"Si en esta sociedad no hay un proceso de reconciliación para relanzar nuestro proyecto de país, es imposible que superemos la crísis"
Miguel Rodríguez Torres

Mensajes como este se hicieron recurrentes en el time line del twitter de Miguel Rodríguez Torres desde aquel 24 de octubre del 2014, cuando las diferencias entre él y el gobierno de Nicolás Maduro alcanzaron el clímax que condujo a su destitución.

Diálogo, Reconciliación, Paz, Tolerancia, Perdón, eran valores que promovía sin cesar el hoy preso político; valores que hoy, como iniciativa propia, el gobierno se llena la boca de propiciar, pero que fueron la excusa perfecta para etiquetar de traidor desde hace tres años a Miguel Rodríguez Torres.

Hoy se cumplen tres meses de aquel 13 de marzo cuando lo detuvieron. Tres meses desde el día en que con un comunicado muy mal redactado, difundido por el canal del Estado venezolano, y sin firma de autoridad alguna, se le acusaba de ser un espía con objetivos de sedición.

En el Movimiento Amplio Desafío de Todos (MADDT) recordamos aquel día con precisión, Miguel sabía que los funcionarios del SEBIN se encontraban en el Foro donde él participaría, pero eso era algo habitual para él y para todos; desde que Miguel comenzó a impulsar su mensaje de unión, reconciliación y cambio era común ver a funcionarios del SEBIN vigilarlo en sus actividades políticas.

Esto era algo que él tomaba con calma, los conocía, los distinguía en la distancia y nunca se mostró demasiado interesado en el tema. Después de tantos años, tanto trabajo, sueños, errores y rectificaciones, no les tenía miedo. Cuando era posible los saludaba, a muchos los conoce de su pasantía por ese organismo de seguridad del Estado que él mismo creó, humanizó, y que hoy vuelve a repetir los errores de la DISIP. Miguel acudió al auditorio y dio su discurso a un grupo de mujeres trabajadoras, madres, obreras, profesionales, una pequeña muestra de todas las mujeres de este país.

¿Cómo vive el venezolano de hoy?-reflexionó Miguel ante el auditorio de aquel día- Está signado por un sentimiento fundamental: EL MIEDO, el miedo es lo que tiene hoy a los Venezolanos en la condición que la tiene, la inseguridad, no solo la inseguridad como problema de inseguridad ciudadana, sino esa inseguridad que vives tu cuando te paras frente a la nevera y al otro día dices no tengo comida para esta noche, qué hago para esta semana…

Esas reflexiones se hacían habituales en los encuentros que sostenía a lo largo y ancho del país pero con el añadido de un mensaje de esperanza a través de una propuesta de país, una hoja de ruta en forma de librito vinotinto que da soluciones a la crisis desde 5 dimensiones clave.

En completa tranquilidad continúo, el Mayor General (R) Rodríguez Torres, que se dirigía al Foro de mujeres, sin estrellas militares, sin protocolos de mando, sus palabras fueron simplemente su honesta visión de un problema que toca a todos los venezolanos.

"El miedo te paraliza, o despierta tu creatividad, planificas y te activas a enfrentar tus miedos, y eso precisamente es lo que nosotros tenemos que lograr como movimiento en las mujeres y en todos los Venezolanos, que la gente sepa que la transformación de Venezuela, la superación de la crisis que estamos viviendo, no pasa por esperar que venga un General y nos resuelva el problema, o baje un mesías del cielo y tome las decisiones que tenga que tomar, o vengan los gringos y nos invadan a ver si nos resuelven el problema de Maduro, no están ahí las soluciones,- enfatizó Miguel- la solución a ésta crisis, la forma de romper la inercia de esta crisis, que pareciera que no termina nunca, está en la organización de la gente, y de la participación, eso es lo único que nos puede a nosotros ayudar para de salir de esto de la manera correcta."

Dos o tres minutos después, tuvo que interrumpir su intervención. Ya el equipo más cercano sabía que los funcionarios del SEBIN tenían intenciones de interrumpir el evento, y optaron por pedirle a Miguel que se despidiera, estas fueron sus últimas declaraciones en público antes de su detención:

"Acabo de recibir una notificación que me obliga urgente a salir, después le explicarán y le contarán. Les agradezco mucho su presencia y espero que de aquí salga la voluntad de muchas mujeres de construir una sociedad distinta, fuera del resentimiento y empecemos en la conquista del amor de los venezolanos, a reconciliarnos para construir una sociedad distinta.

¡Muchas gracias a todos y buenas tardes!"

Lo siguiente fue la detención. Un proceso donde, para ser sinceros, reinó el respeto, ese que Miguel Rodríguez Torres despierta en el seno de toda institución militar o de seguridad del Estado. No hubo esposas, ni movimientos a la fuerza. Miguel se dirigió con educación y firmeza a sus captores, y sin poner resistencia se montó en la patrulla. Con su gesto agradeció la preocupación de quienes se encontraban ahí defendiéndolo y pidió que se quedaran tranquilos.

Desde entonces, sólo su familia directa y abogados han podido verlo y hablar con él, aseguran que, si bien está más delgado, se encuentra fuerte y con buen de ánimo. Lo primero que pidió fue dos de sus libros de cabecera que para esos días estaba releyendo: "La tercera vía" de Anthony Giddens y "La Era del desarrollo sostenible" de Jeffrey Sachs.

Dijeron que era un espía, pero no pudieron comprobarlo. Ahora dicen que es un traidor a la patria. Para nosotros, Miguel Rodríguez Torres es un preso de conciencia, porque ha rechazado la violencia en todas sus formas y ha enfrentado con su verbo y sus ideas toda injusticia, toda corrupción, todo crimen que la vida le ha puesto en el camino.Si hay algo a lo que Miguel ha sido leal es a la patria, al código de honor de la FANB y a la CRBV.

¡Estamos contigo Miguel! y VAMOS A RECUPERAR A VENEZUELA.