o el fin de los bichitus erectus chavistas

Saber Popular e Inteligencia Social

En el emblemático Barrio La Lucha, el último
reducto de delincuentes fue acabado por
la Yuli, el Toro, la Vanessa y el Cataplasma

Prensa local, enero, 1995

En la contienda contra los enemigos de la patria surgió una lista de supuestos firmantes contra el presidente Chávez; bastó que Luis Tascón dispusiera el mejor acceso a ese instrumento por parte de los sectores populares, para que de forma inmediata el pueblo chavista descubriera e inventariara la magnitud y alcance del fraude montado por los conspiradores. Esa masa amorfa, discreta a veces y activa siempre, aplicó rudimentariamente su propia Inteligencia Social y hasta el tío lejano, que murió años atrás en un apartado pueblo del interior, fue constatado en la lista mencionada.

Ese pueblo de Bolívar no hizo algarabía alguna, simplemente agregó a su cotidianidad, a su particular disfrute de la vida, una actividad mas: constatar que sus familiares y amigos militantes del chavismo no fueron clonados.

Todo eso me hace recordar que hace bastante tiempo, una banda de delincuentes que vivían en el Barrio La Lucha, cercano de donde me crié, en mala hora asesinaron a la muchacha mas bella y mas agraciada de aquel lugar. Dicha banda tenía vínculos con unos policías corruptos y algunos de sus integrantes eran “muchachitos bien”, venidos de los barrios del norte. Bueno, esa barriada como un solo hombre o mujer desato la mas subliminal, consecuente y férrea persecución conocida, no existió lugar propicio que guareciera a estos criminales, hasta que al final unos se entregaron a la justicia y otros se fueron al exterior.

Esto es, bastó que en manos del pueblo recayera la exigencia para que esta se cumpliera con creces. Es como si ante tantos Bichitus Erectus Chavistas (cerebro-usa, boina roja, corazón blanco, estomago naranja y patas verdes) existentes en la revolución bolivariana y particularmente en la industria petrolera, todo el país actuara como en La Lucha; defendiendo su entorno, profundizando el proceso, haciendo revolución en la revolución. Comenzando por la tarea chiquita hasta llegar a la grandota, censando cuantos malandros había, cómo eran, quiénes los apoyaban; bueno, todo un trabajo que podemos simplificar de esta manera:
+Inventariar y caracterizar la cantidad de Bichitus Erectus Chavistas que hacen vida en la industria petrolera (igual en las Misiones) ¿Quiénes son? ¿Cuántos son? ¿Dónde están? ¿Conducta? ¿Vicios? ¿Quiénes les sirven de base de apoyo, dentro y fuera de la industria o de la Misión)? ¿Qué políticos del proceso son sus carnales? ¿Dónde realizan sus bacanales?. Por cierto, en el barrio que les conté, los bacanales los hacían detrás del rancho de Lucrecia, vieja alcahueta y chismosa que por ese favor recibía su ración de caña clara semanalmente.

+Revisión del entorno familiar, amistades, conocidos que en su momento puedan ser testaferros, aguantadores, alcahuetes o panas que pasen información. Recordar, así lo hicieron en La Lucha, que estos sujetos estudian primaria, secundaria, en la universidad y hasta post-grados; en esos escenarios hacen amistades, conocen a la novia y posterior esposa. Es allí donde las fotos de graduación, la lista de graduandos, los registros civiles y notarias son una mina de información. Se ha dado el caso que un experimentado delincuente esconde el fruto de sus andanzas en la silla de rueda de la abuela lisiada o en el ropero de la prima mongólica que vive en un lejano barrio, poco conocidas ambas, pero es fácil observarlas de cuerpo entero en el álbum familiar o en la foto de graduación de bachillerato. Así también pasa, que el alto gerente de PDVSA, coordinador de la Misión o Presidente el Instituto Autónomo es amigo, desde el pre-universitario del jefe de seguridad, estudiaron juntos ingeniería, se echaban palos, se conocen desde atrás y eso solo lo devela la foto de graduación en el Aula Magna o el obituario por la muerte del mejor profesor. Eso fue lo que hicieron en el barrio, investigaron todo; amigos, novias y novios, acreedores, padrastros o madrastras, enfermedades de la adolescencia, difuntos, gustos, padrinos, sobre todo PA DRI NOS y los delincuentes quedaron cercados.

