Sobre los aguinaldos fraccionados

Acabo de leer tu comentario de hoy sobre el desacato a la orden de pago oportuno de los aguinaldos girada por el presidente. Comparto tu malestar, soy jubilado del Ministerio de Educación luego de 48 años de servicios, y por supuesto que pensionado por el Seguro Social. Sin embargo, permíteme manifestarte que, ante la situación inflacionaria que vive el país desde hace ya cinco años consecutivos, considero que la práctica del pago de los aguinaldos de manera convergente en los meses de noviembre y diciembre, atenta contra la economía del pueblo. La enorme masa monetaria que se pone a circular durante ese corto período de tiempo, en un país que confronta una "economía de puerto", con una producción endógena insuficiente para abastecer el creciente consumo nacional, no hace más que estimular la inflación por la vía de la especulación ante la incapacidad de nuestro mercado interno.

En consecuencia, me atrevo a sugerir el fraccionamiento de los aguinaldos en los tres últimos meses del año, de forma que la masa de dinero no se concentre como ha sido ya práctica consuetudinaria desde hace muchos años. Esa es la razón que explica que, durante los meses de noviembre y diciembre, los índices de precios al consumidor se disparen, tal como podemos apreciar en las series estadísticas suministradas por el Banco Central de Venezuela.

Otro capítulo a tratar es el del ahorro. La baja propensión al ahorro del venezolano estimula el consumismo, una costumbre en buena medida estimulada por la publicidad engañosa, que nos hace víctimas fáciles de las grandes empresas productoras y vendedoras de productos artificiosamente útiles y necesarios. Los medios impresos, radiales y televisivos alternativos, deben abrir campañas orientadas a estimular el ahorro, a desestimular el consumismo depredador de la economía popular, a estimular el consumo de lo nuestro, de lo nacional, a enaltecer las ferias de promoción de nuestra actividad agropecuaria, agroindustrial, artesanal, editorial, turística.

Sí, la producción endógena, el consumo de lo nacional, el estímulo al ahorro proyectará, a su vez, la propensión a la inversión nacional, a la inversión popular. De manera, amigo Obny, que al compartir con usted y su señora la angustia  por el desacato a la instrucción del presidente Chávez, que lo atribuyo más a nuestro aun engorroso aparato administrativo y a los quintacolumnistas enquistados en el funcionariado público, le invito a reflexionar y a acompañarme en la propuesta. Sería un pequeño pero importante aporte al saneamiento de nuestra economía.

(*) Economista - Investigador

cepo39@gmail.com



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César Prieto Oberto (*)

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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