En su pagina web, Fedeagro dijo que la incertidumbre económica que atraviesa Venezuela está impactando al sector agrícola, con una notable disminución en la demanda de frutas y hortalizas. Los agricultores enfrentan múltiples obstáculos que comprometen la sostenibilidad de sus actividades y el abastecimiento de alimentos frescos en el país.
Emilio Breindembach, Director de Hortalizas de Fedeagro, explicó que la caída en el poder adquisitivo ha reducido significativamente la venta de productos perecederos, que los hogares priorizan menos frente a opciones más económicas. «Un agricultor de El Jarillo, que antes vendía 100 kilos de frutas u hortalizas a un supermercado, ahora apenas coloca el 50%. Además, los retrasos en los pagos de los supermercados, que pueden extenderse hasta 6 meses, agravan la situación. Los desafíos incluyen altos costos de insumos, el cambio climático y el bajo consumo. Aun así, seguimos trabajando y buscando acuerdos con los supermercados para garantizar pagos puntuales», señaló.
Breindembach, destacó que la agricultura familiar, que representa el 80% de la producción agrícola nacional, está en deterioro. «Este sector, aunque produce menos que el 20% restante, pierde sus inversiones y su sustento. La venta de durazno, por ejemplo, ha caído entre un 70% y 80%, al no ser un producto prioritario. Otros rubros afectados incluyen cebollín, calabacín, pepino y berenjenas. En la zona central del país los agricultores más impactados están en: El Jarillo, San Pedro de los Altos (Miranda), Colonia Tovar (Aragua) y Bajo Seco (La Guaira).»
Así mismo, Osman Quero, Presidente de Fedeagro, ha señalado que los desafíos estructurales incluyen la falta de financiamiento, con un sector que requiere al menos 1.500 millones de USD anuales, y una infraestructura rural colapsada.
Quero enfatizó: «Desde Fedeagro venimos proponiendo la implementación de siembras por contrato para garantizar precios justos, políticas que combatan el contrabando y programas de financiamiento accesible.
Sin embargo, los consumidores se quejan de los altos costos de frutas como durazno, mandarinas, uvas, parchitas, que en otros países salen mucho más económicos que en el país, pero no se sabe que los altos precios vienen de los agricultores o de los que distribuyen y venden los productos del campo.