Trincheras de Ideas

¿Por qué no meten presos a los que sonsacan a los militares?

El día 5 de marzo en horas del mediodía el entonces Vicepresidente, Nicolás Maduro, hizo público el anuncio de la expulsión de Venezuela de dos agregados militares norteamericanos que estaban soliviantando a oficiales de nuestra FANB e incitándolos a desconocer el poder constituido, a prepararse para un golpe de Estado.

Toda Venezuela aplaudió aquella soberana decisión del Gobierno revolucionario que, lamentablemente, quedó opacada por el inesperado fallecimiento de nuestro Comandante en Jefe Hugo Chávez algunas horas después.

Ahora, al comienzo de la campaña electoral, el Presidente Maduro denuncia la siniestra alianza de amplios sectores del gobierno norteamericano, de la burguesía venezolana y de sectores colombianos como el narco genocida Uribe y su legión asesina de paramilitares, contra Venezuela para derrocar la revolución. De nuevo se anuncia que esos sectores están sonsacando a oficiales, a militares de mediana y alta graduación para que conspiren contra la Revolución.

¿Quiénes son esos sectores que pretenden soliviantar a nuestros militares y ganarlos no para un golpe de Estado sino para una guerra civil porque el pueblo venezolano no va a aceptar pasivamente un golpe?

Evidentemente si Maduro hace la denuncia es porque el Gobierno sabe quiénes son los conspiradores; los organismos de inteligencia los han detectado, ubicado, sea porque los oficiales “tocados” han denunciado como lo hicieron con los oficiales norteamericanos, y de nuevo lo han hecho, es decir, han hecho saber a su superioridad que los están sonsacando, o la inteligencia del Estado, conocedora de quiénes son los que pretenden subvertir el orden establecido soliviantando a oficiales patriotas.

Si ya se tiene en lo fundamental, en el mapa de inteligencia, la madeja o red conspirativa, ¿por qué no se apresa a los conspiradores? Esos no son los militares gringos, son de aquí, muchos ex militares que siempre han conspirado, primero contra el Presidente Chávez, fueron parte decisiva del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y regularmente hacen declaraciones por Desunión Radio, Globoterror, El Viejo País y otros medios conspiradores.

Pero no son los únicos. Personajillos detestables y viles como Leopoldo López llama abierta y públicamente a la desobediencia civil, a la insurrección, a desconocer las instituciones y siguen allí, no les pasa nada, la Fiscalía General de la República parece no saber nada de eso. El grupo fascista Primero (In) justicia de igual manera llama a la subversión, sus antecedentes golpistas son inocultables y ellos para nada se recatan para no parecer golpistas, al contrario, quieren ganarse a juro el estatus de vanguardia conspiradora.

El cuadro político por supuesto que es delicado después de la partida del Presidente Chávez, de hecho las fuerzas de la derecha desconocen las instituciones. El candidato burgués fascista Radonski lo dijo abiertamente en el lanzamiento de su candidatura, atacó todos los poderes públicos, eso da una medida de cómo debe estar el proceso conspirativo. La maniobra del diputado Marquina donde “denuncia” a las Milicias Populares de participar abiertamente en el proceso electoral, las agresiones permanentes al Ministro de la Defensa y a otros mandos de la FANB forman parte, evidentemente, de ese proceso conspirativo.

¿Qué se le plantea al Gobierno revolucionario?

Golpear con dureza, con firmeza, con contundencia, sin vacilación. Apresar a los conspiradores, no permitir que tome cuerpo un proceso de soliviantar a nuestros militares. La derecha fascista y sus amos imperialistas creen que la partida del comandante Hugo Chávez dejó desguarnecido el Ejército, que no hay un líder capaz de sustituir su presencia. Ignoran la profunda transformación que se operó en estos 14 años en el Ejército. Ese no es el Ejército que el 27 y 28 de febrero de 1989 masacró a nuestro pueblo. Este es un Ejército nacionalista, antimperialista, antifascista, que cree en el socialismo del Siglo XXI, profundamente consustanciado con el pueblo en una alianza histórica, humanista que ha dado su aporte a la construcción de la nueva Venezuela, de la Patria refundada a partir de 1999.

No pocas han sido las agresiones de que ha sido objeto nuestra FANB y sus diferentes componentes, incluido el más reciente, las Milicias Populares, a las que les teme profundamente la derecha porque ahora si se puede decir que el pueblo está armado.

Insultos, humillaciones, vejaciones, ridiculización, irrespeto, ofensas, provocaciones, agresiones incluso han tenido que soportar de manera estoica los militares, la GNB, la Milicia Popular. De hecho esta sinergia de los golpistas y subversivos intentando soliviantar a los cuadro militares obedece a esa percepción de vacío de liderazgo, por ello también atacan de manera tan virulenta al candidato de la Patria, de Chávez, de la Revolución, Nicolás Maduro porque es el Comandante en Jefe y será ratificado para esa posición dentro de pocos días cuando sea elegido Presidente.

Ya este no es el Ejército que formó y educó la concepción militar y estratégica norteamericana y la Escuela de Torturadores de las Américas; éste, se puede decir con absoluta certeza, es el Ejército del Libertador Simón Bolívar y del gran estratega militar de este tiempo, Hugo Chávez Frías. Si se hace un balance del aporte de la FANB al país, al proceso revolucionario, se apreciará que no ha sido poca cosa, al contrario, una enorme riqueza solidaria con nuestro pueblo, amén de una preparación combativa, técnica, tecnológica y armamentista defensiva resaltan de manera concluyente. La desaparición de esa odiosa frontera de que los militares eran algo inaccesible, metidos en un nicho, en una campana de cristal, y el pueblo allá abajo, en las miasmas de la miseria y la pobreza.

Este es un Ejército cuyos componentes e integrantes tienen derechos constitucionalmente consagrados. Sus miembros pueden votar y elegir, dirigir empresas e instituciones del Estado, prepararse académicamente en las ciencias militares con programas y pensum de estudio propios, nacidos de la realidad venezolana y latinoamericana y de la concepción de la guerra del pueblo; de su seno surgen muchos intelectuales, pensadores e ideólogos que contrastan con el escaso crecimiento ideológico del pasado donde la ideología yanqui pensaba por nuestros militares. No son deliberantes pero si son políticos.

Ya este no es un Ejército asesino como el que en febrero del 89’ masacró a nuestro pueblo cuando insurgió contra el paquetazo neoliberal que impuso el genocida Carlos Andrés Pérez y el gobierno de AD, que dejó un conservador saldo de 5 mil asesinados. La raíz de esta nueva FANB está en la insurrección del 4 de Febrero y del 27 de noviembre de 1992. Una juventud militar asqueada de comandos corrompidos, vendidos, vende patria y asesinos como ese Ministro de la Defensa Alliegro y el alto mando militar de entonces que ordenaron aquella masacre obedeciendo la orden del tirano CAP y del imperio yanqui. Les cayó entonces la maldición de Bolívar: maldito el soldado que vuelve las armas de la Patria contra su pueblo.

El pueblo quiere ver presos a los golpistas, a los que soliviantan a nuestra oficialidad, saber quiénes son y que se les aplique la Ley. ¡Hay que defender la revolución de sus enemigos.

(humbertocaracola@gmail.com) (@hgcaracola) (Con Chávez, Maduro y la revolución bolivariana, todo)


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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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