Cuando indignarse no es suficiente

“Indignados de todas las naciones uníos.”

Aquí es donde queda “casi” demostrado que el humor es la cosa más seria que existe, a propósito de malcontentos, abusados, quejosos, indignados, estafados, protestatarios e impacientes. Fue nada menos que José Saramago quien propuso hace algún tiempo “Perder la paciencia y hacer algo para intentar cambiar la situación”. Desde entonces hasta ahora han ocurrido muchas injerencias, invasiones, muertes masivas, mentiras mediáticas y estafas a manos de gobiernos poderosos en lo económico y militar, cuyos nombres toda la humanidad conoce. Y sucedió que gota a gota, como garúa al principio y temporales después, se fue llenando el vaso de la paciencia ciudadana hasta derramarlo.

Hoy son muchos los países en el planeta, donde la población civil ha salido a la calle enarbolando las banderas de los llamados” indignados”. Movimiento originado en la madre patria España y olé, hoy los tenemos en Chile y México, sólo para nombrar dos. Marchan con pancartas y acciones creativas que señalan las agresiones y daños “colaterales” o sea “sin querer queriendo” de las empresas capitalistas, la corrupción de la clase política, en fin, al parecer se llegó al llegadero, dicen que no toleran más el abuso burocrático, el desempleo, la falta de vivienda, la impagable y pésima educación. Nos recuerdan los violados derechos humanos en general, denunciando la brutal, diría yo, tradicional represión de los aparatos policiales armados de los gobiernos, hacia los marchantes y/o acampados que logran quedarse o tomar espacios.

España en el corazón……Una de las causas de la protesta masiva española, la podemos ver expresada en sus carteles mayoritariamente contra la clase política: “No nos falta dinero, nos sobran ladrones”, es la corrupción presente, hoy tan común en nuestras naciones, como si ella estuviera en el ADN del ser humano. Las ciudades españolas nos están hablando en voz alta, desde sus calles plenas de jóvenes “acampados” enarbolando carteles: “Sin casa / Sin curro / Sin pensión / Sin miedo”; “¡No es una crisis. Es una estafa!”; “Derecho a techo”; “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”; “¡No nos callarán! Pueblo manso buen esclavo”; “¡Nadie esperaba una revolución en España!”; “No hay revolución sin revolucionarios”; “En este país se puede acampar para un concierto de Justin Bieber y ver la última de Crepúsculo… pero no para defender tus derechos. ¡NO NOS VAMOS!”; “Democracia real ya! Leamos bien sus textos, no nos hagamos los locos, ciegos o sordomudos, una vez más.

Mientras los días transcurren implacables, entre el cansancio de los “acampaos” van surgiendo legítimas interrogantes: Indignarse está bien, pero… ¿es suficiente?, ¿indignarse, por qué, para qué? ¿Sirve de algo indignarse? Si todos los” indignados” de las naciones estuvieran llegando a la conclusión que indignarse no es suficiente y que entonces, hay que ser más inteligentes comprometiéndose personalmente en la construcción de ciudadanía organizada.

Viva Chile mier…..mosa patria…….No es casual que cientos de miles de chilenos salgan a la calle en ese “paraíso” neoliberal que les dejó la dictadura Pinochetista y la llamada Concertación, esta última, gracias a que sus integrantes callaron y no hicieron nada por eliminar la vigente de la Constitución de la dictadura. Tampoco es casual que los indignados chilenos provengan de la población estudiantil, obrera, indígena, movimientos ecologistas, sociedad civil, familiares de asesinados y desaparecidos, cuyos victimarios aún permanecen sin castigo y movimientos sociales en general. En este “paraíso” neoliberal, líder del femicidio, la corrupción, burocracia y la impunidad, la derecha fascista se pasea por las calles y en sus Universidades Opus Dei con la cara sonriente, cadenas en una mano y constitución vigente en la otra.

México lindo y querido….…… En mi reciente visita a Ciudad de México me resultaron familiares las protestas y manifestaciones callejeras de pequeños grupos de la sociedad civil, los que se manifiestan cotidianamente, sin que sus acciones trasciendan en los medios de comunicación en manos de los empresarios. La Marcha por la Paz, encabezada por el poeta Javier Sicilia, fue la excepción, por lo conmovedor de la tragedia, donde mueren siete jóvenes, entre ellos su hijo, secuestrados y asesinados por mafias del narcotráfico. “Estamos hasta la madre -ha escrito el poeta- agregando, “No al éxito, dinero y poder obtenidos por cualquier medio”.

Verdaderamente sorprendente fue encontrar, -como en España, en medio de calles plenas de turistas-, acampados en el Zócalo, pleno centro de Ciudad de México, frente al Palacio Presidencial y la Catedral. Ahí estaban organizados y combativos bajo cientos de carpas de cara al sol, indignados obreros mexicanos de la electricidad y sus familiares. En sus pancartas, carteles y notas informativas, refuerzan su indignación y dolor, con dibujos políticos y humor gráfico, atacando fuertemente a las autoridades del gobierno de turno y su presidente al que lo llaman “Fecalito” o “Fecal” (apócope de su nombre FELipe CALderón.)

Apoyar a los “indignados”, es lo que corresponde, donde quiera que se encuentren acampados o no, simultáneamente, apoyar las luchas de los movimientos sociales organizados de nuestro tiempo, más allá de nuestros intereses personales y/o militancia política.



(Texto para el post “Cuando indignarse no es suficiente” de circulación en Internet en: http://humorgraficonecesario.blogspot.com )

ortizpozo@gmail.com


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