Nos alistamos para las decisivas batallas venideras del 2011

Despidiendo el 2010 de trabajadas victorias, con Chávez erguido un titán…

  “Que ser cobarde  no valga la pena y ser valiente no salga tan caro”

Una vez más, el Presidente sacó a relucir su estirpe, la del líder y Comandante en Jefe del proceso revolucionario bolivariano. La del conductor que en tiempos nebulosos encuentra el rumbo sin que le tiemble el timón. Algunos pensarán que afloró en el vendaval de la tragedia y si, quizás allí tuvo más difusión mediática, pero es que todo el año que se nos va, el Comandante estuvo en el lugar y momento adecuado, aunque fuere silenciosamente. 

Es por algo, que un Pueblo sabio como el nuestro, le sigue enamorado, lo apoya y lo protege. En ese hombre se sintetizan los sueños milenarios, las esperanzas encadenadas durante tantos lustros. En ese rostro, en esa voz, se ven así mismos millones de mujeres y de hombres, que empuñan la firme determinación de ser por fin libres, de alcanzar el estadio de la felicidad prometida por Bolívar, aquella de los pueblos originarios antes de ser sometidos por la espada, por la cruz y la acumulación originaria del capital.

Chávez, el hombre, despegó irreversiblemente un 4 de febrero de 1992, y se lanzó  al infinito a la conquista de las estrellas. Abandonó su cuerpo para hacerse el alma de quienes cayeron allí, junto a Guaicapuro y se hicieron bala y acero con Zamora. Nunca más volverá a ser pedestre, así sueñe con nuestro amado cajón del Arauca apureño. 

Con el “por ahora”, aparecieron los brazos de Andresote, de Ribas y Fabricio, millones de lanzas en ristre cobraron vida, y la estruendosa jinetada llanera emergió una vez más, furibunda y brava, pero esta vez, para quedarse hasta hacerse Patria, Patria Socialista y Bolivariana. Nunca más derrota, nunca más traición ni sueños vencidos. 

Venezuela se alzó  para siempre, para hacerse felicidad plena de los pobres, ejemplo de rebeldía e insumisión, se hizo de corazón y mente bolivariana. Es Miranda subvirtiendo el orden imperante, educando su “Logia lautarina” en sentido transversal. Pensando el mundo desde el Sur, para salvar incluso al Norte, educando “freirísticamente” en la pizarra de Simón Rodríguez, el maestro. Porque Venezuela siempre fue universal, como es universal el internacionalismo revolucionario y el terco empeño del gigante Comandante Fidel por salvar a la humanidad “cuesta bajo en la rodada…”  Viva eternamente Fidel! 

El año que se nos va, vivió los vaivenes de la crisis del modelo de dominación capitalista. Los EEUU, el Imperio poco a poco destiñe lo poco de color que traía Obama consigo, lo aprisiona el establecimiento que impone su voz cantante. El complejo militar-industrial, las corporaciones petroleras, el sistema financiero, automotriz, aeronáutico imponen su voluntad a punta de “tea party”. El sur anglosajón, de la costa atlántica, blanco y presbiteriano impone el discurso. Los herederos puritanos del “Mayflower” en su fundamentalismo se llevan y nos llevan al suicidio y exterminación.

Guerras inventadas, guerras olvidadas, toda la magia de la tecnología bombardeando de noche y en naves no tripuladas, asesinando a mansalva en Paquistán, en Afganistán, en nuestra amada Colombia. 

Sólo la resistencia global derrotará al Imperio y a los subimperios. Rebeldía, insurgencia y combate.  Ya no se trata de formas de lucha, por Dios, tiene que ver con la humanidad y su sobrevivencia. 

Europa busca en la ultraderecha su perdido destino. Sus añoranzas de los Imperios que ya fueron… a pesar de reyes y reinas… 

En lo local, la realidad estuvo empañada localmente, por una poco explicada y en extenso dañina devaluación monetaria, ¿qué pasó con el BF?. Salimos de ese lío, pero estábamos metidos en el medio de un enorme problema energético, el de la electricidad. Años de abandono neoliberal, de incoherencia sustantiva entre generación, transmisión y distribución colapsaron nuestro primer semestre alentados por una sequía de esas que nos trae el calentamiento global y los irreversibles daños  que el sistema capitalista de dominación genera. 

