La costura se percibe a simple vista, la forma en que fueron escalando mediáticamente el montaje reciente contra la revolución venezolana ya ha sido tantas veces usada, en este y otros no menos vergonzosos laboratorios psicológicos.
Hace menos de 15 días lanzaron una campaña contra Diosdado desde el periódico ABC radicado en España, refiriendo una declaración nada confiable de un supuesto Jefe de Seguridad del Presidente de la Asamblea Nacional. Montaron una tramoya que no pudieron estirar más, por lo evidente de la truculencia, pero eso no importaba porque solo era una parte en el libreto.
Luego vino el show de los ex presidentes, con el objeto de convertir a un terrorista como lo es Leopoldo López en un adalid de la democracia y un perseguido de conciencia. Nada importa en este montaje, los 43 muertos que hoy son extrañados por madres, esposas, hijos e hijas y otros deudos; lo primordial es seguir montando el ambiente para lo que estaba por venir.
Son montajes como el que le hicieron a Libia cuando filmaron en Qatar con actores y utilería una supuesta masacre en Trípoli. En eso hay que reconocer que cuando se trata de petróleo no escatiman esfuerzos ni gastos, porque la yugular energética siempre es atractiva para estos vampiros corporativos, guerreros y terroristas.
El 31 de Enero el ABC aporta nuevamente otra infamia, muy asustados (valga la pena precisar) por el avance del partido progresista Podemos, porque ellos lo entienden correctamente como aliado a nuestra revolución, pero malinterpretan al pueblo español si creen que atacándonos a nosotros van a disminuir la bronca del empobrecido pueblo hispano, víctima del PP y del FMI.
Ese día final de enero con saña y estridencia referían lo siguiente: El Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos ha puesto en su lista de posibles terroristas buscados a Ghazi Nasr al-Dine (también escrito como Nassereddine), un libanés-venezolano vinculado con Hizbolá y que al parecer ha colaborado en el tráfico de droga con el paraestatal cartel de los Soles a través de Tareck el Aissami, exministro de Interior y ahora gobernador de Aragua.
Pero no conformes con semejantes bajezas, un poco mas abajo titularon: Así intentó un científico vender a Venezuela secretos nucleares a Venezuela… sólo que en la desesperación no percataron que el texto de la noticia destrozaba ese titular al explicar que nunca jamás hubo venezolanos implicados en esta aberración "Parece ser que Mascheroni, quien, aunque nació en Argentina, es ciudadano estadounidense, lo tenía todo planeado para dar un giro radical a su vida. Lo que no esperaba es que el interlocutor al que estaba haciendo la oferta no era un representante del gobierno venezolano, sino agentes encubiertos de inteligencia estadounidense. Su proyecto, por tanto, se vino abajo al instante".
Andan como La Sayona, martirizando con alaridos y buscando cómo fregarnos la vida, tanto la presente como la futura, tanto la nuestra como los hijos y los nietos.
Ahora se destapa un nuevo capítulo, denunciado por el presidente Maduro en la Plenaria del PSUV: EEUU está anunciando que el gobierno revolucionario va a ser derrocado. Sobran palabras y comentarios; en este punto sólo queda por preguntarle a quienes nos adversan si están dispuestos a asumir con beneplácito esta intervención de USA o si van a apelar a la fibra nacionalista que todos debemos llevar por dentro.
Por último, también anuncian que se le va a dar play, anglosajonamente escribiendo, a las sanciones que desde hace meses vienen tramando. Aquí es necesario gritarle a la oposición: ¿ustedes no van a decir nada? ¿sus bocas no van a proferir alguna resolución anti intervencionista? ¿se van a quedar callados otra vez?.
La última hazaña de este sainete es la activación de las sanciones que desde hace rato vienen amenazando. Igual siguen un libreto imperialistamente diseñado, Igual seguimos esperando que la oposición diga algo, pero honestamente a estas alturas y sobre estas circunstancias, pareciera que el mudo Bernardo (el del Zorro), fuese más elocuente que los voceros de eso que llamamos oposición a falta de una palabra más precisa.
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