Burocratas y roscas acaban con la Misión Sucre en Carabobo

¿Hablamos como caballeros

o como lo que somos?



El socialismo en el siglo XX se jodió, entre otras cosas, porque los burócratas y los arribistas se apropiaron de los avances de la revolución, se enquistaron en los organismos del nuevo estado, se aprovecharon para su beneficio personal o de su grupo familiar o de amigos de las posiciones ocupadas. Generalmente esas camarillas burocráticas (Trotsky) o nueva clase privilegiada (Mao) llevaron al fracaso a los procesos porque se aislaron del pueblo, despreciaron a los humildes, se constituyeron en perseguidores, inquisidores y verdugos sin ninguna autoridad moral. Pero también por su inmensa ineptitud, incapacidad.

Eso está ocurriendo desgraciadamente en la Misión Sucre en el estado Carabobo. Una rosca de incapaces, un grupo de amigos y familiares, están llevando al colapso a la Misión, sin ninguna consideración hacia el proyecto revolucionario y hacia el pueblo, para el cual se ha diseñado este plan extraordinario para combatir la exclusión en la educación superior.

El Tecnológico (IUTEVAL) donde supuestamente funciona la coordinación regional de la Misión Sucre, ya muestra en su deterioro, en su acumulación de basura, lo que está aconteciendo. El Director reconoce que en el tecnológico funcionan hasta mafias de narcotraficantes, y ante la requisitoria de qué hacer, se encoge de hombros y señala que no se puede reprimir. Mientras tanto, un día no hay clases porque hay una toma, y el día siguiente tampoco hay clases porque enfrentamientos armados con la policía.

Como no puede ni siquiera apersonarse en las instalaciones del casi en el suelo Tecnológico, el Director y coordinador de la Misión ha delegado en un par de personajes, un par de Valquirias (no por ser rubias, sino por su robustez), que han hecho de la arbitrariedad y la ineptitud un estilo característico.

Estas Valquirias se han convertido en inquisidoras y verdugas. Despiden, sin ninguna autoridad, por teléfono, a profesores. Maltratan a los estudiantes, especialmente si son humildes. Vimos cómo una de ellas prácticamente se comió y vomitó a una señora, con su niño, sólo porque se atrevió a preguntarle por el programa de Enfermería y llevar a su hijo en brazos. La misma que arguyó que no había periodistas bolivarianos en el estado, se sorprende cuando el Frente Bolivariano y a los Periodistas de la Verdad le muestran una carta, firmada por dos decenas de compatriotas comunicadores, ofreciéndose para la Misión. Claro, esos colegas no forman parte de la rosca de la cual ella representa algo así como su Torquemada.

La Valquiria usa cualquier argumento para perseguir. Objeta profesores porque “no tienen el perfil”, sin tener en la mano el currículo correspondiente. Escarba en el árbol genealógico para descubrir alguna supuesta “impureza” revolucionaria que, en realidad, es no sometimiento a la rosca familiar y de amistades que se ha conformado allí.

Debo referir mi caso. En el año 1997, instada por algunos amigos, llevé un poemario a la dirección de Cultura de la Gobernación de Carabobo, en aquel momento encabezada por el escritor e historiador Asdrúbal González, para ver si podía ser impreso. Entonces, había un plan de ediciones, donde participaron varios escritores de la región. Mi poemario hacía poco había concursado en un evento de la Universidad y, aunque nop había sido premiado, fue elogiado por los poetas Luís Alberto Crespo y Gustavo Pereira. El caso es que la Valquiria esgrimió el poemario publicado como demostración de mi supuesta “traición a la revolución”.

La camarilla entronizada en la Misión Sucre no convocó a actividades a los estudiantes. Vimos cómo un coordinador nacional del programa de Medicina Comunitaria desesperarse porque no se hizo la convocatoria correspondiente. Como los estudiantes de dos PIU no aparecían en la data elaborada por las Valquirias, los coordinadores de algunas carreras y materias debieron hacer debidamente la convocatoria, inscribir como Dios y la Revolución mandan, buscar los espacios para crear los ambientes, reproducir el material académico que acaparan y esconden las Valquirias, convocar y seleccionar a los profesores para hacerles la debida inducción, llamar por teléfono a los estudiantes para rehacer el registro. Todo eso, sacando los recursos de los boldillos personales de coordinadores y profesores. Un trabajo inmenso y agobiante como el que más, porque, de paso, el Gobierno regional no le para ni un centímetro a la Misión, mientras le da miles de millones a la dirigencia estudiantil escuálida de la UC. Pero eso es otra historia.

Volviendo a la Misión Sucre, ocurre que a las Valquirias se les ocurrió que los profesores y los coordinadores, a pesar de haber hecho todo lo narrado, no habían trabajado y, por ello, no se les pagaría ese mes. Claro; esta arbitrariedad no es nada raro. Decenas y decenas de profesores llevan más de seis meses sin cobrar por el desorden y la arbitrariedad de las Valquirias que están destrozando a la Misión Sucre en Carabobo. Pero ahora hablan, descaradamente, que esos costos y esos esfuerzos es una “contribución a la Revolución”, mientras ellas sí siguen cobrando su millón y pico de bolívares, sin siquiera ser capaces de organizar un par de ambientes en la carrera de Comunicación Social. Para las Valquirias, arbitrariamente, porque se les ocurrió, los profesores de la Misión Sucre trabajan bajo las más inhumanas condiciones de trabajo, a destajo, sometidos a persecución, sin recursos ni ningún tipo de apoyo, y encima, para justificar sus arbitrariedades y caos administrativo, ¡hablan de sacrificarse por la Revolución!

Esos burócratas y arribistas son exactamente los mismos personajes que hicieron derrumbarse el socialismo en el siglo XX. Las mismas actitudes, la misma incapacidad, la misma soberbia y desprecio frente al pueblo, la misma arbitrariedad. Mientras tanto, la Misión Sucre se viene abajo. Las carreras no arrancan. Los cargos se asignan con criterios puramente clientelistas del Director, sus Valquirias y cierto concejal derrotado en las internas del MVR. Estas irregularidades son las principales en la Misión Sucre de Carabobo, compatriota Ministro Moncada y Viceministro Andrés Eloy Ruiz. Vayan más allá de esos rollitos con las becas. La Misión Sucre se cae solita por una mezcla de incapacidad, arbirariedad, grupalismo y clientelismo burdo de los neoadecos pseudochavistas.

Pensamos que la revolución dentro de la revolución es necesaria para sacar a los burócratas y arribistas, para lograr que la revolución continúe y se profundice. Como decía el poeta Gustavo Pereira: “aquí seguimos resistiendo”


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