Luego de enviar a los marines a Los Ángeles, Trump pronunció el 10 de junio en Fort Bragg un discurso propio de mitin proselitista. Lo hizo, al compás de God Bless the USA (Dios Bendiga a EEUU). Himno escrito por Irving Berlin en 1918 y reescrito 1938. Hoy, es el himno del movimiento MAGA. No es el himno nacional de EEUU. Éste se llama "The Star-Spangled Banner" (La Bandera Estrellada).
Un discurso con un claro propósito
Con su discurso enardecedor Trump, violó el principio fundamental de los ejércitos del mundo: su neutralidad deliberante. A quien no ha sido militar y mostró desprecio por las fuerzas armadas durante su primer mandato, se le vio exacerbando el ánimo patriotero con arengas y consignas propias de cualquier demagogo en plaza pública. Las fotos muestran las caras de los soldados entre sorprendidos y burlones frente a un parodiante al que había que seguirle la corriente. El rito colectivo de inclusión al que han acudido gobernantes y sátrapas de todo tipo con el ánimo de forzar una comunidad política con sujetos no deliberantes, volvió a aparecer como en tiempos de Hitler y Mussolini. Pero, Trump pretendía algo aprovechando la ocasión del 250 aniversario del ejército estadounidense. Aparte de evocar las supuestas grandes victorias del ejército estadounidense poniendo en éxtasis a los jóvenes militares que, poco o nada, conocen de la verdadera trayectoria militar estadounidense, el actual comandante en jefe buscaba “fidelizar” al ejército bajo su liderazgo como si se tratara de un movimiento o una secta. Mismo MAGA o, el “Ejército de Dios”. Aclaro, no la lealtad, pues ésta exige convicción, en tanto la fidelidad es impulsiva.
Una actuación “performativa” y “constitutiva”
Siempre estuvo claro que más allá de las aclamaciones, los desaforados gritos, los silbidos, los encendidos aplausos de los soldados frente a las consignas e incitaciones de sus jefes, no son sólo una muestra de sumisa obediencia. Quien los provoca busca se constituyan en: 1) “actos performativos” orientados a “imaginar” nuevas realidades; 2) “momentos constitutivos” orientados a sentar el principio de autoridad. Cuánto más tratándose de jóvenes soldados previamente seleccionados según criterios ideológicos afines al mandatario, incluyendo los “estéticos”.
Una intención reificadora
Ese día, Trump se encargó de convertir las “demostraciones” conmemorativas por el aniversario del ejército USA, en la “realidad” de que EEUU cuenta con “el mejor ejército del mundo y que nadie puede igualarlo”. Y en pretender sustentar, este supuesto negado, acudiendo a otro similar referido “a la rápida victoria estadounidense en la Guerra del Golfo de 1990-91. Los propósitos “performativo y constitutivo” a través de la parodia y, la conversión de supuestos negados, en “realidades” a través de la reificación. Nada raro en un seguidor posmoderno de Midas. Porque, para Trump, los hechos históricos no importan, pero sí, los subyacentes o alternativos sobre los que está construida su narrativa beligerante. Como se sabe, “los hechos alternativos no son hechos. Son falsedades”; ocultan la verdad, pero suelen imponerse.
Volveré sobre la “rápida victoria”, made in USA, en la Guerra del Golfo y otras. Tal vez sirvan para entender lo que pasa actualmente en Irán.