Chile: miseria enmascarada de progreso

Chile visto desde el exterior es un país desarrollado miembro de la OCDE, con índices económicos muy altos, donde hay prosperidad y progreso. Ha firmado Tratados de Libre Comercio muchos países del mundo asumiendo compromisos de liberalización comercial más allá de los ya hechos en el seno de la Organización Mundial del Comercio. Cuando miras a este hermoso país te imaginas un estado de bienestar y avance en todas las áreas; sin embargo, esta idea se desvanece cuando empiezas a conocer sus entrañas.

El Pueblo chileno es fraterno y pacífico, retrotraído debido a años de dictadura y persecución, es gente magnifica que ha sido atrapada en un proceso capitalista a ultranza que ha afectado incluso sus costumbres más arraigadas. Las protestas por el alza del pasaje en el metro me han hecho reflexionar sobre la situación económica y social de este país en el cual he tenido la fortuna de trabajar en intervenciones comunitarias y en la Universidad. Han sido estos escenarios los que me han permitido alzar la alfombra de la prosperidad para darme cuenta que debajo de ella la mayoría de las personas sufren, padecen y la pobreza esta para quedarse, los más afectados son los niños, mujeres y adultos mayores pobres.

Chile típica sociedad líquida según Zygmunt Bauman ha sido convertida en una burbuja de consumo, el comprar de forma irracional está a la orden del día; la conciencia de clase está totalmente alterada para hacer ver que todos son de "clase media", cuando en realidad son, en su mayoría, pobres funcionales (trabajan para medio cubrir las necesidades básicas) y, es muy difícil ascender en la escala social pues entre otras cosas, no todos pueden acceder a la educación pública universitaria.

El discurso indígena es sólo para los medios pues los Pueblos originarios han sido despojados de sus tierras, del agua, de los bosques nativos (todos han sido sustituidos por arboles madereros en poder las forestales).

Los rostros de las mujeres pobres, las orilleras, algueras, recicladoras están ajados por el sufrimiento, el trabajo duro y los embates del clima; por tanto, te das cuenta que la pobreza en este país, como en todos aquellos de la Región, tiene cara de mujer.

Los niños abandonados por sus padres viven en recintos del SENAME que no garantiza seguridad. Casi el 50% de la población penal adulta pasó por algún centro de menores. Además, cerca 1.600 niños ingresan al año a la justicia juvenil por haber empezado a delinquir mientras estaban bajo la tutela del servicio.

Los adultos mayores se suicidan en pareja por el horror de enfrentar la vejez con los escasísimos recursos de las pensiones y por el abandono de hijos y familiares que se dejan llevar por la vorágine del día a día, sin pensar en las necesidades afectivas de aquellos que les dieron la vida. La situación empeoró para el año 2018 ya que el suicidio de personas mayores de 80 años fue la más alta del país: corresponde a 15 suicidios por 100 mil habitantes en personas de 70 a 79 años. La cifra crece cuando se trata de mayor de 80, que corresponde a 18 cada 100 mil habitantes.

 

Las cifras anteriores fueron cotejadas con la investigación realizada en 2017 por la psicóloga Ana Paula Vieira, del Centro UC de Estudios de Vejez y Envejecimiento, en la cual indica que la tasa es de 13,6 casos por cada 100 mil habitantes –la más alta del continente-, y entre quienes toman la determinación de partir predominan los mayores de 80 años. La decisión del suicidio en pareja, en el 88% de los casos, la adoptan hombres y son altamente efectivos: uno de cada cuatro intentos de suicidio termina en una muerte en comparación con los jóvenes, solo uno de cada 200. Las causas de este fenómeno es variada, siendo los siguientes los más destacados: Abandono y soledad, dependencia, sentirse una carga, no valerse por sí mismos, enfermedades terminales y/o irreversibles, imposibilidad de abordarse económicamente, desesperanza, falta de redes de apoyo, que llevan al abandono de este grupo objetivo, perder su identidad, ser invisibles, no ser escuchados, bajas pensiones, que en mucho de los casos bordean los 100 mil pesos, que en el caso de los adultos mayores se destinan a idas al médico y medicamentos, el resto a alimentación, calefacción y cosas básicas, tener una vida poco digna depresión y desesperanza.

 

 

Una de las expresiones más crudas de las problemáticas del país es la violencia contra las mujeres, siendo el femicidio una aberración, con cifras alarmantes (en 2019 van 36 mujeres asesinadas), la violencia en el pololeo (noviazgo) es cada día mayor, el trato despectivo en el trabajo.

 

Por último y no por ello menos importante el poder de las iglesias de todo tipo son la pieza maestra para penetrar la sociedad y generar odio hacia los sexos diversos, indígenas, migrantes, y cualquier otro grupo humano por sólo mencionar un exabrupto existen en en este país de la OCDE colonias religiosas que reeducan a los sexos diversos para "sacarles de esa enfermedad".

Considero que como otros países de la región, Chile padece de inequidad, desigualdad por este motivo espero que las actuales protestas sean el inició del despertar del largo letargo del Pueblo chileno. Viva Chile y de nuevo rompe las cadenas.

 



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