Propuestas post 26-S

El análisis crítico de los resultados del 26S es imprescindible, así como lo es formular propuestas para continuar el proceso revolucionario en función de profundizar el camino a un modelo socialista desde el pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Aquí deseo enumerar algunos aspectos al respecto. 

1.- El Poder Popular y Comunal no se puede seguir desarrollando con base en instituciones estructuradas bajo la concepción de un Estado Liberal Burgués. Esto implica entre otras cosas, retomar el rumbo de Las Misiones como estructuras eficaces paralelas al Estado institucional-formal, tal como nacieron al rigor de una insurrección ciudadana ante el burocratismo. Por otra parte, la creación de nuevas Misiones en este marco, generaría una reversión a la sensación de desasosiego que existe en cuanto a las políticas públicas revolucionarias. 

2.- La transformación de la vieja institucionalidad, que aún existe y concentran poder ejecutivo es fundamental. La interpretación del Plan Nacional de Desarrollo, o Primer Plan Socialista ha sido errada, ya que se sigue midiendo la Mayor suma de Felicidad Posible con indicadores cuantitativos y no cualitativos, es por ello urgente incorporar nuevos elementos a la evaluación de los Planes Operativos Anuales de las instituciones públicas. 

3.- La selección de los cuadro políticos con responsabilidad administrativa y política debe pasar por una formación previa teórico-práctica de sus futuras funciones, que permita evaluar, desde el partido, no sólo el compromiso político, sino la capacidad de gestión socialista que garantice el éxito en sus ejecuciones. La alta rotación administrativa genera desestabilización en la aplicación coherente y continua de políticas públicas plegadas al Primer Plan Socialista. 

4.- La formación política de los militantes del proceso no sólo puede basarse en la reproducción de cuadernillos, sino, en jornadas de reflexión crítica y articulada con los niveles ejecutivos que permita una constante Revisión, Rectificación y Reimpulso revolucionario. 

5.- El tono del discurso político debe seguir siendo vehemente, pero debe abrir compuertas al diálogo sin permitir la negociación de principios, debe girar en torno al debate público de ideas, permitiendo ocupar espacios que han sido abandonados por errores tácticos y estratégicos. 

6.- La moral revolucionaria debe empujarse con la fuerza de la renovación del proceso socialista, sólo así, el 2012 sería una fecha victoriosa para el proyecto de los pueblos.

nicmerevans@gmail.com



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Nicmer N. Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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