Iglesia farsante

¡Oh, la Iglesia, de nuevo la Iglesia! La Iglesia en el decurso del tiempo, a lo largo de los siglos, desde el siglo XI, no ha variado su discurso. Tampoco su conducta. ¿Por qué? Se institucionalizó y por ello se alió fuertemente, codo a codo, con los sectores más reaccionarios, recalcitrantes y conservadores de la historia. ¡Tanto se ha escrito de este tema! ¡Tanto se ha investigado! Nunca será suficiente. Porque siempre está allí, agazapada, para insurgir contra los vientos del cambio.

En América, para hablar sólo de nuestro territorio, cuando olfatea estos vientos, de insurgencia, de progresismo, de inmediato despierta de su modorra. "Comunismo, comunismo, comunismo", grita con voz enardecida. Ese fantasma los ha perseguido por siglos. Olvidan olímpicamente que el primer comunista de la historia fue Jesús. Sin oropeles, con los pobres de su tiempo, expulsó a los mercaderes del templo e hizo una unión inextricable entre lo que preconizaba y su praxis.

La caída del Imperio Romano, entre otros hechos, influyó en el nacimiento de la Iglesia católica y apostólica romana. Distintos eventos, muy dolorosos, han marcado su devenir: las Cruzadas, las persecuciones y torturas del oscurantismo, enarboladas por la Inquisición durante la Edad Media; el oprobio que adelantó en nuestra América cuando con la cruz y la espada hundió sus dientes en la garganta de estos pueblos, como dice Galeano.

La Iglesia pretende ubicarse entre dicotomías, contradicciones y opuestos. Se asume antinómica. Pero no, es de una sola línea de acción y conducta y como vemos en el país, esa línea la desnuda, le quita las sotanas y los capelos. Esta iglesia es conservadora, de derecha, reaccionaria, golpista. La cronología del golpismo desde el 2000 la devela. No importa el grado jerárquico, obispos, arzobispos y cardenales, comulgan con el mismo discurso político opositor.

Con desparpajo y sonrisas cínicas salen en la pantalla de las televisoras condenando al presidente Chávez y al gobierno bolivariano. Claman por la construcción de "la democracia y una sociedad plural" (?). De espaldas a nuestro pueblo, que sí es cristiano y cree en la palabra del Señor, la Iglesia conspira. La jerarquía y la cúpula eclesiástica repiten conductas que las hunden en la traición.


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Asalia Venegas


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