La concentración de capitales en la sociedad capitalista trae como consecuencia la agrupación de la banca. Las grandes industrias exigen créditos tan altos que sólo pueden ser satisfechos por los bancos más fuertes. Los débiles desaparecen o son absorbidos. Por otro lado, los recursos del capitalismo crecen al aumentar la producción y estos deben ser, necesariamente, depositados en bancos poderosos que garanticen la mayor seguridad y la mejor inversión.
Lo anterior hace que muchas instituciones financieras se arruinen y desaparezcan por un lado, y por otro, que los bancos sobrevivientes sean absorbidos por las entidades bancarias más fuertes. Aparece el trust bancario, los cuales constituyen asociaciones bancarias monopolistas. Al transformarse los bancos en grandes monopolios que concentran sumas fabulosas de dinero, establecen relaciones totalmente distintas con la industria, asumiendo un nuevo papel en la vida económica del capitalismo.
Los grandes bancos, al disponer de enormes capitales, pasan de las operaciones a corto plazo como el descuento de letras y los préstamos mercantiles, a los créditos a largo plazo. Ello trae como consecuencia, que la institución financiera al otorgar un préstamo considerable a largo plazo, se ligue más estrechamente a la Empresa Industrial. Con su dinero disponible, las asociaciones bancarias adquieren acciones de las compañías industriales, lo cual les facilita el acceso a los consejos de administración bancarios y a los organismos directivos de las sociedades anónimas, pero también ocurre que los magnates de los monopolios industriales adquieren acciones de los bancos y pasan a formar parte de sus organismos directores. El entrelazamiento del capital bancario con el industrial, se manifiesta igualmente en la unificación de la gerencia de las entidades bancarias y de los monopolios industriales. Unas mismas personas encabezan grandes monopolios que abarcan bancos, industrias, comercios y otros sectores hasta ocupar puestos de directores de corporaciones industriales, y son a menudo representantes de éstas, directores de los consejos de administración de las entidades bancarias.
La fusión entre el capital bancario y el industrial en la metrópolis capitalista, origina la aparición del capital financiero, el cual inyecta dinero dentro del país. Pero también lo hace fuera de él, a través del control que éste tiene sobre las compañías transnacionales, las cuales constituyen los tentáculos del capital financiero en el exterior. Por ejemplo: el Grupo DuPont que posee en los EEUU las industrias automovilísticas, químicas, de guerra y del caucho; no se conforma con tener gran parte del capital de ese país, sino que a través de compañias como la General Motors y la United States Rubbes controla mercados internacionales e inyecta capital en casi todas las economías de los países capitalistas. En resumen, podemos decir que el capital financiero se mueve dentro y fuera de los EEUU. Los capitalistas desean siempre obtener la mayor ganancia posible y si esto lo pueden conseguir en el extranjero, sin pensarlo dos veces exportan sus capitales. Sin embargo, la exportación de capitales en el imperialismo se convierte en una necesidad para el saqueo de las riquezas como producto de causas concretas que nombraremos a continuación:
La hegemonía de los monopolios constituye la causa principal de la creación de capital excedente para la exportación, ya que los monopolios aumentan la pobreza y origina la disminución del mercado interno de consumo; trayendo esto como consecuencia, que el empleo de nuevos capitales se haga difícil. Además, la dominación de los monopolios impide la penetración en las áreas comerciales de capitales ajenos por el temor a que aumente la competencia, lo cual trae, obviamente, una disminución de la ganancia. La existencia en el extranjero de neocolonias que producen un alto índice de ganancia. El fin de exportar capitales, para la clase dominante, no es ayudar a los pueblos sino incrementar sus fortunas. El mundo, como sabemos, se divide en países-desarrollados y subdesarrollados. Los segundos producen un índice mayor de ganancia a los capitalistas, debido a las materias primas baratas, los bajos salarios, la carencia de capitales, el bajo precio de la tierra, el valor menor de la moneda y otros. Este alto índice de ganancia mueve necesariamente a los capitalistas a exportar capitales a estos países.
El gran excedente de capital que después de la Segunda Guerra Mundial se formó en EEUU. Las grandes ganancias obtenidas por la clase dominante estadounidense en la industria militar trajo después de la Segunda Guerra Mundial un excedente de capital el cual fue, por una parte, invertido en empréstitos para la reconstrucción de Europa, lo que permitió que se afianzaran las condiciones para la penetración del imperialismo yanqui en el viejo continente; y por otra, también en empréstitos e inversiones en los países subdesarrollados de las economías dependientes.
El haberse entrelazado íntimamente en el imperialismo la exportación de capitales y mercancías. La exportación de capitales se ha convertido en un pilar de la vida económica del mundo capitalista, contemporáneo. Sin embargo, lo dicho no significa que la exportación de mercancía carezca de importancia bajo el imperialismo. Por el contrario, éste fortalece todos los factores que hacen necesario el mercado exterior bajo el capitalismo, a saber: un amplio desarrollo de la producción y de la circulación mercantil, que rebasan los límites de un Estado. Durante la época imperialista, la lucha por los mercados ha adquirido singular encono. La exportación de capitales y de mercancías se entrelaza en el imperialismo, pero es la exportación de capitales la que desempeña el papel de terminante.
Camarada
Director de Desarrollo Social de La Alcaldía Bolivariana y Socialista del Municipio Los Taques, Falcón
