Crisis Militar: Fabricio Ojeda en 1960 y Hugo Chávez en 2008 en tiempos de revolución en Venezuela (II)

A partir de la década del 60 con  el presidente Betancourt de AD y los gobiernos del camino político convencional (CPC) se logra someter el espíritu soberano y bolivariano de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) mas no triunfó en su liquidación total. Durante décadas (60 – 90) de los gobiernos del CPC las FAN fueron controladas y súbditas al servicio de los gobiernos de turno de la Democracia Representativa. En lo más oculto de la FAN seguía vigente el espíritu de lucha por la patria liberada por lograr para el pueblo la máxima felicidad social propia del Camino Político Tradicional Alternativo (CPTA). Espíritu de la FAN que  se consolida  de nuevo para 1998 con el presidente Chávez, a pesar de los pequeños grupos vende patria que en el 2002 y 2008 pretenden dar golpes de estado para derrocar al presidente y el gobierno del pueblo que se propone consolidar la Democracia Participativa, dando todo el poder para el pueblo y así liquidar definitivamente la corrupción para garantizar la Felicidad social.  

Continúa para 1960 la estrategia de Betancourt identificado con el CPC, de colocar frente a frente, en la lucha, a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional  (FALN) de la guerrilla perteneciente al CPTA y a la FAN de los militares. Pretendió evitar cualquier apoyo de los militares y la unidad cívica-militar que intentara derrocar su gobierno  y la instalación de un verdadero gobierno que respondiera a los intereses del pueblo. Se trató de hacer creer al pueblo que la lucha revolucionaria era una disputa entre los civiles y los militares. Fue la maniobra política de Betancourt, que buscaba desviar la auténtica lucha del pueblo por asumir su economía independiente y su libertad del dominio extranjero e impedir la unión entre militares y civiles, que combatían su mal gobierno, como es señalado por Fabricio Ojeda:

“(…) es interés de la reacción, continuar planteando la lucha revolucionaria en Venezuela, como una guerra entre civiles y militares, como una actividad que se desarrolla entre la eliminación y la subsistencia de la Institución Armada. Esta maniobra reaccionaria es muy clara: impedir la unidad cívico-militar y con ello detener el avance de las fuerzas progresistas que combaten por una nueva vida para el país[8].

 La marcada intención del gobierno de Betancourt, por seguir debilitando la

unidad cívico-militar e impedir cualquier acercamiento de los miembros de las

FAN con la guerrilla, abarcaba otras posiciones estratégicas. El gobierno junto a

sus más cercanos seguidores, desarrolló una campaña publicitaria sucia, contra la

guerrilla. Se divulgó por diversos medios de comunicación, que la guerrilla estaba

importando al país la revolución cubana. La intención fue atemorizar al pueblo y

a las FAN, para lograr ponerla en contra de la guerrilla, como lo  reseña el jefe guerrillero Fabricio Ojeda:

“(…) la campaña interesada que contra nuestra actitud revolucionaria, ha venido llevando a cabo, por todos los medios publicitarios, la Vieja Guardia, COPEI y algunas personas del Alto Mando Militar. (…) tiene un objetivo muy claro: vincular el movimiento revolucionario de Venezuela, a la tesis absurda, pero anticientífica y anti histórica, de la importación de la revolución y con ello atemorizar a densos sectores, a nuestra colectividad y especialmente a las Fuerzas Armadas, para ponernos a pelear entre si.  (…) A mí y a otros se nos acusa de querer transportar a Venezuela todas las incidencias de la revolución cubana y reproducir al calco toda realidad histórica de aquel país[9].

 Las luchas asumidas por los ejércitos formalmente establecidos como por los

ejércitos revolucionarios del pueblo son únicas. Son luchas irrepetibles que

responden a diversas condiciones de espacio, tiempo, cultura y particularidades de

la compleja situación del ser ente humano. Lo único repetible y común, es que

todas quedan, pasan al tiempo de lo que fue y se registran como documentos

históricos. Es propio de mentes cerradas el pensar que una revolución puede

repetirse y ser copia de otras, como lo afirmó Fabricio Ojeda:

“Todos los estudiosos de la teoría revolucionaria entre los cuales me incluyo sin modestia alguna, saben que a realidades distintas, procesos históricos distintos. Saben que Venezuela no es Cuba y que la realidad venezolana y las perspectivas venezolanas son diferentes a las cubanas. Saben asimismo que “los esquemas que se han cumplido en Cuba, en su forma y desarrollo no tienen por qué cumplirse de igual manera en Venezuela.” (…) trabajamos por la revolución nacional, venezolana, que libere a nuestro país de la explotación feudal y coyunda imperialista y que libere a nuestros trabajadores del atraso, el hambre, el desempleo y la miseria[10].

