6to Poder: no ofende quien quiere sino quien puede

¡No me defiendan, comadres!

Cuando el feminismo empuña su discurso de género, el patriarcado vigoriza su casta retrógrada. Lo “femenino” arraiga fetichismos del Medievo burgués en la sociedad contemporánea. Resulta insólito que unas mujeres investidas de tanto poder político -suficiente para enfrentar al Imperio que nos amenaza mientras azota el Mundo por todos sus costados-, reaccionen cual doncellas de Corín Tellado ante una fehaciente trampa cazabobos. Según Alí, la inocencia no mata al pueblo pero tampoco lo salva. En este caso, la inocencia no tiene excusa y es negligente porque le sirve de pote de humo al malhechor, por eso en política nadie puede alegar candidez a favor o en contra, y si la alega o se la imputan, le quedan dos únicas opciones: agarrar su toro por los cachos, o ahuecar porque está estorbando. Verdugo no pide clemencia, y menos durante una revolución socialista que se va con todo contra la burguesía depredadora y su cultura. Un proceso socialista sólo puede darse sobre las ruinas del capitalismo y sus valores, los cuales incluyen prejuicios y moralinas.

Es más insólito cuando desde la máxima jerarquía del poder judicial, profesionales del Derecho, ejecutoras del ordenamiento penal, convierten mediante artes pueriles, a un delincuente convicto y confeso, en candidato para el asilo en exilio, en perseguido político, porque la censura es perfectamente traducible en el ámbito comunicacional, como persecución política, máxime cuando Didalco Bolívar de manera pública y comunicacional ha prometido pruebas para incriminar a los García -Leocenis e Ismael-, y su amplio radio de acción, o saco de gatos. Luego del pronunciamiento de Didalco, resulta desproporcionado abrirle juicio a un adefesio gráfico que agrede únicamente a la estética, tal alharaca desborda las funciones de quienes han debido actuar de oficio y desde la primera publicación, en aras de precisar el origen del capital del pasquín de marras, sospechoso como mínimo, de blanqueo.

La propuesta comunicacional de la revolución no puede erigirse en función de un enemigo estúpido en sus lacayas intenciones y burdo en sus sicarias acciones, la revolución debe mantenerse las 24 horas del día generando teoría, informando, formando, educando -sin adoctrinamiento, sin ideologización y sin hegemonismos-, al pueblo; entendiendo pueblo el colectivo mayoritario cuya categoría social no hace parte de la burguesía. Para darle algún sentido a ese lugar común que encierra eso de “política comunicacional”, los medios bolivarianos tienen que inventar, para no seguir errando, un modo de hacer completamente distinto, en forma y en contenido, a los clichés publicitarios. La propaganda revolucionaria no es ajustable a estrategias de mercadotecnia, el socialismo no es un producto, no se compra, no se vende, el pueblo no somos usuarios ni consumidores; somos pueblo, con mayor o menor capacidad adquisitiva, con más o menos sueldo -nunca con bono alimentario de 10.000 bolívares fuertes-, la única “política comunicacional” posible es la difusión de lo cotidiano si se ha logrado convertir en maravilloso, la forma de esa “política comunicacional” es mostrarnos tal cual somos, sin vitrinas, sin eslogans, sin guión, sin decorados. Vivir viviendo, pues.

kloriamelypz@hotmail.com


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Kloriamel Yépez Oliveros


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