Los cinco molinos: La burocratización, la corrupción, la indeficiencia y la ineficacia, el reformismo andaban a sus anchas. Las inclementes fallas en los servicios públicos, agua potable, metro y otros, los errores imperdonables en la gestión de gobierno, como los difíciles casos de PDVAL y Mercal. El anuncio abortado de crisis bancaria, que emergió desde las complicidades de cierta burocracia con emergentes fracciones monopólico-financieras, los dolores de cabeza que arrastró el barril de petróleo a US 60, las réplicas de los líos nunca aclarados de las notas estructuradas, y lo peor de todo, una dirección política que no sabe como relacionarse con el mundo social. Que supone en todo compatriota organizado debe actuar como un funcionario que debe acatar las directrices que emanan quien sabe de dónde. Funcionarios incapaces de entender cómo opera la lógica reivindicativa y política de las organizaciones de base. Lo que no tiene verticalidad clientelar o paternalista, representa caos. 

Todo un escenario servido en bandeja para que la contrarrevolución nos diera un tiro de gracia el 26 de septiembre.  ¿Que permitió revertir el banquete adornado para los zamuros de la mesa de la ultraderecha? 

Simple; la ecuación liberadora. Chávez y Pueblo Pobre. Un Chávez  poniéndose una vez más, sobre la espalda la campaña electoral, al PSUV y la exigencia histórica de no fallar, y un Pueblo que sigue creyendo en su líder, al que ve rodeado de alacranes, parafraseando al General Muller Rojas, pero le sabe puro y ajeno a vicios, deformaciones, errores y tendencias negativas que se relejan en el día a día. Estrategia (Socialismo/Felicidad) -Líder y Pueblo siguen umbilicalmente unidos, a pesar de todo. Ese Pueblo Pobre se niega a traicionar a Chávez, que sería traicionarse a si mismo. Apela en última instancia, cuando ya no hay santo a quien acudir, a su relación emocional con el Comandante, al paisano igual a ellos, que tuvo la claridad, la fortaleza moral y los cojones de meterse en Miraflores. 

En estos tiempos tormentosos, nuestro papel como revolucionarios ha sido el de siempre, concientizar, organizar y movilizar. Sin buscar protagonismos, lejos de los recursos materiales y logísticos del Estado, pariendo el día a día,  “haciendo a mano y sin permiso” una práctica política que poco a poco va haciendo huella.  El de buscar una relación cada vez más directa entre el líder y el Poder Popular Socialista, el de construir un Partido que se vaya acerando al calor de la lucha de clases, que se “proletarice” en el sentido de que abandone sus comodidades (tan institucionalizadas), y sea capaz de vivir como el sujeto (Pueblo Pobre) al que pretende representar, y no que se convierta para este, en un mecanismo de ascenso social.  Hemos combatido desde las ideas y desde la práctica cotidiana, a los que pretenden sustituir al poder originario, a los que no creen en el poder constituyente. Siempre le considerarán “inmaduro y aún no preparado..” sino de que vivirían ellos?  En esta dura batalla, esencialmente ideológica,  hemos tratado humildemente de ir abriendo las sendas por las cuales se vayan plasmando los contenidos del instrumento político del pueblo pobre en aras de la liberación nacional y el socialismo.  

Muchas lecciones nos deja el año que pasó. Quizás una de las más importantes, y de las cuales, el Comandante recalca dramáticamente cada vez que tiene ocasión, es el tema de la Unidad.  

