(A propósito de una opinión crítica respecto a Nícmer Evans)

Suscribo tu opinión, Eligio ¡sin cortapisas!

 

I. ¿Quién es Eligio Damas, y Nícmer Evans?

Confieso que no conozco a Eligio Damas, nunca lo he visto personalmente, mucho menos lo he tratado, tampoco he conversado con él, no sé quién es; mejor dicho, si lo sé, al menos me he formado una opinión muy favorable de él a través de sus escritos que leo casi que con asiduidad. Va por una sola línea, sin rodeos, ni regodeos. Me hace recordar mucho, guardando las distancias, a hombres como Manuel Taborda, Jesús Faría, viejos erectos como robles que conocí en mi juventud en Mene Grande, Cabimas, Lagunillas, Bachaquero, campos petroleros del estado Zulia.

No puedo aseverar lo mismo de Nícmer Evans. Creo son radicalmente opuestos. Claro, los separa toda una generación, no menos de 30 años entre uno y otro. Aunque con este último alterné hace dos años como ponente en un foro organizado por la Dra. Haydée Ochoa en la Universidad Bolivariana de Venezuela, en Maracaibo, hace 20 meses. La opinión que me he formado de este joven confieso que es ambigua, porque en ocasiones le he palpado cierta búsqueda de un rumbo que no termina de definir, como esas pelotitas que circulan en el biombo de un bingo hasta salir con el premio mayor. Él es, en sentido figurado, una de esas pelotitas.

II. El meollo de la cuestión

Afirma Eligio en su escrito de ayer 26 de octubre publicado en aporrea: http://www.aporrea.org/ideologia/a236163.html que existen en Venezuela sectores opositores empeñados en la meta de salir del Presidente Maduro ya, como sea, sin importar lo que después venga –y transcribo textualmente-, pues es lo que conviene, en su opinión, que no sería otra cosa, según cómo anda el panorama, que volver al redil del FMI, Banco Mundial y dictados de los intereses gringos en todos los órdenes, ponen como propósito inmediato, objetivo a lograr, sacar a Maduro y con ello dispersar las fuerzas progresistas que le apoyan o, lo que es lo mismo, debilitar el movimiento popular. Hay como un sueño sin fundamento dentro de gente que uno sabe revolucionaria, llena de buena fe, que cree una vez logrado ese estallido, esa fragmentación, pero también frustración popular, podría atraer hacia ella esas fuerzas, el gran apoyo popular del cual todavía el gobierno goza. Parece cosa de ilusos, cómo ignorando la historia.

Y me pregunto: ¿Ajá, ya salimos de Maduro, y ahora qué? Es muy fácil decir: ¡Nosotros, los de Marea Socialista, los auténticos revolucionarios ¡HIJOS DE CHÁVEZ! atraeremos al pueblo chavista alrededor nuestro, y con nosotros accederán al ejercicio de la potentia, al auténtico poder soberano del pueblo, y no nos convertiremos en autoridades fetichistas, en potestas, porque no seremos mandatarios corruptos, ni usurpadores de la potentia del pueblo llano!.

Y es cierto, muy cierto lo que afirma Eligio. Personas que durante cincuenta años y más hemos estado en las filas revolucionarias, leyendo y discutiendo, luchando y estudiando, somos del parecer de lo que dice el Sr. Damas: "No parecen valorar que, apareciendo de alguna manera, de repente, y manejando las mismas banderas opositoras, como lo del "Revocatorio, ¡Maduro vete ya!, y aquí hay una dictadura", las masas del chavismo, fundamentales para todo proceso de cambio y alcanzar esa democracia – que debe ser revolucionaria, distinta a la vieja representativa y a esta protagónica viciada en la práctica del dedo– podrían confundirles con la derecha tradicional, esa que se aglutina en la MUD".