+Cuando lo de la muchacha de La Lucha, los asesinos fueron buscados hasta en las iglesias, no olvidemos que algunos malvados van a misa, prostibulos, velorios, bares y billares, pues en eso también coinciden con los de la cuarta, y como en las películas, en esos lugares de la fe, de la culpa o del vicio, siempre existe alguien que puede dar razón sobre cambios de hábitos, debilidades y mejores secretos del vende-patria o traidor investigado.

+“Dime que hacías y sabré quien eres” o “el pasado no se puede esconder”. Esta fue una de las máximas en los procesos iniciales para la verificación de quien había matado a la niña Anselma en el barrio La Lucha. Que tal si lo aplicamos como “instrumento de la verdad” ante cualquier confusión en las pugnas de “gentes del proceso”. Que tal si en el marco de esos dimes y diretes, ante la presencia de cuatro posturas “revolucionarias” y “comprometidas” podemos constatar dos o tres totalmente estructuradas en su pasado con los códigos de lo peor del adecaje, copeyanismo, masismo, y hasta perezjimenismo. No olvidemos que este sigue siendo un pueblo pequeño y la memoria tiene todavía la gracia de constatarse con la inmediatez de una referencia, del libro de militancia de un partido o de la reciente nota periodística.

+A la máxima anterior la barriada agrego otra, cuando la cosa se fue complicando con un sospechoso difícil y confucionista, esta decía: “por la cagada se conoce al traidor”. Para los mas experimentados esto quería decir, “según como te comportes eres culpable o inocente”. En realidad yo creo que eso es fulminante, así fue como se descubrió a la totalidad de la banda. Pues como bien saben los hombres y mujeres mas ilustrados en eso de la inteligencia o saber popular, “la cabra siempre echa pa´l monte”. Esto es, difícilmente el corrupto puede esconder la comunión con los vicios de la sociedad de consumo, ese ser sin madre que echa mano al erario público, no lo piensa dos veces cuando de halagar a la amante o a sus hijos mal-criados se trata. Y siempre será un muchacho o muchacha del barrio, quien lo atenderá en la joyería o en la lujosa tasca, siempre los oídos y ojos de un pueblo enamorado de la promesa de un futuro mejor para sus hijos, se mantendrá alerta, como el barrio La Lucha, intuitivo y presto para aplastar al delincuente, sea quien mata a una niña, quien se roba el dinero del pueblo, quien pretenda hundir a PDVSA o el que se enriquece con una Misión

Ahora se escucha mucho sobre Salas Situacionales e Inteligencia Social, mientras la corrupción, el despotismo e ineficacia campea y mas de un jefe “chavista”, se burla de la verruga del líder, atropella a verdaderos militantes de la revolución bolivariana, concilia con reconocidos enemigos el proceso bolivariano y luego aparece en la T.V. halagando a Chávez y defendiendo la “causa”. En el barrio no había salas de esas, ni equipos sofisticados, menos aún presupuestos, pero cada traición se conocía antes de ejecutarse y a cada traidor le tocó lo suyo. Recuerdo que se hacían informes, se cotejaban los rumores e informaciones antes de hacerlas públicas o darlas por verdaderas, se hacían letreros de denuncia o alerta en las inmediaciones del club social al cual asistía el delincuente y advertencias en toda la comunidad sobre la cobardía y peligrosidad del indiciado, nada de ir a la jefatura o prefectura donde siempre el bandido contaba con apoyo ¡no señor! la experticia, sabiduría y apresto popular cerraba el círculo de investigación, constatación y castigo. Todo eso fue muy bueno, de esa forma se rescato la vieja lancha del viejo Eustaquio que había sido robada, entre otros bandidos, por el hijo del dueño de la única bodega del barrio: ciento veinte chaparrazos de verga e’ toro original le metieron por el pecho y las nalgas, y todavía hoy, luego de mas de veinte años de ese acto, ese hombrezote sigue pidiendo perdón.