Hace mucho tiempo que nosotros lanzamos la consigna de la Unidad Nacional para enfrentar al Imperio y a la contrarrevolución. Pero quizás nos ha faltado fuerza y coherencia a la hora de trabajar la unidad en los espacios locales, regionales y nacionales. Pregonamos la Unidad Nacional como cemento del proyecto histórico por construir, y a veces somos incapaces de convencer a los de al lado, a otros de los que militan en las filas del PSUV y más allá, mucho más allá. La Unidad interna es clave estratégica en la conformación del bloque histórico revolucionario, en la gestación de la fuerza social revolucionaria. Disentir, discutir con pasión en intransigencia, pero con lealtad. No aceptar las bajezas, los chismes de bodega. No permitir que el ego se imponga por sobre el colectivo, pensar siempre en frio antes de actuar, son principios de los  que tenemos que hacer códigos éticos, y práctica moral cotidiana.   

El año que se avecina, viene sin duda, tormentoso. El Imperio arreciará con fuerza su ofensiva. La contrarrevolución lacaya se prestará para lo que ordene su amo y dueño. Intentarán atajos, confundir en medio de su frenético patrón de consumo, que es quizás el arma más formidable que aún sostienen, porque ojo, allí están las claves de la alienación fascistoide de la cual padece una parte significativa de su núcleo duro y militante.  

La Revolución está obligada a mostrar resultados evidentes, a superar creativamente sus propias fallas, a evidenciar que es una creación colectiva que es capaz de corregir y corregirse, a demostrar decididamente a quienes representa. La Revolución bolivariana tiene que lograr hacer de teoría y práctica; síntesis, de proyectos estratégicos y logros tácticos; ejemplos evidentes. Debe fortalecer la participación y protagonismo popular, debe colectivizar sus experiencias, socializar su simbología y la nueva ética, proyectar sus nuevos liderazgos, hacer de la unidad mezcla indivisible, forjada en el respeto y defensa de las diversidades. Debe avanzar sobre los territorios geográficos y espirituales en disputa con la contrarrevolución, y no darle a esta, ni treguas, ni pausas. Debemos desenmascarar, combatir y aniquilar a estos carcamales fascistas, a los oportunistas, al cipayo y al mercenario.

El nuevo Estado revolucionario en construcción,  y su Poder Popular Socialista, el constituyente, deben mostrar fortaleza, decisión, cohesión y ofensividad ininterrumpida.   

En todo este proceso y mientras nos formamos y unificamos y seguramente después de ello, el Comandante Chávez, es y será, la pieza que soporta todo el peso de la historia. Es el líder, y es al mismo tiempo el jefe, es el que dirige y conduce nuestra guerra de liberación social y nacional. Nos acusen de culto a la personalidad o no, da lo mismo. Tenemos por Comandante en Jefe a quien unifica a nuestro Pueblo, pero también nos unifica con otros Pueblos, que son nosotros mismos. Tenemos por líder a quien sintetiza las ansias, las expectativas, las esperanzas, los sueños, la utopía y las heterotopías del Pueblo de a Pie. No hay otro, no hay otros, que quede definitivamente claro.  

Por ello debemos insistir en fraguar la Unidad Nacional en torno al Comandante Chávez, que es fraguar el proyecto nacional en torno al Socialismo.  

Preparémonos pues, para las batallas venideras. Con mayor decisión, capacidad de desprendimiento, con énfasis en la batalla interna en los valórico y lo ético, en lo moral y lo ideológico. Alistémonos a enfrentar una agresión cada vez más abierta por parte del Imperio, y una acción cada vez más sediciosa y conspirativa por parte de la contrarrevolución interna.   

Forjemos la unidad nacional, la unidad cívico-militar empíricamente. Extendamos nuestra formación y nuestra organización, avancemos y consolidemos, siempre en ofensiva, siempre en la disputa creativa y decidida de la iniciativa.

Siempre intransigentes en la defensa de los principios, de la Revolución y el Comandante. Vayamos al combate, y hagamos del 2011 el año de la consolidación de la ofensiva revolucionaria, el año de victorias estratégicas, el año de la irrupción del Poder Popular Socialista y del entierro definitivo del viejo estado oligárquico-burgués.

fncezmiranda@gmail.com



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Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora


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