Miedo al miedo

Abordamos nuevamente el “universo afectivo” que condiciona “nuestra relación con el orden político”. Parecen arrollarnos
“fuerzas que irrumpen y rompen cualquier intento de racionalidad y de objetividad.” ¿Asistimos al triunfo de la pasión sobre la razón?
Recientes acontecimientos denuncian un clima emocional de ansiedad, aprensión, resentimiento y miedo, que se apodera tanto de nuestros entornos privados como de la esfera política.
El miedo, intensa emoción, originada en la percepción de un peligro o la anticipación de un mal posible, provoca una sensación desagradable y deseos de huida.
Impera el miedo a que nuestros miedos se conviertan en una previsión indeseable realizada. Miedo ante las próximas elecciones municipales y a la fuerza electoral del adversario; a unas primarias que entrañan "la amenaza permanente de la pasión individualista… y habrían dejado al chavismo partido en pedazos”. Miedo al peso político de un Chávez mítico y a que Maduro no encuentre su propia esencia en la gestión presidencial. Miedo a la Habilitante y a que “el régimen” en la procura de una sola voz “ejecute un proceso de asfixia contra los medios”. Miedo a que la impaciencia lleve a apresurar los tiempos y “conduzca a una salida militar”. Miedo a la crisis económica, a la inseguridad, al flagelo de la corrupción y a denunciar a los “altos” corruptos. Miedo a la ineficiencia y a reconocer los logros de la gestión gubernamental. Miedo a transitar por determinados espacios y en horas específicas. Miedo a la polarización, a las posibilidades de consenso y de acuerdo nacional. Miedo a la igualdad, a la discriminación y a la diversidad sexual. Miedo a ser atrapados por la cultura del miedo mediatizada.
El miedo exagerado e irracional se constituye en fobia y puede desplegarse sobre cualquier cosa o categoría de personas. Las fobias se expresan bajo la forma de temor, disgusto, desaprobación, odio, hostilidad, prejuicio y discriminación contra el objeto de la fobia, como podría ser la diversidad sexual.
Desde el entorno político asistimos recientemente a una grave demostración homofóbica, que presumimos traduce un sentimiento negativo de aversión y se expresó en un movimiento de aniquilación política en razón de la orientación sexual.
¿Vivimos un presente caracterizado por la ausencia de grandeza? ¿Moramos bajo el imperio de la mezquindad?
maryclens@yahoo.com



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Maryclen Stelling


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