Roitman como clarinada para la reflexión y acción política revolucionaria en la bolivariana Venezuela.



DIGNIDAD, ALTERNATIVA, DIÁLOGO Y HUMANIDAD
Marcos Roitman Rosenmann

El pensamiento crítico es propositivo. Se define por ser democrático y abierto al debate. No trata de ganar como pretende el sofista. Ni busca tener razón. Razones hay muchas: las del torturador, las del banquero, las del violador, las de la guerra y las del sectarismo. Por el contrario, el pensamiento crítico busca convencer, es diálogo y no guarda silencios cómplices ante la injusticia y el mal hacer. Se compromete en la esfera de los principios éticos en campo propio y ajeno. Y con mayor fuerza en el propio, por dignidad, siendo el mayor acto de rebeldía. Por eso la derecha no entiende de dignidad. Tal como señala el EZLN: "Los poderosos y sus grandes dineros no entienden por qué Votan Zapata no muere... No pueden entender a Votan Zapata. Y no pueden porque hay una palabra que no camina en el entendimiento de los grandes sabios que venden su inteligencia al rico y al poderoso. Y esa palabra se llama dignidad... En el corazón camina la dignidad".

Complementariamente, dos biólogos, Humberto Maturana y Francisco Varela, en su capítulo final a una de las obras más bellas del siglo XX, El árbol del conocimiento, muestran la relación unívoca existente entre ética y conocimiento humano. "El conocimiento del conocimiento obliga. Nos obliga a tomar una actitud de permanente vigilia contra la tentación de la certeza, a reconocer que nuestras certidumbres no son pruebas de verdad, como si el mundo que cada uno ve fuese el mundo y no un mundo que traemos a la mano con otros. Nos obliga porque al saber que sabemos no podemos negar que sabemos... Este saber que sabemos conlleva una ética que es inescapable y que no podemos soslayar... No nos engañemos, aquí no estamos moralizando..., sólo estamos destacando el hecho de que biológicamente sin la aceptación del otro, no hay fenómeno social, y si aún así se convive, se vive hipócritamente la indiferencia o la activa negación".Si eliminamos dignidad y ética no hay humanidad y lo que es peor se difuminan las diferencias entre izquierda y derecha, emergiendo un mundo en el que es imposible democratizar el uso de la palabra. Por ello, luchar en defensa de la humanidad supone: "la aceptación del otro junto a uno en la convivencia... sin aceptación del otro junto a uno no hay socialización, y sin socialización no hay humanidad. Cualquier cosa que destruya o limite la aceptación de otro junto a uno, desde la competencia hasta la posesión de la verdad, pasando por la certidumbre ideológica, destruye o limita el que se dé el fenómeno social y por tanto humano". Así se expresan Varela y Maturana. La discusión no busca hacer amigos, y si se rehuye no se avanza en la construcción de la alternativa democrática. Por ello, el debate actual tiene que ser incluyente y ser expresión arco iris de la lucha democrática, socialista, de liberación nacional, anticapitalista y antimperialista, de lo contrario surge el sectarismo. Hoy se debe buscar "una convergencia histórica lo más amplia posible". El problema no es cuantitativo, reunir a cientos de personas está en manos del presupuesto. En dichas circunstancias puede primar la autocomplacencia. Los grandes debates y la construcción de alternativas no aceptan controles de pureza ideológica o criterios ramplones tales como: "me cae mal", "no es de mi cuerda", "no me cita en sus artículos". La envidia y el egoísmo son parte de un sectarismo que afecta a quienes se consideran los nuevos secretarios políticos de lo humano. Una alternativa se engrandece al contraponer ideas en un marco de respeto y crítica. De no ser así, no tendríamos acceso a los trabajos de Zinoviev, Lenin, Trotski o Bujarin, y no existiría el gran debate cubano sobre el funcionamiento de la ley del valor en el socialismo entre Ernesto Che Guevara, Charles Bettelheim, Ernest Mandel, Marcelo Fernández Font, Alberto Mora y Luis Alvarez Rom, por ejemplo. Generosidad intelectual, política y ética, además de comprender el sentido democrático de la lucha antimperialista, socialista y de liberación nacional. Sólo la mediocridad y la ignorancia, al adolecer de humanidad, carecen de dignidad. En un texto de los más destacados de esta década, Las nuevas ciencias y las humanidades. De la academia a la política, Pablo González Casanova, señala: "Reconocer los problemas y menoscabos del poder alternativo emergente sin reconocer los inmensos daños y peligros que para toda la humanidad representan el imperio y el imperialismo, es la mejor forma de no entender el mundo actual, como lo es reconocer los problemas del poder y la política del imperio y del imperialismo y olvidar que éstos integran las luchas y los diálogos, las represiones y las cooptaciones, las negociaciones y las transas, y que sólo se avanzará en la alternativa generadora de una política o de un sistema alternativo cuando las fuerzas emergentes negocien y luchen preservando su propia dignidad y autonomía. La dignidad, sobre todo, no es negociable, ni lo es el deterioro de la autonomía que debilita las bases sociales y culturales, políticas y económicas de la dignidad". No resulta extraño que sea el propio González Casanova, al participar en México en un llamado al diálogo nacional, quien proponga: "precisar la normatividad interna de grupos y movimientos para que todos sus integrantes se atengan a las mismas reglas. Rechazar la lógica de que las reglas se aplican a todos menos a mí y mis cuates, y de que quiero la democracia en el país, pero no en mi organización. Esta es la lógica que crea nuevas desigualdades y debilidades en las propias alternativas. Luchar, así, contra las diversas formas de clientelismo o de populismo, de escepticismo, cinismo o conformismo, y por la aplicación universal de reglas a los compañeros de la base o la coordinación, sin excepción de parientes, amigos o coterráneos. Estar conscientes de que la violación de la moral colectiva debilita toda acción colectiva." Ojalá sus palabras no caigan en saco roto, el diálogo se produzca y su reflexión se proyecte hacia nuestra América martiana, donde es necesario acabar con sectarismos que sólo muestran vileza ante la tarea de defender la humanidad de la depredación capitalista.

La Jornada
22 de enero de 2005


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Luis Villafaña M13-PNA


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