La revolución bolivariana sí es una revolución socialista

Algún camarita comentó que pareciera que el proceso revolucionario venezolano “cojeaba” de debilidades frente a las realidades de las estructuras del Estado burgués; señalaba algunas variables que consideraba adolecían de conciencia suficientemente revolucionaria; por ejemplo, comentaba que la clase obrera seguía “cojeando” del “dineritis”, es decir, priorizaban, fundamentalmente, lo económico-salarial por sobre otras variables que se acercaban más a los paradigmas social-socialista. Ello, su argumentación, nos obligó a reflexionar, trasladándonos a la Historia de las revoluciones, escogiendo, subjetivamente, a la Revolución Francesa, Bolchevique, China y la de Cuba. Todas y cada una de ellas, profundamente, diferentes. La francesa fue la revolución de la burguesía mientras que las demás fueron revoluciones que podríamos, temporalmente, calificar como socialistas. Expresamos que fueron temporales porque la “toma del poder” no significó, de inmediato, la transformación del Estado vigente, en cada caso elegido, en un Estado socialista; tampoco significó que la super-estructura absorbiera los paradigmas que correlativos a lo social-jurídico-ideológico-socialista y la estructura socio-económica se transformara en una estructura de economía socialista. Realidades objetivas e históricas.

En ese marco, cabría la pregunta: ¿cuáles eran las realidades de las clases obreras, en su objetiva existencia, al momento de la toma del poder por la clase social revolucionaria en cada caso referido en concreto? Proponemos esta pregunta porque los procesos de cambios ideológicos en los tiempos históricos van a un ritmo que, en frecuentes ocasiones, resultan incómodos para los cambios profundos del Estado viejo hacia el nuevo Estado aspirado. Es decir, los dogmatismos y los esquemas rígidos no solo son contradictorios sino conllevan “debilidades” en los procesos revolucionarios de cambios profundos. Una otra contradicción es tratar de replicar referencias históricas en cuanto al sub-conjunto social del sector obrero sin negar la necesidad de aprender de las experiencias históricas en revoluciones hermanas. Toda revolución es compleja en función de sus realidades nacionales.

¿Qué es ser obrero y cuál y cómo se expresa la conciencia del obrero? ¿Las realidades de un obrero del sector siderúrgico son iguales a las de un obrero del sector petrolero? Y así deberíamos seguir separando, en nuestro criterio, las diferentes realidades de la clase obrera según sus responsabilidades laborales para poder definir con criterio cuáles son las manifestaciones ideológico-revolucionarias y socialistas en cada sector laboral, responsablemente, porque “meter en el mismo saco” a todos y todas, los y las, trabajadores solo por tener el calificativo de obrero, sería un error revolucionario cuando menos sino lo calificamos como infantilismo pequeño-burgués porque, se supone, que un obrero, una obrera, cuando es revolucionario, busca alcanzar los ideales socialista de clase según el propio proceso revolucionario temporal y según las propias realidades internas del país en revolución, en este caso concreto, en Venezuela y en la Revolución Bolivariana. En ese escenario, es importante definir los ideales socialista en correlación íntima con la estructura laboral concreta en cada sector laboral. Nada fácil y de necesidad la definición para que el proceso revolucionario vaya evolucionando en perfectibilidad.

Por ejemplo, nos preguntamos ¿qué ha expresado el señor Capriles Radonski sobre el sector obrero, cuál es su política específica para el sector obrero, cómo se relacionan sus pensamientos capitalistas con los paradigmas que el sector obrero revolucionario trata de alcanzar cuando propone, únicamente, la subida de sueldos y salarios paradigma enmarcado en los objetivos laborales que el capitalismo y la social-democracia suelen proponer como derechos alcanzables sin mencionar la relación entre la estructura socio-económica y las realidades socio-económicas e ideológicas de los sectores obreros en revolución?

Seguirá la discusión más ahora cuando el Comandante Chávez propone responsabilidades profundas al impulsar medios de producción en áreas geográficas específicas que requerirán de alta conciencia revolucionaria que va más allá de nuestras fronteras en función de la América Grande.

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Miguel Ángel del Pozo


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