Amuay, el atolladero de la derecha y la crítica inmaculada

Las refinerías son sitios peligrosos que no obstante los sistemas de seguridad de alta tecnología que hoy se utilizan, no escapan de accidentes, muchos de ellos mortales. Para temer una visión global del problema, invitamos al lector a revisar en Internet algunos casos alrededor del mundo con consecuencias fatales: http://noticias.terra.com/internacional/en-fotos-explosiones-en-refinerias-alrededor-del-mundo

La desesperación de la clase burguesa u oligárquica para restaurar los privilegios perdidos combinada a sus anti-valores ideológicos, la aparta de toda posición imparcial u objetiva ante un suceso de esta naturaleza (y de otra naturaleza como las producidas por fenómenos naturales). Por el contrario, la burguesía pone todas sus baterías mediáticas –que son muchas y variadas- en función de un persistente ataque al gobierno, siempre con una fuerte carga de miseria humana y de manipulación. Para la burguesía apátrida no hay criterio técnico, análisis histórico, objetividad científica que valga. Contra toda perspectiva realista, la derecha venezolana apela a la llamada “mayoría silenciosa” que según sus “expertos” y a pesar de las encuestas se expresará contra Chávez el 7-O. Sin embargo, la verdad es que históricamente esta “mayoría silenciosa” se ha pronunciado en otro sentido, entre otros motivos por el asco y el rechazo que provoca la actitud necrófila, insensible e irresponsable, expuesta públicamente a través de sus propios medios por esta casta fracasada de políticos de derecha.  

La derecha venezolana no ha asimilado la experiencia del golpe de abril y del saboteo petrolero, cuando a pesar de la cayapa mediática contra el gobierno, en distintas coyunturas el pueblo reaccionó contundentemente a favor del proceso bolivariano. El epílogo de esta etapa histórica fue el referendo revocatorio que se convirtió en aprobatorio.

Es sencillamente impresionante reacciones como las del pueblo de Cumanacoa y de toda la región en ruta hacia Maturín afectada por las fuertes lluvias, que dejando a un lado su tragedia, dan un recibiendo más que caluroso, digamos que fervoroso, al líder de la nación. Otro tanto ocurrió en la región de Cúpira con la alegría popular expresada en las calles una vez puesto en funcionamiento el puente militar. Y en Paraguaná, donde todo el pueblo y a pesar de la tragedia, ha salido altamente moralizado ante su demostrada capacidad para enfrentar las dificultades. Todo el país ha observado cómo se materializan los recursos de un Estado al servicio de su pueblo, y cómo se crece el pueblo unido a su liderazgo ante trágicas circunstancias. Ninguna de estas manifestaciones de afecto colectivo es casual. Es el producto del trabajo tesonero del gobierno revolucionario, a todos los niveles, y de las comunidades organizadas a lo largo de todos estos años de revolución. Es el resultado de la siembra revolucionaria que aflora en circunstancias trágicas como las ocurridas y que deja perplejos a los escuálidos, incapaces de comprender lo que está pasando.Cada evento trágico que la oposición piti-yanqui pretende utilizar enmarcándolo  mecánicamente como el supuesto “evento extraordinario” que cerrará la brecha con el candidato de la Patria, sirve más bien de vitrina que permite mostrar a toda la nación el material de que está hecho la revolución bolivariana: de humanismo y diligente solidaridad con los más necesitados. Y del otro lado muestra también el material de que está hecho la dirigencia de la contrarrevolución: de mierda pura. 

Y lo peor para la derecha es que está inexorablemente incapacitada para salir de su atolladero y evitar la derrota que le espera. Por mucho que los muy costosos asesores de publicidad capitalista le indiquen a su producto-candidato usar un lenguaje de no confrontación (supuestamente para diferenciarse del discurso “incendiario” de Chávez), las realidades determinadas por los intereses defendidos hacen peso develando su verdadero rostro. Y el lenguaje o discurso no es más que el formato en que se expresan eso intereses, ese ser social, que en el caso de la burguesía es retrógrado, acientífico, oscurantista, apátrida, delictuoso y anti-social.

