Como era de esperar los resultados electorales del 7/0 han marcado profundamente al país. El incuestionable triunfo de Chávez y la importante minoría opositora definirán los términos de las próximas contiendas electorales en diciembre y abril 2013. Desde el gobierno ya ocurrieron una serie de reacomodos en candidatos a gobernador y en el propio tren ministerial, igualmente en el ritmo y profundidad en la transición al Socialismo S XXI. La oposición, aun no repuesta de la derrota y sin una cabeza visible, dada la deserción de Capriles desertó, se encuentra en una etapa de reflexión y reajustes.
En diciembre la confrontación no se limitó a los dos candidatos principales, se disputaban dos propuestas de país excluyentes, se evaluaba una gestión de gobierno y, desde una perspectiva afectiva se enfrentaban en las urnas dos sentimientos, el amor y el odio en torno a la figura de Chávez.
La mayoría legítimo el Socialismo S XXI y el nuevo Estado Comunal; aprobó la gestión de gobierno y ratificó su amor a Chávez, el líder. Los resultados igualmente legitimaron una significativa minoría que ha expresado, desde el 2006 en adelante, un crecimiento gradual en 6 procesos electorales. Fuerza política que aspira al diálogo, a incidir en la toma de decisiones y al logro de acuerdos de gobernabilidad. Expectativas alimentadas por las reacciones iniciales del reelegido Chávez.
Este triunfo convoca una serie de interrogantes. ¿Quién ganó? ¿El líder socioemocional-carismático, la gestión de inclusión, el socialismo S XXI o la maquinaria y el ventajismo? Si diseccionamos el voto ganador, encontramos el de “carácter ideológico”, en tanto apuesta al Socialismo y no necesariamente a Chávez; el voto “pragmático-clientelar-beneficiario” derivado de las misiones; el “carismático- socioemocional-religioso” y el voto polarizado “socialismo vs neoliberalismo”. Interesa a este sector político, analizar las causas del capital electoral perdido y captado por la oposición, al igual que el desgaste del propio Chávez.
En cuanto a la oposición, probablemente haya pesado en el significativo apoyo electoral obtenido, el voto “capitalización del rechazo a Chávez” que incluye el factor odio y el miedo a un confuso comunismo; el “voto castigo” por los problemas reales de la gestión de gobierno y, el voto polarizado “socialismo vs neoliberalismo”.
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