Que tal si de repente toda la sociedad chavista: la que está con el proceso; la que le molesta el estilo de Chávez pero está por la revolución; la que no está con el proceso pero si con el pueblo; la que es anti-imperialista y pro-Fidel; los Flacos por una mejor papa; los Gay con Chávez; los campesinos y pescadores unidos; las mujeres que no tienen marido pero tienen a Chávez, en fin el pueblo todo, se acuerdan en una de sistematizar su saber o inteligencia social o popular; que entre otras enseñanzas tome los ejemplos de la comunidad de La Lucha, parroquia Catia la Mar, en su enfrentamiento a los delincuentes.

Imagínense bandadas de traidores a la patria, corruptos e ineficientes poniendo sus cargos a la orden, luego de una jornada de informes, afiches, foros, denuncias, asambleas y democráticas palizas, siempre realizadas con los datos mejor procesados, la denuncia mas acabada, la responsabilidad que el caso amerita y una seriedad del tamaño del proceso bolivariano. Que cada traidor a la patria tiemble pensando que será grabado en sus fechorías; que quien le estaciona el vehículo lo radiará a una central desde la cual se le hará seguimiento; que la fichera del casino recordará el monto de lo invertido en juegos; que mas temprano que tarde un voluminoso informe, incluyendo sus estados de cuentas, llegará a manos del Presidente; Asamblea Nacional; medios de comunicación de masas; Fiscalía; Contraloría; Defensoría del Pueblo; familiares, amigos, enemigos y caza-fortunas . Y lo mas importante, el repudio generalizado de una sociedad que depositó en esa persona la confianza de los recursos nacionales para mejorar las cosas y éste se los birló.

Sí señor, que ese pueblo despierto y sembrador de esperanzas tome en sus manos la inteligencia y contraloría de sus asuntos y de seguro no habrá corrupto o vende patria que se resista. Que el entorno comunal, turístico, financiero y comercial del área donde funcione la industria petrolera, el núcleo endógeno, la C.V.G., la misión o el ministerio sea una cosecha de colaboradores; defensores del proceso dispuestos a visualizar, informar y denunciar desafueros, groseras inversiones, desmedidos encuentros y celebraciones o reuniones de enemigos declarados de la revolución bolivariana. Bueno, la idea no es imitar al pie de la letra la experiencia del Barrio La Lucha, simplemente es aprender de otras realidades para salvar el proceso de tanto Bichitus Erectus Chavistas. Y recordemos, no existe movimiento que el Bichitus pueda realizar sin que el pueblo lo detecte. Si la investigación oficial es deficiente que el saber popular marque la pauta, según el decir callejero: POR EL PROCESO TODO. Y que ese saber se extienda mas allá de la industria petrolera y, así como en el barrio llegó hasta las fronteras de las comunidades del norte, en este caso que cubra toda la realidad nacional y cualquier otra región de interés en la defensa de la patria. Porqué mas allá de campañas ciertas o inventadas, lo que está en juego es la seguridad y custodia de nuestra industria fundamental, además de un ejercicio básico de inteligencia social o saber popular.

PD. El abuelo de Anselmita, luego de leer el borrador de este artículo, me propuso hacer un pequeño manual para distribuirlo y conversarlo en las comunidades, centros de estudios, empresas del Estado, centros turísticos, asentamientos campesinos, zonas de fronteras: “Para que el enemigo sepa que aquí la Libertad se come con caraota, el arroz con Justicia y la Soberanía con pan”, terminó diciendo el abuelo. Mi respuesta fue que de repente habían mejores materiales sobre inteligencia, control social y protagonismo, pero que si él quería sacar copias para el Barrio Canaima, donde vive actualmente, que lo hiciera, pero que no se conformara con la discusión y enriquecimiento de este material, que la defensa de la revolución requerirá siempre mas búsquedas, mas trincheras, mas voluntad de lucha y mas determinación para vencer.

SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO

Dirección de correo: negrohereje@hotmail.com


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Luis Villafaña/M13A-PNA


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