Obama por segunda vez pero América Latina no se hace ilusiones

Examinando en Internet alrededor de tres docenas de periódicos latinoamericanos en línea, encontré que la reacción en el continente ante la reelección de Barack Obama es en general positiva pero que está muy lejos de hacerse ilusiones. Prácticamente todos los analistas concuerdan en que de los dos candidatos que batallaron por la primera magistratura de Estados Unidos, Obama es preferible. Resultó un tanto predecible. Durante sus cuatro años pasados en la Casa Blanca, él ha demostrado de lo que es capaz. El republicano Mit Romney es visto por muchos como una peligrosa “reedición” de George W. Bush y sus prácticas tipo cowboy en las relaciones internacionales. No cabe duda que Mit Romney hubiera hecho marcha atrás y tratado de estructurar una alianza de los “buenos” versus los “malos del continente, estos últimos incluirían a los “líderes populares.” Para la América Latina de hoy en día que se encuentra implementando varios proyectos integracionistas, semejantes políticas confrontacionales, por supuesto que serían inaceptables.

¿Cuál sería la reacción popular frente a la reelección de Obama? El presidente Daniel Ortega de Nicaragua se abstuvo de hacer un comentario personal. La esposa del presidente, Rosario Murillo, quien a menudo actúa como vocera, felicitó a Obama y al pueblo norteamericano en nombre del gobierno de Nicaragua aunque sin mucha emoción como era la costumbre en otras ocasiones, ella expresó la esperanza de un mejoramiento en las relaciones bilaterales. Los sandinistas nunca han confiado en Estados Unidos de manera que en este caso se abstuvieron de emitir improvisaciones líricas. El embajador norteamericano, Phyllis Powers, quien no ha tenido tiempo suficiente para aclimatarse al país, repetidas veces ha tratado de instruir a la dirección sandinista sobre cómo es la “democracia correcta.” De tal manera que la dureza en las relaciones está presente y no por culpa de Ortega.

Durante un discurso televisado, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, admitió haber seguido en detalle los eventos pre-electorales en Estados Unidos y desde un comienzo “prefirió” a Obama entre los dos postulantes.

Correa describió al presidente norteamericano como una “persona de cualidades extraordinarias y como un gran hombre,” pero describió la política exterior norteamericana como “inerte y que el cambio tardaría muchos años en venir.” Correa personalmente telefoneó al embajador norteamericano, Adam Namm, para felicitarlo por el triunfo de Obama y expresó la esperanza que en el futuro cercano poder hacerlo personalmente. Más allá de la breve conversación telefónica con Namm, mucho quedó por discutirse. El mayor problema en las relaciones bilaterales son las actividades subversivas de la inteligencia norteamericana en Ecuador. Su principal tarea es impedir la reelección de Correa en febrero del 2013. El presidente ecuatoriano “estimula” el fortalecimiento de las relaciones de Ecuador con China y Rusia, cree en el desarrollo de relaciones normales con Irán y está comprometido en la consolidación de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América, ALBA. Correa de manera reiterada ha advertido a sus seguidores acerca de la amenaza de desestabilización, las acciones de sabotaje y las actividades de la “quinta columna.” La lealtad del presidente quedó demostrada durante una conversación con el embajador de Estados Unidos cuando le indicó su disposición para iniciar un diálogo civilizado en la búsqueda de soluciones mutuamente aceptables para los problemas pendientes.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo que “no pudo dormir siguiendo el proceso electoral en Estados Unidos por televisión.” Según él, el ganador no se debió tanto al voto popular como por la influencia de financistas en la campaña eleccionaria –banqueros y representantes del MIC.

Morales también señaló que Obama ganó con los votos de los latinos naturalizados. Así mismo le recomendó a Obama agradecerles mediante el levantamiento del bloqueo económico contra Cuba, como también la entrega de numerosos criminales que encontraron refugio en Estados Unidos luego de delinquir en sus países. Por supuesto que el primero que Morales tiene en mente es el ex presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada quien emitió la criminal orden de disparar contra manifestantes, matando a 70 personas e hiriendo a 400.

