El dos de junio de 1962 se marcó un espacio en la historia política del país

El Porteñazo : 47 años de una insurrección cívico militar

Sábado dos de junio de 1962. La trasnochada ciudad lucía tranquila. Alguno que otro amanecido peatón llegaba al viejo mercado principal en la búsqueda de algo que le saciara la hambruna producto del excesivo licor consumido durante la noche y la madrugada. Ya el pitazo de los muelles se había extendido por el somnoliento puerto y anunciaba la salida de unos cuantos hombres, que con sus bragas de azul, cumplieron la jornada nocturna. Otros sólo esperaban el momento para incorporarse a sus labores extras de ese sábado, que marcó un espacio en la historia política de Venezuela.

Las madrugadoras amas de casa, unas acompañadas de algún familiar o de alguien ocasional, buscaban evadir los efectos del sol y del cotidiano calor para adelantarse en el horario y adquirir los productos que se ofrecían semanalmente en el tradicional mercado libre. Constituía la rutina sabatina para unos cuantos, mientras la mayoría de la población disfrutaba de un descanso propio de los fines de semana y a la espera de salir de sus hogares horas después para sumarse al acostumbrado bullicio matutino.

Para un significativo número de civiles y militares, el compromiso que tenían para ese día contrastaba con lo rutinario. Desde la noche anterior estaban plenamente conscientes de lo que iba a ocurrir, y tenían la disposición de hacer valer sus principios en procura de producir un cambio en el país. Sus propósitos fueron intentar erradicar los vicios de un gobierno que traicionó las aspiraciones de un conglomerado que tenía fe en una democracia que creyó podía defender al pueblo.

Uno de esos protagonistas, como tantos otros que vivieron la ilusión de una transformación para enfrentar los males que se vivían, fue, para ese entonces, el joven y dirigente estudiantil Antonio Guevara Jiménez, quien 47 años después relata, pormenorizadamente, lo ocurrido  en Puerto Cabello con el inolvidable alzamiento cívico militar que hoy se recuerda como el principal acontecimiento histórico de la época que surgió para enfrentar a quienes mancillaron las esperanzas del pueblo venezolano.

En lo que respecta al campo militar, el movimiento estuvo liderado por el capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez, el capitán de fragata Pedro Medina Silva y el capitán de corbeta Víctor Hugo Morales. 

-¿Cómo fueron los antecedentes?

-En el año 1958 fue derrocado Marcos Pérez Jiménez. Accede una Junta de Gobierno que conduce al país a unas elecciones en las cuales sale electo presidente Rómulo Betancourt. Existía una amplia expectativa porque AD venía de participar activamente en la resistencia y planteaba un programa democrático y orientado al impulso de la transformación revolucionaria.

Explica que fue determinante que engarzara en sus filas a muchos jóvenes que participaron en la clandestinidad durante la lucha contra la dictadura.

-Betancourt firmó el llamado Pacto de unto Fijo, se convirtió en agente de la CIA y del imperialismo norteamericano y desarrolló una política de espaldas al pueblo. Dejó de ser un líder popular para transformarse en una expresión de la oligarquía. Sin embargo, promulga la Ley de Reforma Agraria.

A los campesinos les prometieron tierras e inmensos beneficios “y al poco tiempo nos daba vergüenza, porque los trabajadores del campo decían: ¡nos mintieron!”.

Se planteó una profunda contradicción en torno a un gobierno que decía representar al pueblo.

-Comenzó a agudizarse el problema del desempleo, los trabajadores salieron a protestar y las calles se tiñeron de sangre. La represión se hizo presente como respuesta a la protesta del movimiento estudiantil que reclamaba la vigencia de los derechos democráticos

Señala, que en razón de lo que se vivía, se generan levantamientos militares durante el año 1959 y posteriormente “El Carupanazo”, ocurrido el 4 de mayo  y “El Porteñazo” el 2 de junio de 1962.

-¿Qué plantearon esos movimientos?

-Presentaron al país un programa de recuperación democrática, que incluía restablecer la vigencia de la Constitución y las garantías de los avances hacia la liberación nacional, la independencia y la autodeterminación de los pueblos.

Agrega que todavía  permanecen  los impactos de los bombardeos a que fue sometido Puerto Cabello por parte de la aviación, cuyas unidades estuvieron a cargo de pilotos de la Misión Militar de Estados Unidos, como en el caso de la edificación del hospital del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.

“Recuérdese que, para la época, Betancourt había dado la triste y lamentable orden de disparen primero y averigüen después”.

La orden fue cumplida al pie de la letra por el entonces ministro de Relaciones Interiores, Carlos Andrés Pérez, porque debía impedir que la rebelión se convirtiera en bastión de la resistencia y en el punto de una espiral para la incorporación de los demás cuarteles, donde existían numerosos oficiales comprometidos.

-¿Cómo fue la participación cívico militar?

-Dos semanas antes hubo una reunión con dirigentes nacionales del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y del Partido Comunista de Venezuela con oficiales de la Base Naval de Puerto Cabello, concretamente con Pedro Medina Silva y Víctor Hugo Morales Monasterios para plantear lo que debía hacerse. A nivel partidista estuvo presente Domingo Alberto Rangel y Jesús Villavicencio y en cuanto al área regional fue seleccionado el doctor Bartolomé Vielma Hernández, nativo de Puerto Cabello y mi persona.

-¿Cuántas personas murieron durante los sucesos de “El Porteñazo”?

-Yo estimo, que durante los acontecimientos murieron alrededor de 5 a 6 mil personas. Los muertos eran recogidos con palas mecánicas y colocados en los camiones volteos y llevados a las fosas comunes ubicadas en el Cementerio Municipal de Puerto Cabello.

-¿Cómo fue ese día en la mañana y los primeros pasos que se dieron?

-El sábado en la mañana los militares tomaron el Castillo de Puerto Cabello. Se instalaron ametralladoras en puntos estratégicos. El teniente Rafael Acosta Sierra  salió en labores de reconocimiento con un pelotón  en una unidad militar.

Dice que el militar creyó que las tropas del Batallón Piar acantonadas a las puertas de la ciudad y el Destacamento 55 se encontraban sumadas al levantamiento y debía instalarse en la alcabala de El Palito. Observó que esa gente no tenía la actitud de estar incorporada al movimiento y le dispararon.

-Y fue a las diez de la mañana, aproximadamente, cuando el Batallón Piar inició el desplazamiento por los lados de la playa y se les hizo frente.

Señala que  en las inmediaciones del Cuerpo de Bomberos se encontraba un apreciable número de estudiantes y de gente del pueblo que defendió sus posiciones.

-¿Cómo caíste?

-Yo estuve en el liceo Miguel Peña hasta el día domingo a media mañana cuando se tenía información que no había margen para la incorporación de nuevas fuerzas militares y fue planteada la conveniencia de organizar la retirada hacia la montaña. El miércoles 6 de mayo, por un error, alguien me delató cuando me encontraba en la urbanización Rancho Grande.

Se dio inicio a una represión contra las fuerzas de izquierda, las torturas se hicieron efectivas contra los participantes hasta que un Consejo Accidental de Guerra en el Batallón Carabobo, en un lapso de hora y media, los jueces sentenciaron a más de mil 200 años de prisión para 63 hombres que quedaron presos por los sucesos de Puerto Cabello.

El reportero gráfico Héctor Rondón Lovera, recibió el premio Pulitzer con la toma de la foto en el sector La Alcantarilla, donde el padre Padilla, quien se desempeñaba como capellán de la Base Naval de Puerto Cabello, aparece al lado de un soldado herido. 
 
 


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