Del gran polo patriótico al frente unido nacional

La revolución, en nuestro caso concreto, la Revolución Bolivariana que además de ser un proceso revolucionario, es decir, de profundos cambios estructurales globales del carácter y definición del Estado capitalista-burgués-alienado venezolano, está bien definido con contenidos histórico-ideológicos sustanciales que califican el sentir propio tanto del proceso revolucionario nacional como, por obligada realidad histórico-heredada, debe ser una revolución bolivariana en cuanto al desarrollo histórico-militar-independentista procesado por don Simón Bolívar como en su pensamiento expresado en sus escritos en legado desarrollado durante el proceso histórico que lo obligó a la reflexión del momento histórico según las propias realidades imprevistas e inevitables que, por novedosas, tenía que enfrentar en cada paso tanto independentista nacional y continental como por el propio carácter y definición de qué significa en su propia esencia una y la revolución como concepto histórico-político e ideológico-humano.


En ese marco referencial, se nos presenta en mesa dos (2) objetividades obligadas: la primera es tener presente el concepto “revolución” como concepto a ser desarrollado desde sus propias bases sico-sociales e ideológico-económicas según cada momento histórico del propio proceso revolucionario como, en segunda objetividad, no menos importante pero sí profundamente necesaria, las realidades objetivas de los sub-conjuntos humano-sociales que estén presentes durante el proceso revolucionario. En esta segunda objetividad debemos, obligadamente, precisar que todo el conjunto humano que conforma a toda la sociedad en revolución participa por activo y por pasivo en el proceso revolucionario inevitablemente que se convierten, inevitablemente, en dos (2) subconjuntos presentes: aquellos que suscriben el proceso revolucionario como los que se le oponen independientemente de los razonamientos que se argumenten tanto en una realidad de suscripción del proceso revolucionario como en actitudes oposicionistas a ese mismo proceso revolucionario. Es obligado incluir las realidades externas que suscriben el propio proceso revolucionario (como ejemplo: la Brigada Internacional que participó en la Guerra Civil española) como los sectores nacionales, ideológicos y militares quienes, militantemente, se oponen al significado de la revolución, es decir, al proceso de cambios profundos estructurales (como ejemplo, nos encontramos con todo el proceso de la Revolución Francesa y los agentes nacionales externos que se le opusieron cuando sintieron que el status quo medieval-heredado con su propio proceso histórico-ideológico se enfrentaba, inevitablemente, a su propia supervivencia).
En ese misma línea de desarrollo nos obliga a tener presente esos dos (2) escenarios arriba referidos que, cada uno con su propio carácter definitorio como por la propia relación dialéctica entre ellos como un todo revolucionario como, al tiempo, es obligante tener siempre presente las realidades externas que circundan al espacio geográfico en revolución tanto por aquellos sectores socio-político-militares que se oponen, radicalmente, con el proceso revolucionario nacional. Es decir, en el caso del proceso revolucionario-independentista desarrollado por don Simón Bolívar el sub-conjunto opositor al proceso revolucionario mencionado tuvo como “enemigo fundamental” al status quo impuesto y consolidado por la Corona española en todo sus proceso presencial-histórico en territorios continentales americanos y, probablemente, en menos importancia relativa aquellos sectores sociales continentales que preferían ser colonos que nacionales. En ese orden discursivo, también deberíamos tener presente las realidades que se desarrollaron a nivel continental desde La decisión de la OEA en Uruguay cuando fuera expulsada la República de Cuba que demostró la “unidad continental anti-comunista” teniendo, por ejemplo, a la “Operación Cóndor” como su máxima expresión político-ideológica-militar de esa “unidad continental-capitalista-dependiente” pro-imperio-estadounidense.