Lo más probable, y ya esto lo hemos analizado fríamente, es que esas masas se dividan por lo menos en tres toletes: a) Unos montarán tienda aparte; b) otros se apartarán desilusionados y se situarán al margen; c) otros, muy pocos, acompañarán a Marea Socialista por fraccionalista, por egoístas, por no plantear la lucha adentro, donde sí hay mucho que hacer y qué buscar.

¡Bueno, de lo anterior están ahítos los procesos revolucionarios en todo el mundo!

Pero lo más triste –continúa el maestro Eligio, permíteme te denomine así-, es no comprender que siendo ellos minoría, grupos aislados, en medio de los dos grandes bloques, podrían estar contribuyendo en fortalecer a la fuerza opositora de derecha y hasta de la ultra, de la cual, bien sé, están muy distanciados.

Y continúa el maestro Eligio: "Pero lo que más me asombra, de todo eso, porque uno, para decirlo con lugares comunes, que ha visto "tanto muerto cargar basura" y "bastante agua pasar bajo los puentes", ya poco le falta que le asombre, son las declaraciones de Nícmer Evans. Y me asombran porque le vengo leyendo desde hace unos años y lo he percibido sensato, con los pies sobre la tierra, pletórico de buena fe y nada ingenuo".

Y para rematar, culmina el párrafo con esta sentencia: "Justamente por todo eso y más por lo último, no sé qué pensar cuando he leído que dice: ""Pedimos la renuncia del CNE"", porque se subordina a otro poder. Es como si repitiese los mismos argumentos que desde la oposición se han agitado desde los tiempos de Chávez. ¿Por qué Nícmer Evans, se siente obligado a pedir esa renuncia y hacer ese calificativo, en el mismo lenguaje opositor? ¿Acaso simplemente porque ese organismo, como él lo sugiere, no les permitió le legalizaran como partido? ¿Sólo por eso? ¿Es suficiente para fijar una posición tan trascendente, que le confunde entre sus enemigos históricos?"

Ésa es la razón por la que calificamos las posiciones de Evans como personalistas, como egoístas.

En el siguiente párrafo, el maestro Eligio pasa a poner al muchacho en su sitio: "Pero veamos como intenta Nícmer justificar su pedido de renuncia. "Aspiro", habla en primera persona, "que esa renuncia esté acompañada de un cambio drástico del sistema electoral venezolano que excluye". Para fundamentar esta calificación cita el caso de Marea y el tratamiento excluyente que le dio el CNE, cuya renuncia pide"

No dudamos que el maestro Eligio se tomó su tiempo e hizo sus gárgaras para armar el artículo en comento, porque la guinda de la torta vino a continuación:

"¿Tiene fundamento, desde la perspectiva de un hombre de la izquierda, un revolucionario que ha estado combatiendo contra la derecha, el capitalismo y el imperialismo, esa aspiración de Nícmer? Es elemental que de renunciar el CNE, como pide Nícmer y supongo, no sé, Marea toda, la Asamblea Nacional, de conformidad a lo constitucional, tendrá que nombrar nuevos rectores. ¿Creen Nícmer Evans y Marea, que esa Asamblea, tal como ella es, escogería rectores equilibrados, independientes de ella misma y capaces de satisfacer ese bello e ideal deseo expresado por el primero?"

Sobre los comentarios anteriores, y en descargo de Nícmer Evans, los viejos revolucionarios le confesamos que también nosotros nos equivocamos, ¡y mucho! Nos equivocamos con la Central de Trabajadores en 1944 cuando confiamos en Rómulo Betancourt. Nos volvimos a equivocar inmediatamente después del 23 de enero al confiar en que ese mismo señor llamaría a un gobierno de unidad nacional. Y nos equivocamos cuando la izquierda montó tienda aparte y le entregó un partido que todavía tenía dentro del mismo una masa revolucionaria que lo podía combatir y derrotar.

¿Qué persigo con estos comentarios? Lo mismo que el maestro Eligio, que reflexionen, que recapaciten. La política del Psuv y del Polo Patriótico hay que darla adentro, con contundencia, empujando con la crítica sin desmayo.



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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