Crisis de la hegemonía y guerra probable

El escenario internacional asiste hoy a una inusitada confrontación estratégica entre diversos actores fundamentales cuyas acciones parecieran apuntar hacia un posible conflicto político, económico y militar entre los Estados Unidos de América, que pretende sostener una hegemonía global insostenible en su actual crisis sistémica del Capitalismo y, los nuevos y viejos rivales mundiales, como la Federación Rusa y la República Popular China, que no aceptan la continuidad del viejo orden mundial erigido sobre los resultados  de la Segunda Guerra Mundial y  exigen una revisión profunda desde  el reconocimiento de la multipolaridad de actores y la multilateralidad  de las iniciativas que expresen, de la mejor manera, el mundo existente en este comienzo del siglo XXI.
 
La arquitectura geopolítica mundial diseñada por las potencias triunfantes en la Segunda Guerra Inter-imperialista – a la cual fue arrastrada la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se muestra hoy como un cementerio de escombros y difuntos si tomamos en cuenta  la importante ausencia de la Unión Soviética y los países del Campo Socialista europeo, la pérdida de vigencia de los Acuerdos de Bretton Wood sobre la economía y las finanzas mundiales, el resurgimiento como potencia económica europea de la derrotada burguesía alemana responsable de la Segunda Guerra Mundial, la incorporación de China como actor y factor fundamental de la economía global y el desarrollo de procesos de agrupamientos regionales y mundiales de países que se ubican fuera de los fenecidos esquemas bipolares Oriente-Occidente, como la Unión Europea, la Comunidad de Estados Independientes, los países BRICS, MERCOSUR, UNASUR, Alianza del Pacífico, etc; los cuales incorporan a la compleja realidad mundial, nuevos elementos de ruptura y recomposición que, inevitablemente, tensan la situación internacional y amenazan el frágil equilibrio de fuerzas, disputas y contenciones que parecieran conducir al planeta a una confrontación holocáustica.
 
Aunque los hechos militares se destacan por sus efectos destructivos en los escenarios regionales donde se desarrollan, más aún, por el involucramiento visible de los factores mundiales, en la superficie de los hechos, sin embargo, se identifican con creciente claridad que, es la crisis sistémica del Capitalismo y los efectos que la misma tiene en el funcionamiento y poder de los Estados  potencia en el escenario mundial, la causa primera y última de las controversias, tensiones y confrontaciones que actualmente se presentan en el escenario internacional y, como tal, la solución a la misma pasa por un reacomodo de todas las fuerzas y la construcción de una nueva arquitectura  multipolar en la economía global o, avanzar hacia un proceso de confrontación por el dominio de mercados, energía, materias estratégicas y ,líneas de transportación, que le otorgue a uno o varios  aliados estratégicos, la nueva hegemonía y con ello, el sitial preponderante de los asuntos internacionales en este siglo XXI de grandes cambios científico-técnicos y profundas transformaciones políticas, económicas, sociales, culturales y militares, inevitables, por demás.
 
Cooptada la Organización de Naciones Unidas por los Estados Unidos de América, merced de su poder de veto – y el de sus aliados Francia y el Reino Unido - en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el control de la Secretaria General, disminuidos el Fondo Monetario Internacional, FMI, y el Banco Mundial, BM, - ambos salidos de los Acuerdos de Breton Wood -,  inutilizada la Organización Mundial del Comercio, OMC, como norma y espacio para el diálogo, la construcción de consensos económicos y el arbitraje de diferencias; el mundo asiste a un periodo sin precedentes de medidas, contramedidas retorcivas y represalias que son presentadas como consecuencias  de confrontaciones políticas y militares pero que sus autores no alcanzan a esconder en sus discursos justificadores la razón eminentemente económica que las motiva.
 
Toda las guerras que la alianza de los Estados Unidos de América, los Estados de la OTAN y las petro-monarquías feudales del Golfo Pérsico han desatado –  en Afganistán, Irak, Libia y Siria tienen el signo de ésta pretensión re-hegemónica, los Golpes de Estados contra la Venezuela Bolivariana, Ecuador y Bolivia apuntan a ese mismo propósito; la más reciente locura de ampliar el proceso de colonización silenciosa de Europa forzando la incorporación de Ucrania a la Unión Europea, con Golpe de Estado fascista incluido, el intervencionismo europeo-usamericano en conflictos internos  de africa subsahariana con el pretexto de lucha contra el islamismo político y,  la actual guerra  de exterminio que el ente sionista israelí realiza contra el territorio palestino de Gaza, confirma esta tendencia belicista de parte  de los Estados Centros del Capitalismo Mundial que está dispuesto a intentar reimponer  su deteriorada hegemonía mundial, aunque ello implique, como en 1914 y 1939, lazar al planeta a un conflicto militar de  dimensiones catastróficas.
 
Tan desolador panorama mundial, unido a la ausencia de un poderoso movimiento  mundial  de gobiernos, pueblos y organizaciones sociales comprometidos firmemente con la Paz Mundial, hacen opresumir que tales tendencias planeticidas se acrecienten y muestren en la perspectiva mundial, un escenario imprevisible de pronósticos reservados, aunque siempre se siga confiando en las reservas morales y el sentido de la sobrevivencia de la Humanidad y su hermoso planeta azul. 


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Yoel Pérez Marcano


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