 El gobierno de Betancourt es el único responsable de querer destruir las FAN,

Cambiando su propósito como fuerzas nacionalistas y patriotas. Estratégicamente

Betancourt señaló que la organización guerrillera, tenía como propósito único la

destrucción de las FAN, similar a la destrucción del ejército de Batista en Cuba.

Fue una estrategia que usó para generar y alimentar un rechazo de los hombres

de la FAN contra el ejército de la guerrilla, conformados por los hijos del pueblo

al igual que ellos, al compararlos con el ejército de Batista en Cuba pero ignoró

las particularidades propias del ejército venezolano. Situación que nunca se

podría repetir por la marcada diferencia del ejército venezolano y del ejército

cubano de Batista, como lo afirmó Ojeda.

“Sabemos igualmente que  quienes tratan de desprestigiarnos ante la nación y el acendrado espíritu nacionalista de nuestro pueblo, lo hacen jugando una carta más en su estrategia contrarrevolucionaria. Lo mismo hacen cuando, para atemorizar a los sectores menos radicalizados, asoman el fantasma de la disolución de las Fuerzas Armadas por parte del movimiento revolucionario, planteando de nuevo el esquema de Cuba. (…) las Fuerzas Armadas venezolanas no son el ejército de Batista en ello estamos de acuerdo (…) El ejército de Batista era un ejército mercenario, pretoriano, que respondía solamente a los intereses del “caudillo”; sus oficiales y soldados eran protegidos por el dictador o algún favor debían a él (…) aquí la gran mayoría de la oficialidad joven, por ejemplo, se mueve al calor de sentidos principios revolucionarios, es antinperialista y no responde al egoísmo de algunos de sus jefes[11].

 Betancourt y sus seguidores buscaban que las FAN estuvieran esclavizadas al poder imperialista, y por ello eran señalados como los únicos responsables de la destrucción del ejército venezolano. La destrucción de las FAN era similar a la pérdida de autonomía y lograr someterla a la subordinación para poder consolidar su entrega al país a los Estados Unidos, de acuerdo con lo que precisó Ojeda:

(…) los únicos que si tiene el firme propósito de destruir en su esencia el carácter nacional de las Fuerzas Armadas, son aquellos que como Betancourt y Briseño Linares, quieren la subsistencia de un país aherrojado al destino del imperialismo y mediatizado por la influencia extranjera”[12].   

Apelando al espíritu nacionalista y progresista de los hombres de las FAN, se esperaba no perder la unión cívico militar en a la lucha del CPTA contra el gobierno de Betancourt y su PPF correspondiente con el CPC. El objetivo principal tanto de la guerrilla, como del ejército, juntos en la unión cívico-militar, era tomar el poder, para hacer un auténtico gobierno para el pueblo. Con la toma del poder se instauraría un gobierno revolucionario, que le devolviera al pueblo su libertad, su independencia, su autonomía, sus riquezas para un desarrollo independiente y establecer una verdadera democracia, con una sociedad nacionalista, patriota, donde predominara la liberación nacional, como lo precisó Ojeda:

“(…) el objetivo concreto del movimiento revolucionario (…)

-  CC Conquistar la independencia nacional, la libertad y la vida democrática para la nación.

-          Rescatar el patrimonio, la integridad y las riquezas nacionales.

-  Establecer un gobierno revolucionario, nacionalista y popular[13].

 La La unidad cívico militar se consideraba indispensable en la lucha armada para consolidar el propósito del CPTA. Es indigno y antitético que quienes llevan el uniforme militar, tengan la investidura de honestidad, vocación, de amor por la República, entreguen su patria a los intereses extranjeros. Era imposible dudar que los hombres del ejército de las FAN, perdieran la razón de ser, su esencia en la defensa y servicio de la nación y estuvieran ausentes de la lucha armada al lado de la guerrilla, que devolvería al pueblo su felicidad y su prosperidad democrática, en efecto Ojeda se preguntó:

“¿Cómo no contar con ellos, con la integración de las Fuerzas Armadas en un frente común de liberación nacional? ¿Es a caso  que la mayoría de los oficiales, clases y soldados, está de acuerdo con la entrega de nuestras riquezas al capital extranjero y la mediatización de nuestra soberanía por misiones militares de otros países? ¿Es acaso que la mayoría de los oficiales, clases y soldados están de acuerdo en continuar como fuerza de choque, como policía de represión política, al servicio de intereses sectarios que solo benefician a una camarilla corrompida? ¿No son la mayoría de los oficiales clases y soldados, parte del pueblo humillado y perseguido? ¿No son los oficiales de aire, mar y tierra parte de la nación saqueada por la voracidad imperialista y esclavizada por los consorcios extranjeros? ¿Son ustedes, señores oficiales, contrarios a la liberación del país, a la utilización de sus riquezas como medio efectivo de progreso económico y desarrollo social que mejoren las condiciones de vida del pueblo y lo incorporen al bienestar democrático?[14].

