Comuna en construcción #4

Caracas es como un cuero seco…

Sonará terco, pero insisto en Caracas. Alguien una vez me dijo que Caracas es como un cuero seco que cuando lo bajas de un lado se levanta por el otro, y definitivamente es así. No puedo dejar de reconocer que con el emprendimiento de la gestión de Freddy Bernal en el rescate de los espacios públicos y la continuidad que han gestado el alcalde Rodríguez y la Jefa de Gobierno Farías, nuestra ciudad se encuentra ampliamente remozada, pero sabemos que no es suficiente. 

Es verdad que ya se puede caminar por el centro de Caracas, el bulevar de Sabana Grande o Plaza Venezuela, provoca ir a comprar al Cementerio y tanto El Calvario como algunos otros espacios en nuestra ciudad se muestran más amables y humanizados para el ciudadano. Pero en contraste con ello, las interminables colas a cualquier hora del día y ya entrada la noche, la saturación del Metro (que aún a pesar de los nuevos trenes, ya simplemente no se da abasto), la sensación de inseguridad, la violencia citadina, los atracos, las balaceras a cualquier hora y en cualquier zona de Caracas, los huecos, las aceras tomadas por los vehículos, la anomia peatonal, la anarquía de los motorizados (a pesar de los acuerdos, convenios, declaraciones, etc.), el problema de la recolección de basura en los sectores populares (ya que por donde “pasa la reina” pareciera estar mínimamente solventado), la pésima calidad del transporte público (con aumentos de tarifa incluido), hace de nuestra ciudad un espacio hostil para la tercera edad, los discapacitados, los niños, e incluso para cualquiera que desee tener una calidad de vida acorde con la paz y armonía que se puede desear. 

Una persona muy estimada por mi, caraqueño de pura sepa, me decía en estos días que Caracas se ha convertido en los últimos años en un mal necesario porque “la plata está en Caracas, pero puedes dejar la vida en el esfuerzo de tenerla”. La concentración de todos los poderes en nuestra ciudad, la imposibilidad del crecimiento armónico de la ciudad, la inmigración descontrolada, la contaminación en todos sus tenores, la alta circulación de dinero, el hacinamiento y la saturación en la demanda de mayor servicio público por parte de la creciente ciudadanía caraqueña exige medidas urgentes que no pueden ni deben espera más, sin embargo hay quien dice que sin resolver estos problemas igual “cabe otra Caracas dentro de Caracas”.  

Una persona en tiempo promedio, en una ciudad que tiene 25 Km de longitud, puede tardar hasta 4 horas cuando llueve o existe un accidente en la vía, y no menos de 1 hora y media en una situación regular  dirigiéndose de extremo a extremo, cuando lo normal sería no más de 30 minutos. Además, la marginación del “derecho a la ciudad” a quienes rodeamos a Caracas, producto de la exclusión de una ciudad propiedad de los “amos del valle”, hace aún más difícil la situación de una ciudad bella, pero maltratada por el capitalismo rentista.  

Sería muy extenso tanto un diagnóstico más detallo del problema como el pretender enumerar soluciones estructurales, pero me permito ratificar sólo tres en el plano político, formuladas por mi en escritos anteriores, que permitirían viabilizar el resto. 

1.- Mano dura para hacer cumplir las leyes, y gente capaz e incorruptible para ser eficientes y eficaces y con criterio de servidores públicos y no de funcionarios imprescindibles.

2.- Planificar y coordinar políticas públicas entre los diversos responsables de la ciudad, más allá de las diferencias políticas e incluso preservándoles, como es necesario en la democracia real que no pretende falsos consensos pero si requiere eficiencia y eficacia en  la administración de políticas públicas.

3.- Profundizar el Poder Popular como plataforma real de gobierno, superando el burocratismo, e incorporando a las organizaciones sociales en los verdaderos procesos decisionales de los problemas más estructurales de la ciudad. En pocas palabras, que el Poder Popular deje de ser un slogan, un relleno o un simple número que cuantifique masas o justifique acciones ejecutivas y realmente sea receptor de la transferencia del poder local.   

Y por último una propuesta en el plano urbano, la modificación urgente de los horarios de movilidad de la ciudad. ¿Por qué todo el mundo tiene que entrar a trabajar entre 7 y media y 8 y media de la mañana?, ¿Por qué la mayoría de los trabajadores tiene que salir entre 4 y media y 5 de la tarde?, ¿Por qué todos los centros educativos tienen que iniciar sus actividades a  las 7 de la mañana?, ¿Por qué los bancos y los entes de la administración pública tienen similar horario?, ¿No es lógico entonces que todo colapse? 

nicmerevans@gmail.com



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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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