“Si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”

Esta hermosa frase viene a propósito de la coyuntura actual. Indudablemente, hay una matriz de opinión malintencionada que pretende englobar en el mismo lote, mezquinas pugnitas partidistas subalternas con situaciones delicadas de la Nación que las hay, cómo negarlo, pero en ningún caso alcanzan a que demos todo por perdido.

Me arriesgo a que me reclamen ser parte de tal matriz; no más el 11 del corriente hice críticas muy acres en Aporrea sobre cantinfladas que estimo, en conciencia, están al margen y ajenas a la elevada tarea de construir un país distinto y mejor.

Este escrito lo motiva la lectura de varios artículos y correos que apuntan recurrentemente: pareciera que la necesaria crítica, se torna en desaliento.

Los conflictos partidistas o personales ya de todos conocidos son odiosos, quién lo niega, pero los hay hasta en las mejores familias. Autogoles le suceden hasta a estrellas como Romario. Errores son y los vamos a resolver.

Lo que no podemos ni debemos perder de vista es que así como erramos, también hemos tenido importantes aciertos:

Haber barrido del ejercicio formal del poder a una cúpula tramposa, corrompida y respaldada por el Imperialismo. Eso, en cualquier otra parte, hubiera tomado años, plomo y sangre, un montón;

El notable despertar del pueblo venezolano a una conciencia distinta y superior, como la de aquel histórico 13 de abril, siendo que no hace diez años buena parte del pueblo estaba aletargado y desesperanzado, reafirma nuestra tradición vencedora;

Que contrariamente a la prédica agorera del Frente Ibáñez Matos, la unión pueblo-fuerza armada es cada día más sólida y fructífera al supremo interés nacional;

Haber derrotado con la fuerza popular a los lacayos domésticos y al poderoso Imperio en tantos y en todos los frentes: el legal, el constitucional, el electoral, el golpista, el petrolero, el internacional, el sindical, el empresarial, el subversivo, en decenas de actos de masas y también haber derrotado en aquel entonces, con pacífica cordura y elevada moral popular a la violencia guarimbera, son dos razones más para ser y sentirnos dignos herederos del Bravo Pueblo de nuestro Himno Nacional;

Varias cuartillas más pudiera llenar dando relato de tantos temas: De cómo nuestro Comandante le responde áspero y al brinco a cuanta pesadez le dice Bushito desde Güachinton y de su sabio responder como la gente, cuando de allá moderan el tono;

de cómo UNT limpia sus zapatos con los jirones de la CTV;

de cómo Fedecrápulas vino suaveciiiiito a Miraflores a pedir cacao. Confieso que me asombró lo fácil y rápido que entraron “en ambiente”; ya se quitan los zapatos en la sala, ya llegan derecho a la despensa a servirse tragos, ya pican de la nevera y miran dentro de las ollas. En fin, que ya son “de confianza”, “de la casa”, pues.

Ojo pelao, Juan Barreto. Mala maña no es costumbre.

Volviendo al tema inicial, concluyo: No hay lugar al desaliento. Hoy menos que nunca. Ahora es que queda patria hermosa que construir y caminos de esperanza que transitar.

Con humo no se asa jojotos.

PS El Comandante mandó un discreto mensaje el 15/05/2005. Tomen nota los facciosos e intrigantes. No de lo que dijo; de lo que no dijo, que se oyó más fuerte. A buen entendedor…






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Angel Félix Lara


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