Por el lado nuestro es importante ser coherentes con el planteamiento de fondo que se sostiene. Si nuestro líder dice muy asertivamente que debemos esperar los resultados de las investigaciones del evento de Amuay, con todo respeto a la libertad de opinión de la cual nosotros también hacemos uso ¿por qué debemos precipitarnos a difundir teorías sin pruebas concretas, sin evidencias probatorias? Los desesperados no somos nosotros.  

Alguien nos podría reprochar que no se trata de un caso judicial lleno de trámites legales probatorios. Cierto. Pero tampoco se trata de un hecho comprobadamente político. En principio y por la naturaleza de la industria en que se produjo hay que presumir un accidente. No vemos por ahora una prueba del supuesto motivo político de la tragedia, bien por saboteo como señalan algunos camaradas, o bien por ausencia de mantenimiento por el despido de la meritocracia, como señala la burguesía a través su corrupto y descalificado vocero Toro Hardy. Fue este último personaje quien implícitamente pretendió, jalado por los cabellos, asimilar la tragedia de Amuay al atentado terrorista de Atocha (en cuanto a atribuirle motivaciones políticas), cuando señala la salida de PDVSA de la meritocracia petrolera como la causa política originaria de la tragedia. Teoría ridícula y absurda que pone en evidencia la desesperación de que hablamos arriba.

Hasta este momento, aún con los tanques humeantes y vivo el dolor por tantas pérdidas humanas, las investigaciones no pueden arrojar ningún resultado concreto como para precipitarnos a adelantar conclusiones. Menos aún para echar sombras sobre posibles responsabilidades políticas, por acción u omisión, dentro de nuestras filas como tristemente hemos leído de algún artículo.  

Como dijo el Presidente Chávez, ninguna hipótesis puede ser desechada. Todo se sabrá a su debido tiempo. Si fue un sabotaje se sabrá. Si fue una negligencia interna se sabrá. Si fue un hecho fortuito ocasionado por algún imponderable, también se sabrá. Los enemigos de la revolución son capaces de cualquier cosa por lo cual la hipótesis del saboteo no puede ser descartada. Pero con respecto a la supuesta negligencia interna, en Amuay la revolución ha invertido en los últimos 5 años más de 4.800 millones de dólares en seguridad industrial que incluye la formación de un personal altamente calificado para la tarea, además del conocimiento del cuerpo de veteranos aún activos. Las estadísticas arrojan una significativa disminución de la mortalidad industrial comparada con un periodo igual de hegemonía meritócrata. La seguridad industrial socialista se ha impuesto gradualmente en nuestra industria petrolera por encima de la seguridad industrial capitalista que siempre pondrá el acento en el costo y no en el ser humano.

No obstante, repetimos, si hubo alguna negligencia estamos seguros que no habrá temor en reconocerlo responsablemente, siempre para corregir y nunca para cazar brujas. Esta ha sido la conducta que ha caracterizado a este proceso y que lo diferencia de la irresponsable dictadura oligárquica que dominó nuestro país. 

Creemos que en estos instantes, cuando estamos bajo los disparos del enemigo de la humanidad, y en la antesala de una gran batalla, lo que procede es cerrar filas en la defensa de los trabajadores y las trabajadoras de PDVSA, de sus mandos técnicos y gerenciales, de la capacidad demostrada por éstos para conducir exitosamente la empresa nacionalizada, rescatada por el pueblo de una casta perversa que no tuvo empacho para intentar destruirla en función de sus mezquinos intereses. Una postura tercerista que asuma la actitud de una crítica inmaculada, es, por decir lo mínimo, ingenua. Y de ingenuidades está empedrado el camino al infierno.

Como reza la sabiduría popular, el que mal actúa se le devuelve su maldad. Es exactamente lo que le está ocurriendo a nuestra decadente y piti-yanqui burguesía. 

Viva el pueblo venezolano y su fuerza armada.

Honor y gloria a los caídos en Amuay. 

INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA. VIVEREMOS Y VENCEREMOS.

 

Luis2000aponte@gmail.com



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