 La revolución era la posibilidad de que las Fuerzas Armadas se vitalizaran, no

que se destruyeran, y que adquiriesen su auténtica esencia al servicio de la nación.

El enemigo es el extranjero que se quiere apoderar de nuestras riquezas, apoyados

por los vende patria de nuestra nación. Ese enemigo a vencer en la revolución es

poderoso y para derrocarlo es necesario contar con un poderío militar, con unas

fuerzas armadas grandiosas, sólidas éticamente y con un alto nivel técnico. El

triunfo solo se logrará con la unión cívico-militar, para apropiarnos de nuevo de

nuestras riquezas, de nuestra nación que continuará siendo defendida por nuestra

poderosa y preparada FAN. Así Fabricio Ojeda lo expuso:

“Cuando Venezuela conquiste su independencia y recupere sus riquezas hoy explotadas por el capital monopolista extranjero, es indudable que necesitará de unas Fuerzas Armadas poderosas y técnicamente y moralmente capaces de resguardar nuestro patrimonio, de cuidar nuestra soberanía. Y es así como el movimiento revolucionario, consciente de ello, ha hecho descansar su lucha de vanguardia en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, núcleo inicial de la unidad cívico- militar para combatir la penetración imperialista y hacer del país, como lo quiso nuestro libertador Simón Bolívar, una patria libre y verdaderamente soberana[15].

 Las esperanzas de Fabricio Ojeda y nuestros y nuestras compatriotas guerrilleras 

no se perdió en la abstracción y el tiempo de la historia. Desde 1998 y  hoy en 2008

con Chávez, Venezuela vive el proceso identificado con el CPTA, de la neo

independencia y la recuperación de las riquezas  en función de la distribución

equitativa para la superación de la pobreza y la consolidación de la felicidad

social. Es un proceso nada fácil que requiere de la unidad civil y militar para

enfrentar los intereses de los pequeños grupos económicos nacionales, defensores

al servicio del imperialismo de los Estados Unidos, pertenecientes al CPC con su

sociedad e ideología capitalista.

Es innegable que  Chávez y el proceso por la transformación social y política en

Venezuela que asume la contra ideología capitalista, mercantilista e inhumana, 

cuenta con los militares auténticos con ética y principio bolivarianos. Por otra

parte, no se puede negar que existen los grupos  de militares que junto con civiles

son traidores, capaces de entregar la patria y contribuir con un golpe de Estado.

Es necesario estar atentos por el peligro que se corre y los traidores pueden estar

muy cerca del presidente Chávez esperando la oportunidad. En esa  atención cabe

hacer las preguntas: ¿Es posible que algunos militares golpistas se ubiquen en las

capas intermedias del cuerpo militar identificadas con la promoción Montilla,

(1989) los llamados cuarentones  y sus cabecillas?. ¿Es posible que los militares

golpistas cuenten con el apoyo oculto de otros militares, candidatos supuestos del

proceso, y con civiles cercanos al presidente, que están  ejerciendo cargos altos del

gobierno, hasta ministros, disfrazados de bolivarianos? ¿Es posible que militares y

civiles supuestos compatriotas chavistas, corruptos,  pactaron con la oposición de

la derecha como salida para legalizar su dinero de clase burgurrupta y por ello

no luchan por la revolución, por un socialismo en cada Estado y Municipio y si

por un chavismo sin Chávez que garantice el capitalismo al servicio del

imperialismo con su neoliberalismo y globalización? ¿Es posible que la lucha

contra los golpistas es una lucha interna, una lucha contra la corrupción, los

reformistas, los ineficientes de las instituciones públicas y los traidores dentro del

proceso que actúan aparentemente y ocultan su ideología capitalista. ¿Es posible

que suspender en la Contraloría General de la Rpública,  por supuestos intereses

políticos,   las inhabilitaciones por corrupción o expedientes judiciales   a

aparentes Chavistas, para que sean  candidatos de una gobernación o alcaldía por

el PSUV significa apoyar o fortalecer  golpistas que atenten contra la vida del

presidente Chávez para defender la sociedad con su ideología capitalista?

 En tiempo de revolución las contradicciones implican la lucha para que acontezca

la verdad y se depure la revolución. Se viven tiempos de cambios, de

transformación, de la auténtica política que supera las apariencias, las

manipulaciones, los lineamientos y maquinarias partidistas que son anti políticas

Chávez y Fabricio Ojeda coinciden y el pueblo lo sabe  que  la unión cívica-militar

es una necesidad para la defensa de la auténtica revolución e impedir cualquier

golpe de estado.

La Lucha continua con Chávez al frente
y Fabricio Ojeda con Bolívar sigue presente*.



Bettyoso@hotmail.com


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Betty Osorio y José Valero

Profesora de la Universidad de Los Andes, Mérida y titiritera

 bettyoso@hotmail.com

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