Dame esa vaina que yo la agarré primero

Tristeza da este espectáculo, tragicómica la situación en un supermercado ubicado en una zona que llaman clase media,media. ¿ O es el mismísimo manicomio? Mujeres y hombres saltan sobre las pacas de harina de maíz, azúcar y cualquier otro rublo que daban por desaparecidos. “Gente bien, de clase”, impecablemente vestidas, de esas que miran más arriba de sus hombros y de ladito y con mueca de grima hacia las cajeras y demás personal obrero que trabajan en esos sitios.



Gritos, empujones, y dame esa vaina que yo la agarré primero y se los llevan por pacas, así tengan que botarla después, por exceso de alimentos que jamás podrán consumirlos; el que llegue primero, se lo lleva todo. El egoísmo en estos seres es tan marcado, que no son capaces de deshacerse de un solo paquetico para dárselo a la persona que no tuvo la suerte de llegar un momentico antes del arrase. Lástima siento por esa pobre gente.



Así esta la cosa , y son los que apoyan y admiran al monstruo de la superarrechera, aunque les quite la oportunidad de llevarse los carritos del mercado full de comida, cuando impusiere el corralito que de seguro vendría, por órdenes de los que saben hacerse millonarios con el dinero de los demás.



Realmente están locos, como me murmuró el vigilante del lugar: ¡Ay,señora, si usted viera...!





Los expertos sobre estas conductas tan deprimentes, la llaman psicosis colectiva, producto del desasosiego y desesperación generada a través de una sistemática proyección de informaciones con códigos psicológicos que van calando en el subconsciente de las personas. En el caso de la inducida escasez y desaparición de alimentos por parte de los dueños de la industria y el comercio privados, se ha producido un voraz consumismo inaudito. Todo ello trasmitido de manera sistemática y reiterada desde los diferentes medios de comunicación, como parte de los planes concebidos y desarrollados en los laboratorios imperiales, para coaccionar e instigar a sus víctimas a tales conductas irracionales.



Evidentemente existe una importante masa de la población muy afectada y con visos de ir creciendo esta contaminación. Como ejemplo cercano tenemos, los hechos sangrientos y destructivos acaecidos luego de las elecciones presidenciales, con saldo de 11 muertos y centenares de heridos, destrucción del patrimonio público, violentos desafueros con cacerolazos y trancas de principales vías de acceso, ocasionando daños irreversibles a las personas y a la Nación entera

Sin embargo,los principales culpables andan tranquilos y sin nervios, cometiendo nuevas fechorías cada vez más sangrientas y destructivas, a pesar de que sus actos vandálicos son hechos públicos y notorios, recogidos en pleno desarrollo, es decir en flagrancia.



El Pueblo lo pide a gritos:



¡Cárcel para Henrique Capriles Radonski y su nefasta comitiva fascista!

Flagrancia viene de “

Mónica Hernández



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