Es decir, cuando un proceso revolucionario se encuentra en desarrollo, independientemente, de la etapa a la cual se encuentre en un momento histórico concreto, siempre tendrán “enfrente y enfrentándose” a la “contra-revolución”. Por ejemplo, sin que ello implique nuestra adhesión a ese proceso histórico, nos encontramos con el proceso islámico actual que se incuba en contradicciones tanto externas (tesis Samuel Huntington) como internas como gran conglomerado islámicos (chiitas versus sunitas) pero ello significa que el mundo musulmán, en el marco de las presentes realidades del siglo XXI, se encuentra incursa en un proceso revolucionario tanto a favor de una tesis teológico-social como a favor de un proceso de modernización “chucuta” pero inevitable.


Visto lo inmediato anterior, regresemos a casa para tratar de caminar por nuestras propias realidades revolucionarias sin necesidad de repetir ideas bien expresadas, casi diariamente, en “Aporrea”. En el presente discurso nos estamos concentrando, particularmente, en el importante significado del denominado por nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, como el “Gran Polo Patriótico” y las actuales circunstancias reales y objetivas del propio proceso actual-en-etapa-revolucionaria de la Revolución Bolivariana. Es nuestra intención no entrar en las inevitables contradicciones que se desarrollan en cualquier sub-conjunto social más aún cuando dos (2) importantes variables están presentes como son la política y la ideología. En ese marco referente, nos suponemos que el Gran Polo Patriótico es un sub-conjunto social variopinto no solo por ambas variables arriba referidas como por el propio carácter y definición sico-social que se expresa a lo interno como “grupos sociales” nacionales presentes pero revolucionarios; es decir, que no debería estar presente en el Gran Polo Patriótico la contradicción implícita en el concepto de “lucha de clases”. En el marco de esa realidad, la existencia del Gran Polo Patriótico implica la existencia de grupos sociales ajenos al mismo, es decir, opositores, conceptualmente, ideológico-opuestos a las propuestas que consideran radicales en el marco de sus ideologías capitalistas aunque no implica que nieguen el significado nacionalista que el Presidente Nicolás Maduro Moros le viene imprimiendo, en objetividad y seriedad revolucionaria, a la actual etapa revolucionario-bolivariano-chavista en el marco de la Revolución Bolivariana. Ello podría significar, en el marco del proceso revolucionario sin que ello implique que estamos considerando a las elecciones del 8-D como fecha demostración de un importante salto cualitativo revolucionario e inevitable revolucionariamente con respecto al real significado tanto del proceso interno del Gran Polo Patriótico como los significados lógicos de todo proceso revolucionario en sus conceptos actuales revolucionarios que implica la “lucha de clases”.


En ello nos consideramos, en el marco de la actual etapa revolucionaria y las políticas que vienen impulsando el Presidente Maduro Moros, que es obligante una reflexión profunda del significado real-pragmático del actual proceso revolucionario-en-etapa-bolivariano-chavista y socialista en tanto y cuanto nos estamos refiriendo, concretamente, al Gran Polo Patriótico. Nos consideramos que esas políticas nacionalista-maduristas implican, además de significar que es obligante alcanzar decisiones que permitan incorporar al proceso revolucionario a sectores sociales nacionalista, probablemente, de centro y centro-izquierda que consideran que, en la medida que las decisiones gubernamentales lo permitan, contribuir con ese importante proyecto propuesto e impulsado por nuestro Comandante en Jefe, Chávez Frías, de convertir a Venezuela en una potencia geográficamente definida geopolítica y geoestratégicamente. Es de toda lógica que esa reflexión ello podría significar darle un saldo calificativo-conceptual al Gran Polo Patriótico hacia una base social-nacional mucho más amplia donde sectores sociales nacionalista y, en caso, anti-imperialistas, como política expansiva e invasiva en lo nacional, se incorporen al proceso revolucionario en la actual etapa en revolución maduristas. En ese marco referencial, nos ponemos en mesa el significado conceptual del Frente Unido Nacional teniendo como referencial histórico-conceptual al proceso de la revolución china en sus etapas primarias como aquella última etapa de la guerra civil que llevó a Mao Zedong a dirigir al proceso revolucionario chino como gobierno.

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Miguel Ángel Del Pozo


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