Anarquismo respetable

El Estado es para la economía moderna un mal necesario, es un mal por los servicios que ofrece con tendencia hacia lo caro. La política, es una realidad peligrosamente inclinada a afirmarse según su propia ley contra todos los valores humanos.

El hecho esencial y primordial de las revoluciones pacificas es que son sociedades capitalistas tratando de distribuir de mejor manera las riquezas e ingresos que poco han alterado la ubicación de las clases, y estas no han sufrido cambios esenciales.

No ha habido conflictos de clase decisivos dentro de estas revoluciones sino mas bien conflictos limitados a problemas de pequeña magnitud que no resultaron cruciales para los procesos que buscan el socialismo del siglo XXI, pero, que se tradujeron en el curso en anarquías respetables por las decisiones económicas de las actuales elites políticas y su incapacidad para combatir la pobreza y la violencia, en complicidad con las masas populares, por su tolerancia al interés primario de la clase dominante.

Anarquía, la sabiduría política que obliga al pueblo a aceptar la virtud del estado político centralizador cuando no está preparado para centralizar, cualquiera sea su etiqueta porque no mejora la cultura social, pues, sigue siendo privada por la actitud del gobierno, y en los cuales el dinero es la solución para todos los males con características patológicas en una neurosis obsesiva colectiva.

Es mejor ser rico que pobre dice el pueblo, los del gobierno piensan para sus adentros que, es mejor ser poderoso que débil, y ese poder político y económico lo utilizan cotidianamente contra el pueblo que los eligió. Es una anarquía respetable usar el poder para defender sus derechos de funcionario de alto nivel, también, para afirmar con sus guardaespaldas su alto valor ideológico sin importar su pobreza mental.

El color rojo se ha convertido en otro status de anarquía, es la apología de los valores revolucionarios negativos, de la hipocresía, de lo mórbido, de lo tramposo en la nueva ideología usando la vieja, que busca una originalidad fácil en la inmoralidad revolucionaria. El cinismo, la impudencia en la reversión de todos los valores de quienes derramaron sangre por un ideal social de igualdad de derechos políticos y económicos, no solo demagógicos.

La mujer, el hombre, por si solos no pueden cambiar los polos, una revolución si puede cambiar el polo negativo para ir mas allá del mal buscando el bien colectivo, juzgando el mal en nombre del verdadero bien, cerrando los ojos de los hipócritas hombres y mujeres peores que los traidores enquistados en franelas rojas abrazando el poder, condenando la política anterior para conseguir más poder, aprovechándose de la ignorancia del pueblo. Débiles filisteos.

Revolucionario o político- politiquero. Por encima de los héroes están los grandes organizadores a la vez revolucionarios y políticos como Castro y Moisés, al que los jóvenes no coronan, pero que todos conocen a medias bajo una forma menos poética. Desde Maquiavelo hasta Marx, los filósofos subrayan lo que hay de positivo en la esencia del político porque revolucionarios ya no hay.

La revolución se corta como el licor a la leche, lo que es una inmoralidad regional. La juventud corta la política como diablos disfrazados de ángeles buscando el poder una vez egresados de las universidades. El poder y sobre todo su medio, la política, son siempre plagas de derecha e izquierda enfrentados dependiendo de su herencia, su misma naturaleza los enfrenta, dominación primaria independiente de la causa servida.

Anarquía respetable para los hombres y mujeres que aman el poder, lo aman por el mismo, y buscan primero instrumentos de poder para consolidarse, la policía y los militares son los más usados en Latinoamérica, África y Asia, para gobernar, ejércitos nada neutrales, decisorios para continuar con la democracia, el pueblo…después se verá.

¿Por qué el pueblo después? Porque el poder dice que el pueblo necesita orden para evitar la violencia, y muchísimos asienten que así es, olvidando que, el pueblo es el poder, pero, para los gobiernos eso es una engañosa retorica por el culto al mamon, por el virtuosismo del líder con una filantropía intemperante, tiene sus peligros, pero, anodinos al lado de los peligros del poder y de la politiquería, desencadenan lo que ha llenado a las revoluciones de tragedias por el enorme poder de corrupción que tiene la política.

Así, la teoría se convierte en ideología en una mentira práctica ejercida por quienes abrazan el poder por el gusto al poder. La ideología y la creatividad se convierten en propaganda, la ciencia en técnica militar, es la gendarmería a la larga, la espiritualidad del pueblo, y la economía en una presa a despedazar como lo hizo Calígula, Gengis Khan, Nerón, Aníbal, Hitler, semilocos que los pueblos veneran por tener como principio original la violencia.

Hoy, hay mesclas violentas por la coexistencia armada que no permite la violencia excepto si es autorizada por la ONU y EEUU, ¿Cómo practicar la locura para consolidar la revolución?


rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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