Otra vez la medicina sistémica y su propaganda antiética

Mui temprano, al revisar mi correo electrónico i la página de APORREA, me encontré con una noticia propagandística más, de la Medicina Sistémica. Un director médico de los Centros Médico Docentes Adaptógenos, anuncia el regreso de un Director de Departamento que, de su viaje a China, “trae nuevas esperanzas para los venezolanos que padecen cáncer”. Estas noticias, en prensa u otros medios de publicidad, están prohibidas por el Código de Deontología Médica, pero más todavía, sin necesidad de estas restricciones, es la ética, la moralidad i la autoestima del médico como profesional i como científico, los patrones de personalidad que, a conciencia, le impiden hacer este tipo de publicidad deshonesta.

En medicina, i a escala mundial, esos avances, logros o grandes éxitos, bien pueden trascender a la prensa i otros medios, llevados allí por los profesionales de Comunicación Social que desean informar de todo; pero, el mismo profesional con formación humanística i ética, es ajeno a promocionarse él mismo, i menos anunciando cosas que no son realmente así, sino con la comercial intención de atraer clientela. Además, esos formidables éxitos “que traen esperanzas” i hace suponer que antes no había ninguna i que el recién llegado de cursos en la China (donde la medicina i la cirugía se están occidentando a toda carrera) trae algo extraordinariamente novedoso para la curación del cáncer, ¿Por qué entonces no ocurre a las instituciones científicas de los Estados Unidos, de Inglaterra o Francia, para demostrar el formidable logro? ¿Por qué no ocurre, entre nosotros, a las instituciones científicas, a las universidades i a las Academias, i nos dejan con la boca abierta de asombro? ¿Por qué todos los anuncios “acomodados” i únicos, son por medios publicitarios? Sencillamente porque es un vil comercio con la salud i la credibilidad del público sin cultura científica. La señora que anuncia, le curaron un cáncer de seno en días, o el señor de cáncer de próstata, curado también en una semana, simplemente los engañaron; no debían tener ningún cáncer, sino tumores benignos. Si fuese verdad, propongo presentar a los curadores, al Instituto Nóbel en Estocolmo. Cuando Christian Barnard, realizó el primer transplante cardíaco, sabía que se adelantaba a muchos que ya estaban a punto de lograrlo también i que, hasta después lo superaron en técnica i número de pacientes operados; pero la comunicación que él hizo, fue a instituciones científicas. La gran noticia fue para los medios de comunicación, a veces extensos i bien documentados, como sucedió con el diario LE MONDE, que yo compraba en Bélgica cuando estudiaba allá i cuyos recortes conservo. La información era precisa i sin espavientos publicitarios, porque ese diario, por ejemplo, tiene secciones cada día de la semana, dirigidas i redactadas por especialistas, i se llaman “Correos”. En el cual vi el caso del primer transplante, era El Correo de la Ciencia. Para nada, había una propaganda personal para el doctor Barnard. Lo ético, tanto en medicina como en periodismo, estaba por delante. En cambio estos señores de la Medicina Sistémica, tanto el que hace propaganda como quien se beneficia de ella i sus centros médicos, son para casi todo el gremio médico venezolano, en el cual ha transcurrido mi vida profesional de más de medio siglo, son ilustres desconocidos en Congresos Nacionales e Internacionales, en nuestros hospitales i en nuestras Academias de Medicina que son tres: en Caracas, Maracaibo i San Cristóbal las más tradicionales i otras que se están gestando. Recibiríamos entonces, como ignorantes que somos lo de la medicina alopática, convencional o tradicional, esa “novedosa pero antigua” electroterapia.
La noticia, mui corta, con explicación sucinta de tener 20 años el procedimiento, que se usa en miles de hospitales en la China i que miles de personas se han beneficiado de esa terapia, bien podría ser un trabajo para llevar a la Organización Mundial de la Salud, a las más famosas Instituciones que combaten el Cáncer, de los Estados Unidos i Europa, etc., i este señor con tanta “experiencia china” hasta podría estar optando a ser candidato al Premio Nóbel de Medicina, sin compartirlo siquiera. Empero, son tan humildes i humanitarios que, no se interesan en ese beneficio para toda la humanidad i pasar a la Historia de la Medicina como el gran benefactor que acabó con las “neoplasias de mama, cuello uterino, pulmón, melanomas, tiroides, hígado y otros órganos”, relación que destaco para que se vea que, ni orden de exposición tiene; no concurre, pues, a los sitios mencionados, sino a Venezuela para “vender” esperanzas.
Eso sí, lo más interesante son la últimas líneas: “los lectores interesados en este procedimiento pueden obtener mayor información a través de los siguientes teléfonos:” i siguen a continuación. De manera que si un médico, logra un descubrimiento científico, inventa una técnica brillante en cirugía, logra por ingeniería biomédica (que no es la del comerciante Olalde) reemplazar un gen responsable de alguna enfermedad, en vez de recurrir a los medios científicos, va a la televisión i a la prensa a anunciar su éxito i a convocar clientela para informarle más detalles, de su logro “secreto” o entaparado. Realmente es deplorable, ilegal i anti ética esta posición de muchos médicos; espero que el nuevo ministro de Salud i Desarrollo Social, el Dr. Francisco Armada, de quien me informaron no admite este comercio médico de la MS, tome las medidas pertinentes, más cuando se está gestando un servicio Único de Salud que evite maltratos i corruptelas, mientras estos señores que comercian públicamente con la salud i la credibilidad de los venezolanos, siguen libremente desplegando esta publicidad. O también, investigar la actitud del ingeniero José Olalde, a quien debemos acusar de intrusismo médico.

La revolución bolivariana i el gobierno del presidente Chávez, no puede ser cómplice de esta genuina medicina neoliberal, comerciando con la salud del pueblo.


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Roberto Jiménez Maggiolo


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