Lozada huyó hacia Estados Unidos y Washington categóricamente ha rechazado todas las solicitudes de extradición. Como lo anterior, Morales está seguro que Estados Unidos utilizará la lucha contra el narcotráfico para desacreditar su gobierno en la arena internacional. Morales está preparado para una confrontación prolongada con Washington, Además señaló que si es necesario, “cerrará” la embajada norteamericana en el país.

Hace solo unas semanas Chávez dijo: “si yo fuera norteamericano habría votado por Obama.” Durante su campaña Romney trató de demonizar a Chávez y su gobierno, señalando que el presidente venezolano “quiere perjudicar a Estados Unidos” y constituye “una amenaza para la paz”. Obama decidió dejar el tema de Chávez fuera del debate electoral, señalando que “Venezuela, como todas las naciones soberanas, debe escoger su propio destino y solo su pueblo deberá determinar su camino hacia la democracia.” Obama también señaló que Chávez “no es una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.” Se trata de algo muy pragmático: Venezuela de manera consecuente y confiable envía petróleo a Estados Unidos. No está comprometida en exportar la revolución.

Aun más, sus acuerdos preferenciales con países caribeños y centroamericanos en el sector energético contribuyen a la estabilidad económica en el Hemisferio Occidental. El aparente suavizamiento de la posición de Obama contra el régimen bolivariano Chávez lo ve como tranquilizante. La hostilidad de Estados Unidos continúa. Uno debe prepararse para cualquier eventualidad en el futuro.

No ha habido ninguna reacción oficial de parte de la dirección cubana respecto de la reelección de Obama. El periódico “Granma” se refirió a la ocasión con un seco mensaje informativo señalando que Obama tiene muchísimo trabajo por delante para rescatar a su país de la crisis económica y financiera y de las guerras en el Medio Oriente. Pareciera que la Habana no cree en una pronta normalización de las relaciones con Estados Unidos. Además, el portal de la red Subainformación.tv publicó un artículo acerca del posible cierre de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en la Habana. La razón sería que los “diplomáticos” no se están dedicando a los problemas para los que se abrió la oficina, sino más bien que se dedican a realizar labores de espionaje y sabotaje. La actual situación está muy lejos de ser un reencuentro serio entre la Habana y Washington.

Existe pesimismo en torno a la posibilidad de “iniciativas audaces” de parte de Obama en América Latina… las prioridades de la política exterior de Washington están en Afganistán, el Medio Oriente, el Norte de África y la Región Asia Pacífico. En cuanto a México, los estados centroamericanos, Colombia, Chile y Perú las relaciones con Estados Unidos descansan sobre las tareas principales de la lucha contra el narcotráfico. Sobre esta base, la presencia militar norteamericana en la región está aumentando. La construcción de nuevas bases y el patrullaje aéreo y marítimo en torno al perímetro del continente se han tornado en rutina.

Políticos latinoamericanos creen que el Departamento de Estado norteamericano ha confiado la solución de muchos de sus problemas en América Latina y el Caribe al Pentágono. Instalaciones militares norteamericanas están en construcción desde México hasta la Patagonia bajo cualquier pretexto. Existe un verdadero apuro por realizar ejercicios militares bilaterales o multilaterales. Los latinoamericanos se están acostumbrando a la presencia constante de unidades militares norteamericanas en su territorio.

En el largo plazo, esta trepadora ocupación del continente por parte de Estados Unidos estará cargada de eventos tales como “conflictos en caliente,” disputas territoriales –que abundan—la lucha por los recursos energéticos y biológicos, el control de las cuencas del Amazonas y del Orinoco, la neutralización de Brasil como competidor de Estados Unidos en la región, la eliminación de la “izquierda” de bloque del ALBA, todo esto contenido en los planes geoestratégicos para el futuro del Imperio.

Tal vez eso sea el por qué no debamos lamentar la ausencia de “iniciativas audaces” en la actual agenda de Obama en América Latina.



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Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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