Nicaragua ¿Flota a la vista?

Voces sensatas de América Latina y el Caribe y al mismo interior de la República
de Costa Rica, denunciaron en su momento que la sorprendente decisión de la
presidente nica Laura Chinchilla de permitir que mas de 6.700 tropas militares
de los Estados Unidos y 46 navíos de guerra de diversos tipos y capacidades,
constituían, no solo una violación del Principio de Neutralidad prevista en la
vigente Constitución costarricense, sino una amenaza cierta a la Paz y la
Seguridad de la región por cuanto, la sola presencia de tales fuerzas
representaría una amenaza a los pueblos del istmo centroamericano en su empeño
por iniciar procesos de soberanización, independencia, integración, desarrollo y
bienestar, a los cuales se oponen los Estados Unidos de America.

Aunque el gobierno imperialista guarda silencio y se escuda entre sus “inzulsos”
espadachines a la hora de justificar sus maniobras, es evidente que la
injustificada y desproporcionada reacción de la señora Chinchilla responde al
apoyo dado por la diplomacia imperialista de lanzarse a esa provocación
política, la cual no viene otro objeto que presionar la situación política
interna nicaragüense, afectadas por la rabiosa y desestabilizadora resistencia
de la oposición contrarrevolucionaria, apoyada por el gobierno imperialista de
los Estados Unidos, que rechaza los resultados electorales de las ultimas
elecciones municipales ampliamente ganadas por el Frente Sandinista de
Liberación Nacional y reforzada por su propósito de impedir, a cualquier
precio, la presentación del comandante Daniel Ortega como candidato a la
presidencia en las elecciones del 2011.

Estas maniobras, sin embargo forma parte de un complejo proceso político y
jurídico internacional, en el cual se encuentran involucrados, no solo el
gobierno de la señora Laura Chinchilla, sino que tiene como punta de lanza el
gobierno de la República de Colombia quien, en su intento de tergiversar el
resultado de la sentencia del Tribunal Internacional de la Haya sobre el
diferendo nicaragüense-colombiano sobre las islas caribeñas de San Andrés y los
Cayos Roncador y Quitasueño, reivindicadas por Nicaragua, pretende incorporar a
la Republica de Honduras y a la República de Costa Rica como Parte Adherida en
el diferendo limítrofe colombo-nicaraguense, en la que no tienen "parte ni
arte", por estar sus límites fronterizos definitivamente establecidos, según
laudos y tratados internacionalmente reconocidos por las Partes, pero que en
estas circunstancias, pudieran contribuir al propósito imperialistas y de las
oligarquías centroamericanas, de desestabilizar la situación interna
nicaraguense y afectar las posibilidades de victoria de Daniel Ortega y el
Frente Sandinista.

La decisión de Costa Rica de llevar la controversia al seno de la OEA, para
tratar de iaslar políticamente al gobierno sandinista, es otro aspecto de la
misma maniobra por cuanto, los actuales problemas entre ambos paises son de
caracter técnicos, y bilateral, por cuanto estan relacionados con la
delimitación "in situ" de las fronteras, conforme a los laudos y tratados
aceptados por ambos países, para lo cual no se hace necesario la intervención
de Terceros que, lejos de ayudar, lo que han hecho es acrecentar la
conflictividad del asunto, cual era el deliberado propósito de la dirección
costarricense y el gobierno de los Estados Unidos.

Lo más importante de estos cercanos acontecimiento es la nueva confirmación de
que el imperio y las fuerzas políticas regionales que apoyan sus intereses
ingerencistas y hegemónicos en Nuestra América, siguen su contraofensiva
apelando a cualquier medio posible, especialmente aquellos en los que no aparece
el gobierno de los Estados Unidos directamente comprometido con tales maniobras,
sino sus serviles espadachines regionales; sobre todos aquellos revestidos de
“pacifistas”, pero que el objetivo es y seguirá siendo, hacer retroceder a los
gobierno progresistas y revolucionarios para reconquistar su plena hegemonía
sobre todo el continente.

De la misma manera, es importante destacar la unidad nacional alcanzada por el
gobierno sandinista en esta coyuntura política, que hizo que sus viejos y
nuevo contendores políticos, arrastrados por el fervor patriótico del pueblo
nicaragüense, se vieran empujados a cerrar filas en defensa de la soberanía
nacional y la integridad territorial de la República de Nicaragua,
circunstancias que deben ser aprovechadas por la actual dirección revolucionaria
nicaragüense para reforzar un proyecto de país de inclusión y concertación con
los sectores nacionalistas, patrióticos y revolucionarios, que neutralice hoy y
para siempre, las maniobras imperialistas contra la Patria del General de
Hombres Libres Augusto César Sandino.


yoelpmarcano@yahoo.com




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Yoel Pérez Marcano


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